Memoria y olvido
El texto examina la construcción de la memoria histórica en Colombia, enfatizando su relevancia en el contexto de la violencia y el conflicto armado. Se destaca la masacre de trabajadores en 1928, ilustrada a través de la obra de Gabriel García Márquez, como un ejemplo de cómo la historia oficial ha minimizado eventos significativos, reflejando una política de olvido intencionada. La falta de documentación precisa sobre las víctimas contribuye a la perpetuación de narrativas distorsionadas y a la doble victimización de aquellos afectados. Se argumenta que la memoria histórica debe ser entendida como un proceso colectivo que busca no solo recordar el pasado, sino también facilitar la inclusión social y política de las víctimas en la construcción de una sociedad más reflexiva. Sin embargo, se advierte que la imposición de una memoria única puede resultar contraproducente, obstaculizando la reconciliación y el entendimiento crítico del pasado