Editorial
¿ Qué hace que un evento cualquiera se determine como extraordinario, como un hecho histórico? La filosofía de la historia ha discutido esta duda, dando lugar a múltiples interpretaciones sobre el objeto de la ciencia histórica. Se suele trazar una línea divisoria entre lo cotidiano y lo extraordinario, una línea imaginaria en el vaivén de los días. De manera tradicional, se puede pretender que los acontecimientos extraordinarios permanecen en la memoria, merecedores de ser inmortalizados para que las próximas generaciones los revivan gracias a los monumentos.