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¿Es concebible una institucionalización de la educación olímpica?
Mucho antes de que los Juegos de la XXXIII Olimpiada se adjudica[1]ran a la ciudad de París en 2024, el Ministerio de Educación Nacional, Enseñanza Superior e Investigación (MENESR) desplegó varios pro[1]gramas de gran envergadura para apoyar la candidatura mediante el Año del deporte de la escuela a la universidad (2015-2016) o el Año del olimpismo de la escuela a la universidad (2016-2017). Como señala el Ministerio, se trata de vincular la práctica del deporte a una ambición educativa, cultural o cívica basada en el olimpismo y sus valores. Desde la designación de París como ciudad anfitriona de los Juegos de la Olimpiada (13 de septiembre de 2017), el comité organizador ha propuesto la aplicación de herramientas educativas en el sistema escolar y universitario, así como la etiqueta Generación 2024 destinada a fomentar el desarrollo de proyectos de estructura[1]ción o la participación en eventos de promoción de las olimpiadas y paralimpiadas. Para una ciudad anfitriona, esta es una oportunidad real de promover y desarrollar la educación a través de los Juegos Olímpicos.