Importancia de implementar el bienestar animal durante embarque y desembarque de bovinos

 Laura Marcela Arias Sánchez1 & Diego Alexander Hernández-Pulido2

1Estudiante de Zootecnia.  2Médico Veterinario, Especialista en Gerencia de Mercadeo, Especialista en Salud Animal, Magister en Public Health

 1arias.laura@uniagraria.edu.co, 2hernandez.diego@uniagraria.edu.co

1Joven Investigador programa de Zootecnia. 2Docente programa de Medicina Veterinaria. 1, 2Fundación Universitaria Agraria de Colombia – UNIAGRARIA. Facultad de Ciencias Agrarias. Bogotá, Colombia.

Resumen

La ciencia del bienestar animal permite dar al animal las condiciones idóneas para mejorar su calidad de vida, esta ciencia evalúa el estado de un individuo frente a los intentos de afrontar los cambios del ambiente, basándose en el estado físico, fisiológico y mental de cada animal. En los sistemas de producción bovinos se desarrollan actividades que conllevan cambio de ambiente para los animales y el aumento de la interacción humano – animal, lo que ocasiona una alteración de las condiciones físicas, mentales y fisiológicas del animal, donde la actividad que genera mayores alteraciones en los bovinos es el transporte, especialmente el embarque y el desembarque, debido a las caídas, golpes, resbalones y cambios de ambiente que se reflejan en la presencia de hematomas, fracturas, contusiones y aumento de los niveles de estrés. Lo cual genera  lesiones de la canal que son el resultado de un impacto de los tejidos blandos acompañado de la ruptura de vasos sanguíneos y alteración de las propiedades organolépticas de la carne, donde el parámetro más importante es el pH, ya que si éste aumenta por los elevados niveles de estrés ante-mortem, favorece la proliferación de microorganismos, reduciendo así la vida útil del producto y convirtiendo el producto en un riesgo para la salud pública. Es por ello que el presente artículo busca identificar y analizar la importancia de implementar el bienestar animal en las actividades de embarque y desembarque en los sistemas de producción bovinos.

Palabras clave: embarque, desembarque, bienestar animal, bovinos.

Introducción

En Colombia el transporte de bovinos en pie se realiza vía terrestre, por lo cual los animales son transportados en vehículos de carga, donde el ascenso y descenso a éste se realiza mediante una infraestructura inclinada denominada “Embarcadero”. En la mayoría de los casos, esta infraestructura no posee las condiciones adecuadas para brindarle bienestar al animal durante dicha actividad (Romero & Sánchez, 2012), siendo la causa principal la inclinación superior a la requerida y los materiales con los que son elaborados no son antideslizantes, aumentando el riesgo de caídas y resbalones que generan lesiones al animal y aumentan los niveles de estrés (ICA, 2006).

Según (Gebresenbet, Wikner, & Hunnuor, 2012) el embarque de los animales a los vehículos de transporte es una de las actividades de mayor estrés para estos, puesto que los bovinos son alejados del grupo y de su entorno original, dejando como consecuencia que los animales sean embarcados de manera inadecuada, ya que se ejecuta con gritos, golpes, elementos corto-punzantes, forzando al animal a caminar, generando una alteración en las condiciones físicas, psicológicas y fisiológicas de los bovinos (Sánchez, Uribe, & Romero, 2010).

Los elevados niveles de estrés, las lesiones como hematomas, contusiones y/o traumatismos que se producen durante el embarque y desembarque son hincapié en las pérdidas económicas generadas por el transporte (Sánchez, Uribe, & Romero, 2010), lo que deriva decomisos en plantas de faenado, alteración de la calidad de la carne y disminución del valor de la canal (Gutiérrez, Romero, & Sánchez, 2011), por la alteración de textura, color, capacidad de retención de agua, sabor y pH, disminuyendo la vida útil del producto final (Genaro & Miranda, 2013). 

Es por ello que el presente artículo busca identificar y analizar la importancia de implementar el bienestar animal en las actividades de embarque y desembarque en los sistemas de producción bovinos.

Desarrollo del tema

El bienestar animal es una ciencia que permite evaluar el estado de un individuo frente a los intentos de afrontar los cambios del ambiente (Braña, Méndez, Aluja, & Rubio, 2013), identificando de manera eficiente el estado físico, fisiológico y mental de cada animal, independientemente que este se encuentre en condiciones intensivas de producción (Friederich, 2012). Para identificar las condiciones en las que se encuentra el animal, esta ciencia se trabaja sobre las necesidades básicas de los animales, la respuesta ante estímulos y cambios medioambientales, basado en la evaluación de patrones de comportamiento y variables fisiológicas del animal (López, Hernández, & Carrasco, 2011).  

La forma más apropiada para garantizar el estado de bienestar de un individuo o una población animal es asegurando las cinco (5) libertades o necesidades del bienestar, que son libre de hambre y sed, libre de incomodidad, libre de dolor, lesión y enfermedad, libre de expresar su comportamiento normal, libre de miedo y angustia (Friederich, 2012), lo cual se logra brindando alojamiento apropiado, plan adecuado de nutrición y alimentación, condiciones óptimas de sanidad y bioseguridad, y un trato digno (De la Sota, 2004), esto indica que las cinco (5) libertades son los pilares del bienestar animal, dando a cada ser sintiente una mejor calidad de vida (Forbes, 2010).

A través del tiempo, los sistemas de producción animal se han intensificado, lo que ha generado un cambio en los métodos de ejecución de los diferentes procesos de la producción, donde los animales pasaron de estar al aire libre a condiciones de confinamiento (FAO, 2006), esto para especies que no consumen forrajes, mientras que en la producción de bovinos, ovinos y caprinos, (especies que si consumen forrajes y la mayor parte están al aire libre) se empezaron a implementar prácticas de manejo que aumentan los niveles de estrés de los animales (Rossner, Aguilar, & Koscinczuk, 2010). Todos estos cambios en las producciones pecuarias desencadenaron consecuencias en la obtención de un producto final, puesto que los parámetros zootécnicos ideales se estaban alterando negativamente (Silva, 2010). Por lo anterior los productores se vieron en la obligación de tener en cuenta las condiciones físicas y mentales del animal para poder producir alimento de calidad, implementando conocimientos básicos y prácticos de bienestar animal (Thomas & Badino, 2007).

En el caso de los sistemas de producción bovinos, se ejecutan diversas actividades que conllevan cambio de ambiente para los animales y el aumento de la interacción humano – animal (Rossner, Aguilar, & Koscinczuk, 2010). Las prácticas o actividades de manejo en este sistema son rutinarias en su mayoría, como el ordeño, el pesaje, vacunación, movilizaciones internas y movilizaciones externas (Carmona, 2010). Sin embargo, a pesar de ser rutinarias los niveles de estrés en los animales aumentan al momento de ejecutarlas (Romero M. , 2011). No obstante,  la actividad que genera  mayores niveles de estrés en los bovinos es el transporte, ya que está conformada por el arreo de los animales, el embarque, la movilización y el desembarque (Romero & Sánchez, 2012), donde cada aspecto requiere un tiempo de ejecución y desarrollo amplio que como consecuencia genera una alteración en las condiciones físicas, fisiológicas y mentales del animal (Villalobos, 2007).

Sin embargo, el embarque y el desembarque son actividades que con mayor frecuencia ocasionan alteraciones en los animales (César & Huertas, 2014), puesto que en estas el animal está más propenso a sufrir lesiones, contusiones, traumatismos por caídas y resbalones (Battifora & Adama, 2000), afectando la libertad de incomodidad, de dolor, lesión y enfermedad, y  de miedo y angustia (Ordoñez & Caicedo, 2016). Estas libertades también son alteradas cuando los bovinos son alejados del grupo y de su entorno original, esto ocurre durante el embarque, lo que en muchas ocasiones dificulta el proceso, ya que no se da un traslado tranquilo de los animales (Gebresenbet, Wikner, & Hunnuor, 2012).

Las caídas, golpes y resbalones se presentan con mayor frecuencia durante el desembarque (Leyva, Jiménez, & Hernández, 2015), principalmente en las rampas de descarga y los corredores que dirigen a los animales hacia los corrales (Braña, Méndez, Aluja, & Rubio, 2013) las cuales se evidencian directamente en la canal, con la presencia de hematomas, fracturas, contusiones, comúnmente conocidos como “Lesiones de la canal” (Strappini, Metz, Gallo, & Kemp, 2009), sin embargo, según (María, Villarroel, Chacón, & Gebresenbet, 2004) el embarque genera más estrés que el desembarque, evidenciado por el aumento de vocalizaciones y por la alteración de las propiedades organolépticas de la carne. Es decir que el nivel de bienestar de un animal se puede evaluar y determinar durante la inspección post-mortem de la canal y del análisis de las propiedades organolépticas de la carne.

Cuando hablamos de las lesiones de la canal comprendemos que son el resultado de un impacto de los tejidos blandos acompañado de la ruptura de vasos sanguíneos (Pellegrino, 1977), dichas lesiones se clasifican por su grado de severidad, la cual está dada por el número y tamaño de vasos sanguíneos rotos que limita el consumo de esa pieza de la canal (De Luque, Dussan, & Acero, 2009). Según (Huertas S. , 2006) los grados de severidad de las lesiones son: Grado 1: Leve, afecta grada o tejidos superficiales, no implica decomiso de la zona pero si limpieza; Grado 2: Compromete tejido muscular y grasa, implica decomiso de la zona; Grado 3: Se afectan, tejidos musculares profundos hasta hueso, implica decomiso total o parcial del corte y/o cambio de destino de la canal. (Godoy & Fernández, 2003) indican que en plantas de beneficio se presentan con mayor frecuencia lesiones de grado 2 y grado 3, en un 60% en piezas que son consideradas carnes de primera, como punta de nalga y nalga, flanco, lomo y pierna, mientras que el 40% de las lesiones se presentan en piezas de carne de segunda como paleta, región costal  y antebrazo.  

Por otro lado, cuando nos referimos a la alteración de propiedades organolépticas de la carne, nos referimos al cambio en su pH, color y olor, principalmente dado por el aumento de los niveles de estrés (Sánchez, Uribe, & Romero, 2010), esto se da principalmente por que los animales estresados consumen el glucógeno depositado en los músculos y por consiguiente no se convertirá en ácido láctico una vez el animal sea sacrificado, lo que evita que se produzca carne tierna, con color y sabor adecuado (FAO, 2015).

La evaluación de la calidad de carne se realiza mediante la observación y análisis de las propiedades físicas y químicas de la materia prima (UNAD, 2013),  donde uno de los parámetros más importantes a evaluar es el pH, cuyo valor óptimo para la carne bovina es de 5,5 (ITAGRO, 2014). Cuando el animal presenta elevados niveles de estrés ante-mortem, el pH de la carne aumenta, lo que favorece la proliferación de microorganismos (Uribe-Velásquez, Sánchez-Valencia, & Romero-Peñuela, 2011), permitiendo a su vez que los microorganismos intestinales migren a las masas musculares y se promueva su crecimiento (Romero & Sánchez, 2012),  convirtiéndose en un problema para la salud de la población.

Conclusiones

La implementación del bienestar animal durante las actividades de embarque y desembarque, permite la disminución de los niveles de estrés del animal, al igual que la reducción el riesgos de presentación de contusiones, traumatismos y lesiones, dando a los animales un estado de bienestar que permitan un equilibrio entre su estado físico, fisiológico y mental, beneficiando a su vez a los productores y comercializadores ya que evita la alteración de la calidad de la carne como sabor, olor, color, pH, textura, factores determinantes en el valor de la canal, al igual que piezas de la canal con fracturas, aspectos que pueden generar problemas a la salud de los consumidores.

Literatura citada