�La cabeza te explota cuando nos ves a todas juntas�. Un an�lisis del f�tbol feminista a partir de la perspectiva de las militantes de la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista

�Your head will explode when you see us together� An analysis of feminist football from the perspective of militants of the Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista (the Coordinator Without Limits of Feminist Football)

 

Julia Hang[1]

Matthew Hawkins[2]

 

Resumen

El art�culo analiza la emergencia y popularizaci�n del �f�tbol feminista� en Argentina desde la perspectiva de las militantes nucleadas en la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista. Argumentamos que las movilizaciones masivas en torno al #NiUnaMenos y la Campa�a por el Aborto Legal posibilitaron el ingreso de los feminismos al f�tbol, pero tambi�n crearon oportunidades para que el f�tbol influyera en el movimiento feminista. Desde una perspectiva etnogr�fica, que incluy� observaci�n participante en diversos �mbitos donde las militantes circulan y entrevistas en profundidad con algunas de ellas, concluimos que el �f�tbol feminista� se caracteriza, en primer lugar, por la disputa por el derecho a jugar al f�tbol como un derecho humano. En segundo lugar, por el reconocimiento de que el f�tbol puede ser una pr�ctica y una problem�tica feminista, en tanto se lleva a cabo una praxis que pone en primer plano la pasi�n por el f�tbol y la sororidad que surge de una experiencia original de exclusi�n compartida de un deporte que, a pesar de ser una expresi�n de la cultura popular, en Argentina estuvo casi exclusivamente en manos de varones. Las integrantes de la Coordinadora se apropian y transforman pr�cticas de la cultura futbol�stica, como canciones y �picaditos�, para crear un nuevo folklore futbol�stico en oposici�n a lo que se considera el f�tbol patriarcal masculino.

Palabras clave: F�tbol, feminismo, emoci�n, militancia

Abstract

This article analyzes the emergence and popularization of the �feminist football� in Argentina from the perspective of core activists within the Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista. We argue that the popular mobilizations related to #NiUnaMenos and the Campaign for Legal Abortion created the possibilities for the insertion of feminisms into football, as well as creating opportunities for football to influence the feminist movement. From an ethnographic perspective, including participant-observation in various activist and focused interviews with activists, we concluded that �feminist football� is in the first place characterized as the demand to play football as a human right. In the second place, �feminist football� proposes football can become a feminist practice and terrain, where a praxis emerges from a passion for football and the sisterhood that comes from shared experiences of exclusion from the sport, that despite being an important cultural expression in Argentina has been almost exclusively practiced by men. The members of the Coordinadora have appropriated and transformed practices related to the culture of football, such as songs and street football, to create a new football folklore that is in opposition to the patriarchal masculinity of football.

Keywords: football, feminism, emotion, activism

Introducci�n. Una nueva forma de vivir el feminismo

Cuando ves las fotos de la marcha desde arriba, ves la cancha, la Coordi y todas las pibas a tu alrededor, sent�s la pasi�n que traemos. M�s all� del feminismo, lo que realmente nos uni� para ir a las marchas fue el f�tbol. El f�tbol nos uni�, es lo que amamos y donde la mayor�a de nosotras comenz� nuestra militancia en el grupo. (Caro del colectivo San Lorenzo Feminista, comunicaci�n personal, 30 de abril de 2021)

����������� La Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista nace en el a�o 2018, en el marco del primer taller de f�tbol y mujeres que tuvo lugar en el 33� Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew. Est� conformada como una red que nuclea a jugadoras de todas las edades y niveles, hinchas, dirigentas, periodistas deportivas y directoras t�cnicas, algunas de ellas ya nucleadas en otras organizaciones feministas vinculadas a sus clubes de f�tbol. Desde la Coordinadora se lucha por el derecho al juego, contra las desigualdades, por la visibilizaci�n de mujeres y la diversidad en el deporte. El surgimiento de este colectivo tuvo lugar en un contexto de enorme movilizaci�n de los feminismos que la sociedad argentina atravesaba, y se constituy� como una referencia simb�lica para los movimientos feministas en Am�rica Latina y el mundo.

El eslogan del hashtag #NiUnaMenos, utilizado por primera vez el 3 de junio de 2015 tras el femicidio de Chiara P�ez, con el fin de convocar movilizaciones de cientos de miles de personas en toda Argentina contra los femicidios y la violencia de g�nero, as� como el ic�nico pa�uelo verde en apoyo del derecho de las mujeres al aborto legal, seguro y gratuito, se han convertido en s�mbolos ampliamente reconocidos en la acci�n feminista global. Los movimientos tambi�n han ampliado los horizontes de la pol�tica feminista, reconociendo los derechos y la inclusi�n de personas transg�nero y no binarias como parte fundamental del movimiento. Un �f�tbol feminista� ha surgido en el contexto de un movimiento social feminista revitalizado, creando un poderoso di�logo entre la pol�tica y las pr�cticas feministas y futbol�sticas.

Entre la marea de manifestantes que participaron del �pa�uelazo�[3] el 19 de febrero de 2020 en apoyo al proyecto de la Campa�a Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito aparece, en los escalones del Congreso Nacional de Argentina, una �canchita�[4]. En ella, a lo largo de toda la jornada, las militantes armaron �picaditos aborteros�, una medida de lucha que se volvi� com�n en movilizaciones y manifestaciones del movimiento feminista argentino. Ese d�a, mujeres, lesbianas, personas transg�nero y no binarias llegaron 24 horas antes de la manifestaci�n y se organizaron por turnos para ocupar y defender el espacio en la calle donde la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista (denominada �la Coordi� por sus integrantes), armar�a la canchita. A trav�s de la b�squeda continua de espacios para jugar al f�tbol dentro de las manifestaciones feministas, �la Coordi� se ha constituido como una organizaci�n leg�tima en el heterog�neo feminismo argentino.

En efecto, existen algunas investigaciones que dan cuenta del modo en que la disputa por la cancha propia se volvi� una reivindicaci�n feminista para las mujeres que juegan al f�tbol, ya sea a partir de la conquista de un espacio p�blico que hab�a sido exclusivamente de varones -como muestra �lvarez Litke (2023) a trav�s del caso de La Nuestra F�tbol Feminista-, o a trav�s de la construcci�n de un espacio propio, donde la cancha articula una moralidad militante a partir del trabajo con el cuerpo (Sosa V�zquez, 2021). Para �la Coordi�, como veremos, se trata de instalar la cancha como espacio de militancia al interior de los feminismos.

En este art�culo buscamos desentra�ar la formaci�n de la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista, sus ra�ces en el movimiento de mujeres y disidencias sexo gen�ricas para crear, promover y defender un espacio desde el cual jugar y ser hinchas de f�tbol; asimismo, para expandir la importancia del �f�tbol feminista� hacia amplios sectores de la Argentina contempor�nea. En los debates, contradicciones y tensiones atravesadas por las militantes del f�tbol feminista podemos ver sus contribuciones a una cultura futbol�stica m�s igualitaria y justa, as� como a un movimiento feminista cada vez m�s popular.

Como veremos a lo largo de este art�culo, el f�tbol feminista es, como lo describi� M�nica Santino[5], una de las mayores referentes del movimiento, �un aire fresco, una nueva forma de vivir el feminismo� (Santino, comunicaci�n personal, 20 de abril de 2021). As�, argumentamos que el f�tbol feminista se caracteriza, en primer lugar, por la disputa por el derecho a jugar al f�tbol como un derecho humano. En segundo lugar, por el reconocimiento de que el f�tbol puede ser una pr�ctica y una problem�tica feminista. Para que el f�tbol sea feminista, llevan a cabo una praxis que pone en primer plano la pasi�n por el f�tbol y la sororidad que surge de una experiencia original compartida de exclusi�n de un deporte que, a pesar de ser una expresi�n de la cultura popular, en Argentina estuvo casi exclusivamente en manos de varones. Los �picaditos�, el �cancionero feminista� y las �canchitas� conforman el folklore de �la Coordi�, tensionando los sentidos del folklore futbol�stico construido en oposici�n a lo que se considera el f�tbol patriarcal masculino[6].

Consideraciones metodol�gicas

Esta investigaci�n se inscribe en la perspectiva etnogr�fica como enfoque, m�todo y texto (Guber, 2001). Los datos sobre los que se sustenta fueron construidos en tres momentos: en primer lugar, a partir de la observaci�n participante en diversos espacios transitados por las militantes del f�tbol feminista durante los a�os 2018 y 2019 como marchas, movilizaciones y encuentros militantes que tuvieron lugar en distintos clubes del pa�s. En segundo lugar, se realiz� observaci�n participante en talleres sobre f�tbol y feminismos desarrollados en el marco del Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis y No binaries que tuvo lugar en la ciudad de La Plata, Argentina, en 2019. En este evento tambi�n observamos y participamos de �picaditos� y la marcha de cierre del evento. Por �ltimo, desarrollamos entrevistas en profundidad con hinchas de los clubes de Gimnasia y Esgrima La Plata que formaban parte del �rea de g�nero del club, con representantes del espacio de San Lorenzo Feminista y con referentes del espacio, todas ellas nucleadas en �la Coordi�. Estas �ltimas, debido al aislamiento producto de la pandemia del Covid-19, fueron realizadas a trav�s de la plataforma Zoom. Vale la pena mencionar que la observaci�n participante se realiz� en distintos espacios que las actoras iban definiendo como significativos, entendiendo a la observaci�n participante como una estrategia adecuada para realizar descubrimientos, examinar cr�ticamente los conceptos te�ricos y anclarlos en realidades concretas, poniendo en comunicaci�n distintas reflexividades (Guber, 2001). As�, se experiment� la tensi�n inherente a la observaci�n participante y se record� que involucramiento e investigaci�n no son opuestos, sino partes de un mismo proceso de conocimiento social en el que las condiciones de la interacci�n guiaron el trabajo de campo. De acuerdo con lo que las actoras nos habilitaron, la observaci�n participante tendi� m�s, en algunos casos, al polo de la participaci�n con observaci�n (marchas en las que llevamos banderas o paneles donde terminamos participando como expositoras en nombre del colectivo), y, en otros casos, la observaci�n fue m�s cercana a la observaci�n con participaci�n, como en algunas reuniones de �la Coordi� donde entend�amos que nuestro lugar requer�a un rol m�s de observaci�n que de participaci�n.

 

El movimiento feminista en Argentina. Poder poner en palabras muchas de las cosas que nos pasan como mujeres

El movimiento feminista de Argentina revitaliz� su presencia en las calles despu�s de las primeras manifestaciones de #NiUnaMenos en 2015, que cristalizaron las respuestas de base contra los femicidios en un movimiento nacional. Natalucci y Rey (2018) indican que las manifestaciones marcaron un punto de inflexi�n en el movimiento como una rearticulaci�n de demandas feministas hist�ricas por una multiplicidad de sectores de la sociedad mediante el desarrollo de nuevas formas de legitimidad, apoyo popular y transversalidad dentro de la pol�tica feminista. Si bien centradas en el tema de los femicidios y las violencias por motivos de g�nero hacia las mujeres, las movilizaciones del #NiUnaMenos compusieron, seg�n las autoras, un feminismo "heterog�neo y polif�nico" (p.20) con un fuerte �nfasis en la organizaci�n horizontal y t�cticas que requer�an ocupar y compartir el espacio p�blico entre los diversos colectivos que lo constituyen ).

Las redes sociales tambi�n ampliaron la visibilidad p�blica de las demandas feministas, sum�ndose a la pluralidad de voces que instalaban diversos reclamos en la agenda pol�tica y complementaron la ocupaci�n de las calles con la de otros espacios p�blicos en ciudades de todo el pa�s. Algunas autoras caracterizan la novedad de esta "cuarta ola del feminismo" a partir de su capacidad de llevar el feminismo a lugares antes considerados impensables (Barrancos, 2014 Natalucci y Rey, 2018). El mundo del f�tbol, que en Argentina ha sido estructurado como un espacio "por hombres y para hombres" (Alvarez Litke, 2018; Hij�s, 2018) y que durante muchos a�os hab�a sido en gran medida ignorado dentro de la militancia feminista, comenz� a ser cr�ticamente abordado por diferentes sectores del feminismo. Desde la perspectiva de M�nica Santino, la relaci�n distante del feminismo con el f�tbol reflejaba ampliamente un distanciamiento entre el feminismo acad�mico y la cultura popular (Santino, comunicaci�n personal, 20 de abril de 2021), distanciamiento que tambi�n ha sido manifestado en el caso de la m�sica popular (Silba & Spataro, 2017).

En los �ltimos a�os, los debates pol�ticos sobre la legalizaci�n del aborto fueron un terreno f�rtil para que el movimiento feminista se involucrara en marchas y actividades masivas. El 5 de marzo de 2018, la Campa�a Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito present� por s�ptima vez la Ley de Interrupci�n Voluntaria del Embarazo (la Ley de IVE en su acr�nimo en espa�ol), que fue aprobada por la C�mara de Diputados del Congreso Nacional el 14 de junio, pero rechazada el 9 de agosto por la C�mara de Senadores. Ante este rev�s, la participaci�n en el movimiento feminista continu� desarroll�ndose e influy� en la victoria electoral de 2019 del presidente Alberto Fern�ndez y la vicepresidenta Cristina Fern�ndez de Kirchner, quienes hab�an prometido presentar y aprobar la Ley de IVE.

Para muchas mujeres que forman parte de la Coordinadora, el #NiUnaMenos fue su primer acercamiento a la militancia feminista. Tanto Caro como Nadia, dos de las hinchas que representan a San Lorenzo Feminista (una organizaci�n aut�noma de hinchas y miembros del Club Atl�tico San Lorenzo de Almagro) dentro de la Coordinadora, son parte de una generaci�n m�s joven de activistas que se movilizaron a trav�s de las campa�as #NiUnaMenos y por el aborto legal. Ellas describen c�mo, siendo hinchas de toda la vida de San Lorenzo, de alguna manera no encontraban en su vinculaci�n con el f�tbol una posici�n feminista. Cre�an que el �mundo del f�tbol [que amaban] era machista� (Caro y Nadia, comunicaci�n personal, 30 de abril de 2021). En la misma conversaci�n, Caro relata c�mo �en la cancha, cuando daba una opini�n o hablaba [sobre el partido], no me escuchaban ni prestaban atenci�n; y me menospreciaban porque soy mujer, �qu� podr�a entender yo de f�tbol?�. Nadia, por su parte, reconoce que �siempre hab�a tenido ideas feministas sin saberlo�, pero tambi�n �un mont�n de ideas machistas debido a una sociedad que te educa en ellas� (Caro y Nadia, comunicaci�n personal, 30 de abril de 2021).

La campa�a #NiUnaMenos puede ser vista como un punto de inflexi�n para las militantes del f�tbol feminista y es descrita como un �antes y un despu�s� por Caro y Nadia, dado que les brind� una oportunidad "para poner en palabras muchas de las cosas que nos suceden como mujeres, particularmente en el f�tbol". Nadia ha podido afirmar su identidad como hincha de San Lorenzo a trav�s de San Lorenzo Feminista, espacio que le proporcion� una oportunidad para �deconstruir el club�, reconoci�ndolo como una instituci�n que es mucho m�s que solo f�tbol masculino, y enfatizar los elementos que �coinciden con [sus] valores� (Caro y Nadia, comunicaci�n personal, 30 de abril de 2021). La participaci�n en el #NiUnaMenos expuso a muchas nuevas militantes a los discursos y pr�cticas de la pol�tica feminista, generando formas innovadoras de sociabilidad en espacios futbol�sticos, como grupos y organizaciones de hinchas, que hab�an estado ausentes previamente de la pol�tica feminista. La militancia a favor de la Ley de IVE habilit� no solo la identificaci�n simb�lica con el movimiento, sino tambi�n la puesta en pr�ctica y consolidaci�n del �f�tbol feminista� durante las movilizaciones.

El f�tbol en los Encuentros Nacionales de Mujeres. �Qu� significa el f�tbol para vos?

Existe una larga historia de activismo feminista en Argentina que prefigur� la organizaci�n de las campa�as #NiUnaMenos y por el Aborto Legal. El Encuentro Nacional de Mujeres, un evento anual que se lleva a cabo en una ciudad argentina diferente cada a�o, comenz� en 1986 y se convirti� en la columna vertebral del movimiento. Los Encuentros se componen de talleres sobre diversos temas, organizados por militantes feministas basados en principios de horizontalidad e igualdad (Masson, 2007). Si bien el deporte hab�a surgido como tema de discusi�n durante los talleres a lo largo de los a�os, el f�tbol como tema central fue incluido por primera vez en la agenda oficial del Encuentro de 2018 en la ciudad de Trelew. En los a�os previos, de modo informal el f�tbol se hac�a presente a trav�s de un torneo de f�tbol callejero que, en el Encuentro de 2014 en Salta, se convirti� en un espacio de discusi�n y reflexi�n. Torneos similares se ampliaron progresivamente en cada Encuentro subsiguiente. Para 2018, el torneo en Trelew incluy� a 109 equipos de futbolistas, entrenadoras, periodistas deportivas, acad�micas e hinchas de toda Argentina. Los equipos ten�an nombres como Abriendo La Cancha de C�rdoba, Las Martas de Santa Fe, La Nuestra de Buenos Aires y Boca es Pueblo (Fern�ndez Fuks, 2018). Junto con el torneo se organizaron talleres de �F�tbol y Feminismos�. Para M�nica, fue un �logro hist�rico� ser reconocido oficialmente en el programa del Encuentro. Como joven activista en la Comunidad Homosexual Argentina y futbolista durante los a�os 80 y 90, el feminismo era, para ella, �mucho m�s blanco. Pertenec�a a las acad�micas que eran muy cr�ticas. Nos dec�an si algo era feminista o no, y el f�tbol no lo era� (Santino, comunicaci�n personal, 20 de abril de 2021). La investigadora canadiense Helen Lenskyj (1995) conceptualizaba esta distancia entre el deporte y el feminismo como �fobia al deporte�, mostrando que el f�tbol, as� como los deportes en general, no se encontraban entre las principales preocupaciones del feminismo en el mundo. El feminismo dominante consideraba que otros temas eran m�s urgentes en la agenda. Hang & Garton (2022) argumentan que esto no significa que no hubiera feministas preocupadas por el deporte, o mujeres que, sin percibirse a s� mismas como feministas, lucharan por la participaci�n femenina en los deportes. Por lo tanto, si bien es posible identificar a Trelew como un punto de origen, muchas militantes de �la Coordi� reconocen r�pidamente las contribuciones de mujeres que han luchado por un f�tbol feminista a lo largo de los a�os y que han sido invisibilizadas por el patriarcado, tal como el trabajo de activistas como M�nica y la entrenadora Lorena Berdula (Elsey, 2019). M�nica explic� que "fue maravilloso lo que sucedi� en [Trelew]. Formamos una ronda enorme y hablamos sobre una pregunta sencilla: '�qu� significa el f�tbol para vos? �Qu� significa jugar?' Y, [la conversaci�n] abri� una serie de heridas que para muchas no hab�an sido sanadas" (Santino, comunicaci�n personal, 20 de abril de 2021). Las revelaciones de experiencias dolorosas compartidas, de exclusi�n, desigualdad y violencia, crearon una base para la solidaridad mutua entre las participantes que desde entonces ha sido central para el f�tbol feminista. A partir de all�, se comenz� a trabajar para crear la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista.

�La Coordi� est� compuesta por organizaciones de hinchas de diferentes clubes, periodistas deportivas, atletas, futbolistas, entrenadoras, investigadores y profesoras que abordan el deporte desde una perspectiva de g�nero y feminista. Las militantes con las que hablamos enfatizaron la organizaci�n horizontal y la pluralidad polif�nica como los valores primordiales del espacio. Esta pluralidad surge a trav�s de las formas de organizaci�n del f�tbol: los colectivos de hinchas feministas que han adoptado estructuras que combinan los principios feministas de horizontalidad con pr�cticas hist�ricas vinculadas al f�tbol argentino, tales como la creaci�n de pe�as[7] en los clubes; jugadoras y entrenadoras que crearon equipos comunitarios de base que y se organizan para conseguir recursos al tiempo que ocupan espacios para jugar. La horizontalidad surge de la necesidad de reconocer y responder a las diversas realidades y desaf�os enfrentados por mujeres, ni�as, personas transg�nero y no binarias en el f�tbol en las diferentes regiones de Argentina.

��La Coordi� funciona organizada en comisiones. La comisi�n de redes sociales trabaja visibilizando diferentes situaciones de violencia de g�nero y discriminaci�n en el �mbito deportivo, y difundiendo acciones con el objetivo de reflexionar sobre esas tem�ticas a la vez que busca intervenir en el debate p�blico. Otra comisi�n se enfoca en �la calle�, es decir, en la organizaci�n para ocupar el espacio durante las movilizaciones para armar las canchitas. Para los diferentes grupos de hinchas, ser parte de �la Coordi� funciona como una red m�s amplia en la cual apoyarse. Nadia, de San Lorenzo Feminista, argumenta que como no es la misma realidad para todos los clubes, �nos damos fuerza mutuamente. Es como que tambi�n impulsa nuestra propia lucha en nuestros clubes, es decir, nuestras luchas particulares que tenemos todos los d�as (...) Entonces tambi�n aprendemos todo el tiempo de las luchas de las dem�s� (Caro y Nadia, comunicaci�n personal, 30 de abril de 2021). De todos modos, las pr�cticas de solidaridad y colaboraci�n entre agrupaciones de diversos clubes, que de otro modo ser�an rivales en la competencia deportiva, pueden generar una tensi�n para las integrantes de �la Coordi� que exploraremos a continuaci�n.

Luchando por un espacio para jugar. La cancha como s�mbolo de apropiaci�n de la identidad nacional

La lucha por el espacio para que mujeres, ni�as, personas transg�nero y no binarias jueguen no es una innovaci�n de la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista. En muchos aspectos, la creaci�n de �canchitas� fluye de la historia misma del f�tbol en Argentina, en cuyo mito fundacional est� la pr�ctica de hacer lo necesario para transformar el espacio abierto en un lugar para jugar. La necesidad de estos espacios ha sido un aspecto crucial de la realidad del f�tbol en Argentina, particularmente en la Buenos Aires urbana, desde su llegada y popularizaci�n entre jugadores de clase trabajadora a fines del siglo XIX y principios del XX. El espacio en los parques p�blicos siempre ha sido limitado en los centros urbanos y los campos de c�sped han sido controlados por clubes privados. El historiador del f�tbol Julio Frydenberg se�ala que para los hombres y ni�os econ�micamente marginados �el f�tbol tuvo en la calle su espacio primordial. Los noveles y entusiastas jugadores se apropiaron de ella y la transformaron en un lugar de sociabilidad para los varones adultos, j�venes y ni�os� (2011, p. 93).

En otros contextos, los terrenos de tierra y los campos de pastoreo de animales, llamados potreros, se convirtieron en campos de entrenamiento �speros y rasposos, y en espacios para jugar un estilo de juego libre y fluido, ahora ic�nico, desatado por la astucia y la creatividad. Para Archetti (2008), las historias m�ticas del potrero como un espacio incubador para el f�tbol al estilo argentino proporcionaron im�genes poderosas en la construcci�n de una narrativa entrelazada de la naci�n masculina y su territorio. Si bien estos mitos e historias giraban en torno al juego de ni�os y hombres, el papel de las mujeres en la formaci�n del f�tbol a menudo quedaba sin escribir y silenciado, contribuyendo a la constituci�n de un tipo de masculinidad hegem�nica sobre el territorio del campo de f�tbol. Dada la importancia del f�tbol para la cultura nacional de Argentina (Archetti, 2016; Alabarces, 2014), los esfuerzos por silenciar y excluir la participaci�n de mujeres, personas transg�nero y no binarias de los espacios del f�tbol se traducen en un esfuerzo patriarcal por excluir su participaci�n en la producci�n de la cultura popular de manera m�s amplia en Argentina (Pujol, 2019; Garton, 2019; Elsey & Nadel, 2019). Esta exclusi�n, sin embargo, ha sido continuamente confrontada con creatividad, apropiaci�n y transformaci�n del f�tbol, incluyendo el activismo de larga data de jugadoras como las Pioneras, que representaron a Argentina en la primera Copa Mundial Femenina en 1971. Las cualidades m�ticas nos invitan a reflexionar sobre el significado entrelazado de la pr�ctica del f�tbol feminista de ocupar el espacio durante manifestaciones feministas y la vida cotidiana, donde se procura transformar esos espacios en lugares para jugar.

La ge�grafa feminista brit�nica Doreen Massey (1994) recuerda pasar por los campos de f�tbol a lo largo del r�o Mersey, llenos de j�venes jugadores:

entonces, como una ni�a desconcertada y ligeramente pensativa, me di cuenta por primera vez que este enorme tramo de la llanura de inundaci�n del Mersey hab�a sido completamente entregado a los ni�os. No iba a esos campos de juego, parec�an prohibidos, otro mundo. (p. 185)

Massey se�ala esta experiencia formativa como el comienzo de una comprensi�n del espacio como emergente de una multiplicidad de dimensiones de las relaciones sociales, incluida poderosamente la dimensi�n de g�nero, que a su vez afecta las posibles relaciones sociales establecidas a trav�s de los espacios. M�nica describe v�vidamente encontrar los l�mites de g�nero mientras crec�a, y c�mo el hecho de entrar en los espacios de juego de los chicos transformaba las relaciones con los dem�s a su alrededor:

Tengo recuerdos muy fuertes de jugar en la calle. Fuertes, porque recuerdo ver a los chicos jugar al f�tbol. Ten�a siete u ocho a�os. Y ve�a a los chicos jugar en la calle desde la puerta de mi casa, yo quer�a jugar. Ten�a un deseo fuerte e imparable de jugar, de hacer algunos pases, de sacarme la verg�enza y la monta�a de cosas que suceder�an con todo el mundo mir�ndome. M�s adelante, quer�a ser lo mejor posible para que me aceptaran... Yo era parte del grupo. Los problemas comenzaron m�s tarde, la mirada de los chicos cambi�, y tambi�n de mi familia. (Santino, comunicaci�n personal, 20 de abril de 2021)

Frente a la exclusi�n en la construcci�n generizada de los espacios para jugar, las mujeres, ni�as, personas transg�nero y no binarias han tenido que desarrollar pr�cticas de ocupaci�n, reutilizaci�n y creaci�n de sus propios espacios para crear oportunidades para jugar. La experiencia temprana de M�nica es representativa de muchas otras que tambi�n se encontraron con barreras que las excluyeron, adem�s del poco apoyo institucional o social para poder jugar. La ubicaci�n simb�lica de las canchitas para los picaditos en las calles y espacios abiertos en marchas y Encuentros se convierte en un acto pol�tico poderoso. Los esfuerzos de las militantes del f�tbol feminista por conseguir espacios para jugar apropian y rearticulan, a trav�s de una postura feminista, la pr�ctica transformadora de �hacer lo necesario� con los espacios para jugar, que previamente caracterizaba a hombres y ni�os econ�micamente marginados, afirmando as� el derecho a jugar. Pr�cticas similares de apropiaci�n y transformaci�n de espacios de f�tbol se pueden ver en otras acciones de militantes del f�tbol feminista: desde ocupar espacio en las tribunas, hasta ocupar posiciones pol�ticas en las comisiones directivas en clubes o crear equipos y clubes expl�citamente para ni�as, mujeres, personas transg�nero y no binaries.

El domingo 13 de octubre de 2019, la bandera de la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista encabez� la marcha de m�s de 200 000 personas que participaron en el 34� Encuentro Nacional de Mujeres en la ciudad de La Plata. Cientos de hinchas con los colores de sus clubes, jugadoras, dirigentas y periodistas deportivas marcharon detr�s de la bandera. Llevaban bombos y banderas, elementos folkl�ricos t�picos de las canchas de f�tbol argentino, y cantaban canciones que hab�an ensayado el d�a anterior mientras jugaban unos �picaditos� en la �canchita� armada en la Plaza San Mart�n de La Plata. Las letras del cancionero feminista, que toman melod�as cl�sicas del f�tbol masculino, conten�an versos como: "un ca�o al patriarcado y la opresi�n; el f�tbol va a ser de todas o no va ser; s�, chab�n, llevamos en los botines la revoluci�n". La (re)apropiaci�n de canciones populares de f�tbol masculino muestra c�mo la militancia de �la Coordi� entrelaza pr�cticas pol�ticas feministas con otras de la cultura futbol�stica, combinando su pasi�n con los principios y valores fundamentales de la organizaci�n pol�tica feminista. M�nica articula el significado de las emociones aprendidas a trav�s del f�tbol con la presencia de �la Coordi� en el movimiento feminista:

Hemos sido convocadas a muchas acciones pol�ticas debido a la fuerza de las emociones que transmitimos por recuperar lo que era nuestro, pero de lo que nos excluyeron... Nos apropiamos una parte de esta poderosa identidad masculina del folklore del f�tbol, la parte que nos anima a jugar y nos anima como hinchas. Tiene algo que ver con c�mo vivimos el f�tbol. Nuestras canciones de f�tbol, por ejemplo, son una genialidad; canciones que hoy son como himnos, que es todo esto que tiene tan maravilloso el f�tbol en Argentina. Si hay una canci�n, comenzar�s a cantarla. Y cantas y cantas. Es como una especia de letan�a, no importa si est�s ganando o perdiendo, lo que est�s celebrando es tu identidad y pertenencia. Creo que cada vez que con �la Coordi� nos reunimos estamos celebrando nuestra identidad y pertenencia, esta nueva cosa chiquita que tenemos: el feminismo futbolero. (Santino, comunicaci�n personal, 20 de abril de 2021)

Muchas de las canciones cantadas por �la Coordi� se apropian de las melod�as familiares utilizadas en el f�tbol masculino, as� como de melod�as t�picas de la militancia pol�tica, en parte para generar un sentido emocional compartido de pertenencia durante las marchas, manifestaciones y eventos. Dentro de las canchas, el canto colectivo de las canciones crea una atm�sfera afectiva que ayuda a generar un sentido performativo y corporal de colectividad (Hawkins, 2017). Seg�n Javier Bundio (2020), las canciones de f�tbol masculino de la cultura futbol�stica argentina son declaraciones de una esfera social espec�fica: la del estadio de f�tbol y su multitud. Las canciones se crean a trav�s de un proceso de contrahechura, que implica cambiar la letra de una canci�n o poema, manteniendo la misma melod�a y/o m�trica. Las canciones de cancha extraen melod�as de las industrias culturales y las transforman en parte de la cultura popular masiva (Bundio, 2020, p.75).

Una condici�n importante de las identidades futbol�sticas es su estructura de oposici�n. La peculiaridad del caso argentino es que estas identidades estaban estructuradas en la ret�rica del aguante, una categor�a nativa que denota un sistema de honor y prestigio (Alabarces, Garriga Zucal y Moreira, 2008) vinculado a la violencia y confrontaciones f�sicas. La posesi�n de aguante por parte de los hinchas configura un tipo de masculinidad basada en la tolerancia al dolor en confrontaciones f�sicas, tener aguante, ser un hombre, y est� tipificada por las pr�cticas de los grupos de hinchas organizados llamados barrabrava. Aunque las barrasbravas son sus m�ximos exponentes, el aguante configura una cultura que es constitutiva del f�tbol argentino en todos los niveles. Bundio (2020) muestra c�mo alentar y cantar en un partido de f�tbol es una actuaci�n cultural antag�nica que enfrenta una imagen idealizada de s� mismo del grupo, en oposici�n a una imagen inferior del otro. Las hinchadas utilizan repertorios que incluyen la competencia violenta, letras homof�bicas o xen�fobas- para construir y reafirmar las fronteras entre las dos comunidades de hinchas.

Las representaciones sobre "nosotros" y "otros" se construyen a partir de una l�gica de representaci�n dicot�mica, excluyente y polar, donde el otro es siempre representado como una alteridad radical ubicada en el polo negativo de las distintas escalas valorativas que son relevantes para el hinchismo (Bundio 2020, p. 184). Sin embargo, el aguante tambi�n est� relacionado con el folklore que sucede en y alrededor de los estadios, que incluye los bombos, banderas y canciones (Cabrera, 2024; Daskal, 2018). Las hinchas feministas cuestionan lo que denominan como la dimensi�n machista de este folklore y la dimensi�n violenta de las rivalidades futbol�sticas, sin necesariamente cuestionar la rivalidad en s� misma o la dimensi�n festiva en la cancha. Por ejemplo, en una de las canciones feministas de f�tbol, las letras construyen al otro como masculinidad hegem�nica en el f�tbol a trav�s de identificarlo con un s�mbolo inferior, que es para ellas el barrabrava:

Qu� pas� barrabrava

que la hinchada est� libre de machos

Qu� pas� barrabrava

que al final eran todos unos fachos

Van pasando los a�os

Jugadores tambi�n dirigentes

Qu� pas� con las pibas

Es lo que se pregunta la gente

Y las pibas te copamos la parada

Oh oh

En las calles, en las canchas y en las camas

Oh oh

Si tu f�tbol lo cuida la Polic�a

Y Nuestro f�tbol es alegr�a

es disidente, es feminista.[8]

�Participar en la contrahechura de las canciones de cancha es una oportunidad para que las militantes del f�tbol feminista reflexionen sobre la cultura futbol�stica de un modo m�s amplio. La deconstrucci�n de las canciones de cancha masculinas ha sido para San Lorenzo Feminista un momento clave desde el cual reimaginar su lugar en las tribunas:

Hemos intentado deconstruir y transformar la violencia que implica la discriminaci�n [en canciones contra Boca]; es muy inc�modo estar en la cancha cuando hay una canci�n xen�foba. Desde el feminismo comenzamos a pensar, 'no m�s', no podemos tolerar estas cosas en la cancha. Es posible hacer feminismo en el f�tbol y transformar lo que significa ser hincha, las canciones, el folklore... Por ejemplo, cuando �bamos a ver el v�ley femenino, era incre�ble, todas las canciones eran para los hombres. Cantaban 'pongan huevos'. Si bien, nadie estaba pensando literalmente 'tienen huevos' pero todo lo que cant�bamos ten�a que ver con los hombres, con c�mo el macho vive el f�tbol. Aunque supuestamente est�bamos ah� para apoyar a San Lorenzo, como grupo no est�bamos apoyando a las chicas que estaban jugando al v�ley. Y la violencia estaba all�. Cantarle a una mujer que ponga huevos no tiene sentido, y comenzamos a darnos cuenta de la violencia. Necesit�bamos deconstruir lo que est�bamos diciendo. (Caro del colectivo San Lorenzo Feminista, comunicaci�n personal, 30 de abril de 2021)

Para el f�tbol feminista, identificar y alterizar con los �machos� nombra la existencia de lo que puede ser opuesto. Del mismo modo, otras investigaciones han advertido en diferentes colectivos a lo largo del pa�s la alterizaci�n producida por los colectivos en la b�squeda de la construcci�n del f�tbol feminista. Mientras que la investigadora M�nica Sosa V�zquez se�ala que la alteridad por excelencia del f�tbol feminista es el f�tbol de chabones, aquel que excluye y disciplina a las mujeres (cis y trans), lesbianas, bisexuales, travas, transg�nero y no binaries (2021, p. 87), D�bora Majul advierte la emergencia del f�tbol feminista como �resistencia� al f�tbol binario y corporalmente reglamentado (2021, p. 10).

En este sentido, para Caro, es posible transformar el folklore del f�tbol masculino en un sentido anti-patriarcal. As�, sostiene que:

el folklore que vivimos cuando nos juntamos con la bandera de la Coordinadora, con las banderas de todos los equipos, de todos los colores, y cantamos todas juntas; es el folklore que hemos logrado transformar, la capacidad de pensar desde el feminismo y nuestra pasi�n... es el poder de lo que significa ser hincha, las canciones y el folklore. El folklore de lo que significa ir a la cancha, la pasi�n, el aguante por tu club. Pero podemos transformarlo, sacando la parte de violencia que viene del f�tbol patriarcal. (Caro, del colectivo San Lorenzo Feminista, comunicaci�n personal, 30 de abril de 2021)

En esta relaci�n, las militantes del f�tbol feminista se apropian de la celebraci�n emocional y del folklore popular de las canchas, incluyendo aquellos aspectos del aguante que implican una disposici�n rebelde y anti-autoritaria, mientras desaf�an los aspectos de la violencia machista. El aguante vinculado a la violencia operaba como un capital que las barrasbravas intercambiaban con sus clubes a cambio de beneficios, como obtener entradas o transporte. El aguante tambi�n tiene una dimensi�n vinculada al desempe�o de los hinchas en la tribuna, que transmite una pasi�n y una fuerza capaces de influir en el resultado del partido (Hawkins, 2017). Esta �ltima dimensi�n es encarnada por las militantes del f�tbol feminista, que lo resignifican en un folklore que denominan feminista y que tambi�n es valorado por otros sectores del movimiento: la Coordinadora es reconocida porque transmite emoci�n. La emotividad est� anclada en el cuerpo, que est� en el centro de la militancia del f�tbol feminista: est� en las canciones, en las banderas, en aguantar, en jugar, en ocupar la cancha. El uso de canciones de cancha refleja el compromiso m�s amplio del f�tbol feminista con la pasi�n, las rivalidades y la emoci�n en el folklore de la cultura futbol�stica en Argentina.

Las hinchas feministas contin�an reflexionando sobre el significado de las rivalidades hist�ricas de sus clubes. Al definirse como fan�tica de Gimnasia, Bel�n, una socia de Gimnasia que form� parte del �rea de g�nero desde sus inicios, describi� c�mo debe hacerlo en oposici�n a su cl�sico rival Estudiantes de La Plata. Durante el trabajo de campo con las mujeres que forman parte del �rea de g�nero del club de Gimnasia y Esgrima La Plata, Hang (2020) observ� que los comentarios ir�nicos sobre el equipo rival eran comunes en las reuniones, y los chistes sobre su cancha o sus jugadores se contaban entre risas en momentos privados. Hang (2020) muestra que las hinchas feministas de Gimnasia llevan a cabo un trabajo pol�tico a trav�s del cual tramitan las rivalidades desde una idea de sororidad, que implica un reconocimiento compartido de experiencias comunes de opresi�n y desigualdad. Para construir la sororidad sin perder la rivalidad, que es fundamental en su identidad como hinchas, se requiere un trabajo sutil de articulaci�n de las diferencias, que a menudo tiene lugar en los peque�os detalles de las acciones cotidianas desde las que se construye un f�tbol feminista. Las bromas sobre los rivales, por ejemplo, funcionan como una forma de diferenciar las aficiones y mantener la identidad del equipo dentro de una red m�s amplia de hinchas feministas. Cuando se les pregunt� sobre su relaci�n con su cl�sico rival, Hurac�n, la primera reacci�n de las feministas de San Lorenzo Feminista fue la risa: "Eso no cambia, no nos gusta Hurac�n", dijeron Caro y Nadia, riendo. Pero despu�s de pensar durante unos segundos, Nadia reflexiona:

�M�s all� de que incluso podemos hacer bromas entre nosotras mismas, nos cagamos de risa con todas las chicas de los otros equipos, pero transformamos la palabra folklore en realmente lo que ves [en la Coordinadora]. La cabeza te explota cuando nos ves a todas juntas, es una locura... Descubr�s que en otros clubes hay muchas pibas como nosotras, nos vemos, aprendemos de las otras, y que tenemos muchos de los mismos objetivos y batallas compartidas. (Nadia, del colectivo San Lorenzo Feminista, 30 de abril de 2021)

La rivalidad a trav�s de la sororidad permite desarrollar lazos de solidaridad, mientras se mantienen las identidades de pertenencia establecidas a trav�s del folklore del f�tbol.

Conclusi�n. La emoci�n de recuperar lo que siempre fue nuestro

A lo largo de este art�culo hemos mostrado los procesos a trav�s de los cuales las militantes de la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista convierten al f�tbol en una praxis feminista. Las movilizaciones masivas en torno a #NiUnaMenos y la Campa�a por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito permitieron una llegada masiva del feminismo al f�tbol, pero tambi�n crearon oportunidades para que el f�tbol influyera en el feminismo. Dentro de estas movilizaciones feministas, las luchas de larga data, pero a menudo aisladas de muchas mujeres en la historia del f�tbol, pudieron converger en torno al proyecto de un f�tbol feminista. Los �picaditos�, las �canchitas� y el cancionero feminista contribuyen al folklore propio de la Coordinadora, que involucra su propia identidad construida en oposici�n al f�tbol patriarcal masculino. A su vez, el f�tbol feminista se ha embarcado en un proceso de rescate de la emotividad y pasi�n de lo que se reconoce como parte del folklore del f�tbol. Al hacerlo, el f�tbol feminista est� transformando el folklore futbol�stico en un recurso valioso para otros sectores del feminismo. Compuesto por una multiplicidad de organizaciones y militantes de diferentes espacios, el f�tbol feminista maneja los conflictos a nivel pol�tico y tramita las rivalidades futbol�sticas bajo la idea de sororidad. Para ello, estructuran su pr�ctica en torno a una experiencia compartida alrededor de la expulsi�n original del f�tbol, un deporte que en Argentina era casi exclusivamente de hombres.

M�nica reconoce que el poder del f�tbol feminista tiene ra�ces en la emotividad que transmiten debido a "recuperar lo que era nuestro, pero de lo que nos dejaron afuera" (Santino, comunicaci�n personal, 20 de abril de 2021). La praxis de �la Coordi� se estructura bajo esta idea: no se trata de transformar completamente el f�tbol, sino de aquellos aspectos en los que se expresan pr�cticas machistas, homof�bicas y mis�ginas. Tambi�n se trata de reconocer el potencial del f�tbol como algo pol�tico, capaz de movilizar emociones �nicas hacia la solidaridad mutua en la diversidad. La (re)apropiaci�n del folklore futbol�stico revela c�mo la militancia de las feministas que forman parte de la Coordinadora entrelaza pr�cticas de pol�tica feminista con culturas futbol�sticas, integrando en particular su pasi�n con los principios fundamentales y valores de la organizaci�n pol�tica feminista.

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[1] Licenciada en Sociolog�a y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de La Plata. Es investigadora asistente de CONICET con lugar de trabajo en el IdIHCS-UNLP y docente del departamento de Sociolog�a de la FaHCE-UNLP.

[2] Doctor en Antropolog�a por Carleton University, Ottawa, Canada. Es profesor asociado del departamento de Sociolog�a y Antropolog�a de Carleton University, Canad�. �

[3]En este art�culo las palabras y frases nativas ir�n entrecomilladas, explicando su sentido en las notas al pie. Los �pa�uelazos� fueron acciones colectivas desarrolladas durante las movilizaciones que tuvieron lugar en Argentina para reclamar por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Consist�an en acciones colectivas donde las militantes desplegaban al aire los pa�uelos verdes, s�mbolos distintivos de la Campa�a Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito de la Argentina, herederos del hist�rico pa�uelo blanco de las Madres de la Plaza de Mayo. Para ampliar referencias sobre los pa�uelazos recomendamos el art�culo de Felitti y Ram�rez Morales (2020).

[4] El t�rmino �canchita� refiere en este caso a una cancha informal donde tienen lugar los �picaditos aborteros�, partidos con reglas laxas, que tienen lugar en el espacio p�blico y con el objetivo de visibilizar la lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Como veremos a lo largo del art�culo, la �canchita� adquiere un lugar central en el repertorio de acciones de la Coordinadora Sin Fronteras de F�tbol Feminista.

[5] M�nica Santino es una ex jugadora de f�tbol, entrenadora y militante feminista. Forma parte de La Nuestra F�tbol Feminista, un colectivo dedicado al f�tbol para mujeres y disidencias en la Villa 31 de la ciudad de Buenos Aires, del cual fue cofundadora en el a�o 2007. Por su trayectoria militante y el trabajo de reflexi�n, intervenci�n y praxis que desarrolla desde La Nuestra, se ha constituido en una de las m�ximas referentes del futbol feminista.

[6] En este punto, vale la pena realizar una aclaraci�n en relaci�n al concepto de folklore, tal como se lo concibe en el �mbito del f�tbol argentino. Si bien la categor�a folklore ha sido ampliamente debatida a lo largo de la historia, podemos decir en un sentido amplio que refiere a las manifestaciones culturales de un pueblo. Ahora bien, cuando en Argentina se habla de �folklore del f�tbol� se hace referencia a todo un conjunto de pr�cticas que son constitutivas del ir a la cancha: llevar banderas, bombos y cantar canciones para alentar al equipo. Ahora bien, tal como sostiene Bundio (2020), la noci�n de folklore expresa una encrucijada entre las pr�cticas culturales y las pr�cticas discriminatorias. Seg�n el autor, existe una tensi�n entre una interpretaci�n del aliento como pr�ctica discriminatoria -es decir como violencia- por parte del Estado, los medios de comunicaci�n y un sector minoritario de hinchas; y una interpretaci�n nativa que lo concibe como �folklore� y que niega su car�cter discriminatorio. Esto repercute directamente en los procesos de naturalizaci�n de la discriminaci�n. Por eso, vamos a ver en este art�culo que para las militantes feministas el debate en torno al folklore ser� central en su repertorio pol�tico. No se trata de eliminar los elementos folkl�ricos, sino de transformarlos en un sentido no violento.

[7] Grupos semiaut�nomos que organizan actividades sociales para los hinchas y socios de los clubes

[8] Se pueden encontrar todas las canciones de este cancionero en el perfil de la red social Instagram de la Coordinadora: @coorfutfem