Editorial

 

 

El animal palpitaba en mis brazos con rumores de rganos vivos,

calor, coraz n, respiraci n, todo musical y silencioso al mismo tiempo.

 

Alejandra Pizarnik

 

Dedicado a la memoria de mi perro Domingo

(2009-2023)

 

El presente n mero esboza y acomuna multiplicidades irreductibles de voces que, a la par de hablar, quisieran tambi n ulular, aullar, parlotear, bufar, croar, musitar, gru ir, ladrar y maullar. Trazos, apuntes y registros en una especie de bosquejo de cuaderno de bit cora ornitol gico de las huellas de una singular polyphōn a: escrituras m ltiples y voces diversas que se entrecruzan, se enredan, se llaman, se convocan, se remiten, se diferencian, se aproximan y tambi n por qu no habr a de ser as ? se distancian. Cada voz al modo de cada animal arriesga un modo sensible de pensar-conocer-hacerse-con-un-mundo: un mundo entre multiplicidad de maneras de mundos posibles, modos plurales de existencia que son impelidos a alzar la voz y levantar el vuelo por la urgencia de reconocer que es a trav s de la diferencia y dentro de lo diverso que se exalta la existencia / Lo Diverso decrece / He ah el gran peligro (V ctor Segalen citado en Bernab , J. et al., 2011, p. 9).

Es la in-quietud animal aquella que, como incesante pre-texto, compone y entreteje las diversas escrituras ac inscritas. Preguntas por los diversos modos de ser de lo animal, modos no pocas veces avasallados, maltratados y arrasados en nombre de un hist rica y pol ticamente constituido humano demasiado humano; cuestiones a prop sito de a qu vidas se les permite el ser vividas, lloradas, cuidadas; estremecimientos infringidos a lo propio de lo humano (aquella soberbia que impele a considerarse centro, due o y se or del resto de lo otro viviente): todas ellas son preguntas que continuamente recaen y se inscriben sobre cuerpos animales y vidas animalizadas; todas ellas son inquietudes que resuenan con las escrituras esbozadas en el presente n mero.

El n mero se abre con el art culo Alianzas salvajes. Hacia un animalismo decolonial, transfeminista y anticapacitista, escrito a cuatro manos por Anah Gabriela Gonz lez y Martina Davidson. En l se aborda el modo en que la categor a de animalidad ha sido repensada por diferentes minor as pol ticas en tanto topos en el que se interseccionan y atraviesan distintos ejes de opresi n no-excluyentes y que determinan-clasifican ciertos cuerpos como apropiables-sacrificables. Dicho atravesamiento da cuenta de la urgencia de pensar el especismo en tanto artificio m ltiple de ordenamiento de formas-de-vida, entramado constitutivo de violencias en el que se conjugan diversos criterios de jerarquizaci n de cuerpos que exige, a su vez, que las pr cticas de resistencia arriesgadas a crear mundos m s vivibles, tanto para minor as pol ticas como para los dem s animales no humanos alianzas salvajes , sean arriesgadas y configuradas desde un animalismo decolonial, antirracista, anticapacitista y transfeminista . Animalismo, pues, como punto de convergencia de luchas transfeministas, antirracistas, anticapacitistas y populares, situadas en tanto potencias cr ticas de desestabilizaci n de ordenamientos violentos y arrasadores de todos aquellos cuerpos que fugan constantemente de todo imperativo especista de un supuesto sujeto humano normal-universal.

Cassiana Lopes Stephan en Notas sobre nuestra ambivalencia o sobre el animal que nos habita: intersecciones furtivas entre Foucault, Butler, Telles y Lispector nos ofrece un tan bello como potente ejercicio de pensamiento de la tensi n en el que las hibridaciones y contagios entre filosof a y literatura disparan cr tica y creativamente el pensar-imaginar, todo ello en el marco de incesantes preguntas-cuestiones por las relaciones de s consigo mismo, con los otros y con el mundo. Ejercicios escriturales-vitales arrojados a con-mover vida y pensamiento a partir de motivos conceptuales tales como la espiritualidad, las ambivalencias y la melancol a, y detonados por escrituras en atravesamientos tan f rtiles como incesantes Lispector, Foucault, Butler y Telles se entretejen entre s ; afectos en tensi n amores med sicos y amores narcisistas , fuerzas que constituyen procesos de identificaci n y desidentificaci n de subjetividades en relaci n con la humanidad y la animalidad; esfuerzos y apuestas filos ficas-literarias-vitales por, quiz s, arriesgar otros modos de vivir y actuar con ambivalencia: Se alar la ambivalencia de los afectos respecto a la animalidad que atraviesa y nos constituye como humanas (...) la ambivalencia nos permite descaracterizar la l gica excluyente de los binarismos que distinguen claramente lo femenino de lo masculino, lo animal de lo humano, el amor de la amistad, el yo del otro (...) Los opuestos, en lugar de anularse, se atraen mediante un juego agon stico que los pone en tensi n .

En su art culo Pensar (con) lo animal Jonathan Caudillo invita al lector a realizar un recorrido por distintos momentos puntuales de la historia de la filosof a, teniendo como motivo gu a de traves a la figura de lo animal: presencia inquietante en la historia del pensamiento que, lejos de ser reducida a un mero ejercicio de rastreo te rico abstracto-conceptual, interpela y perturba las pr cticas y relaciones que sostenemos con los vivientes animales. El animal humano ha constituido y establecido hist ricamente una relaci n de instrumentalidad para con todo el resto de formas de lo viviente tambi n para con el animal que es y no deja de ser . El art culo busca a trav s de un ensamblaje polif nico de voces: Plat n, Esposito, Derrida, Deleuze, Von Uexk ll dar cuenta de otra manera de establecer relaciones con la animalidad en tanto otredad inapropiable, alteridad de inquietud inerradicable que escapa continuamente a todo esfuerzo del animal humano por instrumentalizarla, calcularla y capturarla: lo humano, en tanto construcci n hist rico-pol tica puntual, no agota ni la multiplicidad vital que somos, ni la multiplicidad diversa de lo viviente otro: los mundos plurales y en incesante composici n de lo animal.

Micaela Anzo tegui en su art culo Lamiendo las heridas de una vieja revoluci n: el problema de la (no) comprensi n de la teor a evolutiva de Darwin convoca la figura del naturalista ingl s en un ejercicio por hacer temblar y desestabilizar la arrogante pretensi n antropoc ntrica de excepcionalidad humana. Realizando, por una parte, un enriquecido recorrido por algunos de los postulados de la teor a evolutiva m s reciente y, por otra parte, rastreando c mo se ha recepcionado anacr nica y sesgadamente en ciertos sectores de la opini n p blica la teor a de la evoluci n , la fil sofa argentina dota de una actualidad interpelante al corpus te rico darwiniano a la hora de pensar cr ticamente el concepto hegem nico y jer rquico de lo humano (y los efectos concretos que de este se derivan en situaciones y pr cticas cotidianas). Desde lo planteado por el naturalista ingl s y siguiendo las fecundas l neas de Anzo tegui se habilita el necesario reconocimiento de la existencia de formas otras de vida en el planeta, todo ello desde un naturalismo materialista que, confrontando un antropocentrismo erigido como sombra de Dios y deudor de un naturalismo esencialista-metaf sico, descentra y hiere el narcisismo humano-humanista en una incesante revoluci n pol tico-epist mica.

En Figuraci n posthumanimal. Una mirada sobre la obra visual y perform tica de El Pelele, Andrea Torrano compone un f rtil entramado conceptual-sensorial en el que se interseccionan y atraviesan, por una parte, el posthumanismo cr tico de Rosi Braidotti y, por otra parte, la obra art stica, visual y perform tica en todo caso, intervenciones y experimentaciones est tico-pol ticas  de El Pelele. En su escritura, la fil sofa argentina propone la figuraci n posthumanimal como un modo de dar cuenta de la subjetividad alternativa contempor nea que, en claro distanciamiento de un sujeto humano-universal-independiente-determinante de la existencia, se caracteriza tanto por una hibridaci n y co-constituci n humano-animal, como por una transformaci n del sujeto sobre s mismo y con otres . Si lo humano en tanto medida de todas las cosas se erigi como centro fundante-dominante de todo lo existente este ltimo devenido mero recurso a la mano , el posthumanismo critica y devela el autoposicionamiento andro-antropo-euroc ntrico de un supuesto sujeto universal, teniendo por inter s habilitar transformaciones ontol gicas, epistemol gicas, ticas y pol ticas. En este marco de ideas, las composiciones art sticas de El Pelele desarrollar an y posibilitar an otras formas de ser y de sentir, interrumpiendo ciertas distribuciones de lo sensible, con la irrupci n de cuerpos que a la vez que cuestionan ordenamientos de lo sensible, tambi n constituyen aperturas a otras posibilidades y experiencias est tico-vitales.

Ariel Lugo en Ontolog a pol tica, democracia y animalidad, retomando y explicitando algunas nociones de ontolog a pol tica principalmente provenientes del corpus te rico derridiano abre la pregunta por un mundo por venir, esto acompa ado de los planteamientos de Viveiros de Castro y Danowski. Mundo por venir a la par que democracia por venir: una democracia que tienda siempre a la democratizaci n, donde la llamada del otro no sea reducida, exclusivamente, a la llamada humana (instancia de sojuzgamiento y sacrificio de todo lo otro viviente en nombre de un sujeto humano); topos, pues, de discusi n y diferencia donde la inquietante alteridad de lo animal, del animote, no ha de ser arrasada y (se) resiste a todo ejercicio de autoridad.

El n mero se cierra con la voz de la fil sofa colombiana Alejandra Mar n Pineda, en di logo a prop sito de su libro Ferocidad y mansedumbre. Exploraciones po ticas de lo animal en el teatro contempor neo sobre la violencia en Colombia. En el di logo con Mar n Pineda se rastrean motivos que continuamente resuenan en sus exploraciones po -pol ticas de la animalidad: incesantes atravesamientos entre arte, teatro, pol tica, violencia y filosof a que toman como piedra angular la irrupci n de los cuerpos animales; el recorrido que realiza por diversas obras teatrales contempor neas colombianas (entre ellas: La t cnica del hombre blanco de V ctor Viviescas; De peinetas que hablan y otras rarezas, y tambi n Gallina y el otro, ambas de Carolina Vivas; Cada vez que ladran los perros, de Fabio Rubiano) que se presentan en tanto inquietantes bestiarios ontol gico-pol ticos que continuamente se preguntan sobre c mo poetizar algo que resulta impoetizable, c mo no guardar silencio sobre la violencia sin por ello revictimizar a quienes la han padecido; tambi n la irrupci n de lo animal-animalizado en tanto cuerpos que hacen palpable cierta vulnerabilidad compartida; desplazamiento del logos aquello considerado como propiamente humano hacia lo animal; dispositivos de humanizaci n y animalizaci n. Interrogaciones, pues, atravesadas por lo animal a prop sito de descentramientos posibles de lo humano y pr cticas de suspensi n de una supuesta excepcionalidad humana.

A cada una de las voces ac expuestas un agradecimiento por posibilitar tanto en m como en quienes accedan a su atenta escucha tanta pluralidad de vida como nidos de palabras. Agradezco especialmente a Sergio Salgado y a Ricardo Hern ndez por toda la disposici n y esfuerzos para hacer posible el presente n mero.

 

Referencias

Bernab , J. et al. (2011). Elogio de la creolidad. Bogot : Pontificia Universidad Javeriana.