En este texto, se abre un proceso de reflexión sobre la restauración de la relación del hombre moderno con la naturaleza a partir de la sabiduría ancestral de la cultura San Agustín. Más allá del conocimiento referido al inventario de cerámicas, esculturas y vestigios de las antiguas culturas, se trata desde un punto de vista investigativo, de un encuentro estético, ético y político. La perspectiva de análisis es el pensamiento ambiental, más exactamente la idea de reencantamiento del mundo (Noguera, 2004). El pensamiento ambiental propone el paso de una concepción mecanicista a una visión compleja de la vida. Noguera (2004) parte de lo ético-estético, para volver a lo ético-estético, parte de la vida para volver a ella: “No podría ser de otra manera. Pensar es un acto de la vida. Entonces vivimos para pensar que vivimos y de qué manera vivimos” (Noguera, 2004, p. 21).