Juan Sebasti n Califa y Mariano Mill n,

Resistencia, rebeli n y contrarrevoluci n. El movimiento estudiantil de la UBA, 1966-1976

(Buenos Aires, Edhasa, 2023)

 

Iris Margarita Vallejo[1]

 

 

Resistencia, rebeli n y contrarrevoluci n. El movimiento estudiantil de la UBA, 1966-1976 de Juan Sebasti n Califa y Mariano Mill n se propone ahondar en unos de los actores m s din micos de la sociedad argentina en las d cadas de los sesenta y setenta. El libro toma como caso a la Universidad de Buenos Aires (en adelante, UBA) en el periodo 1966-1976. El recorte temporal a na dos momentos pol ticos que, con sus especificidades y matices, refractan en las universidades nacionales en general y en la UBA en particular: por un lado, la Revoluci n Argentina , y por el otro, el tercer peronismo.

 

Uno de los puntos en los que destaca el libro es el rigor emp rico, el uso de vastas fuentes que incluye prensa de tirada nacional y local, prensa partidaria, publicaciones de las agrupaciones estudiantiles, publicaciones institucionales de la UBA, publicaciones de federaciones y de centros, as como archivos y entrevistas en profundidad a militantes estudiantiles del periodo. Esta diversidad en el uso de fuentes se entiende a luz de la estrategia te rico-metodol gica por la que optan los autores, quienes sostienen que los enfrentamientos deben ocupar el lugar central de la explicaci n de las ciencias sociales sobre un movimiento de lucha (p. 19). Esto, en detrimento de aquellas perspectivas que jerarquizan las lecturas y discursos que los actores hacen de s mismos por sobre sus intervenciones en un proceso hist rico determinado.

 

El libro se compone de seis cap tulos y un anexo estad stico. En el primer cap tulo, Golpe de Estado, intervenci n universitaria, resistencia estudiantil y derrota, 1966-1967 , los autores dan cuenta de la reconfiguraci n de la universidad y del movimiento estudiantil tras la intervenci n producto del decreto-ley 16.912 promulgado tras el golpe de Juan Carlos Ongania en junio de 1966. La suspensi n de los organismos de cogobierno en la UBA provoc una doble reacci n: por un lado, la dimisi n de decanos; y por el otro, la respuesta de las organizaciones estudiantiles, de corte reformista y marxista, que en su mayor a se posicionaron r pidamente en contra de la intervenci n y del golpe. Dentro del arco estudiantil se destac tambi n la presencia del peronismo a trav s del Frente de Estudiantes Nacionales (FEN), una expresi n minoritaria del peronismo pero la nica que se posicion r pidamente en contra del golpe y la intervenci n. A su vez, los autores reconstruyen el clima de control y represi n que se dio hacia el interior de las facultades, en las cuales se incorporaron controles de entrada para las unidades acad micas. En este marco, los y las estudiantes pusieron en pie elementos de coordinaci n interclaustros en la universidad, a la par que, mediante la Federaci n Universitaria Argentina (FUA), esbozaron acciones de lucha. En agosto de 1966, el rectorado de la UBA qued a cargo de Luis Botet, quien permaneci hasta febrero de 1968. En este periodo, el gobierno indic que era necesario no solamente poner orden en las casas de estudio sino tambi n avanzar en la modernizaci n de las mismas. Fue en este ltimo punto en el cual las diferencias con Botet fueron insalvables.

 

El segundo cap tulo, La dictadura empieza a retroceder, 1968-1970 , comprende un periodo caracterizado por protestas obreras a lo largo del pa s. La Confederaci n General de los Trabajadores propend a por una mayor confrontaci n con la dictadura. A nivel general, el periodo se caracteriza por un programa, por parte de los estudiantes, en contra de la Ley Org nica de Universidades Nacionales sancionada en 1967, pero tambi n en contra de los aranceles y en pro del ingreso irrestricto. En la UBA, el rectorado de Devoto busc avanzar en planes de modernizaci n y aggiornamiento de la universidad en un contexto general de gran movilizaci n obrera y estudiantil que se expres de manera dispar en el pa s. A su vez, en la universidad crecieron las tomas de facultades y las movilizaciones callejeras de la FUA por la visita al pa s de Rockefeller. En este contexto hay un recambio en la Secretar a de Educaci n, con Sardo Perez Guilho al frente, quien busca crear un canal con los estudiantes con el fin de mermar la conflictividad. Ahora bien, aunque a mitad de 1969 disminuye la movilizaci n, las luchas contra el limitacionismo contin an siendo un eje estructurador del periodo. Por ltimo, uno de los debates focales que se introduce es el rol del reformismo en el periodo y se plantea que si bien algunos sectores hablaban de un agotamiento de esta corriente, la recuperaci n de las organizaciones que intervienen entonces da cuenta de su presencia y ascenso dentro del espectro de identidades pol tico-universitarias.

 

En el tercer cap tulo, La ofensiva estudiantil entre las botas y los votos, 1970-1972 , se da cuenta del derrotero del movimiento desde mediados de 1970, luego del Cordobazo , hasta el final de la dictadura. En este periodo se dan ciertos hitos en las federaciones de estudiantes que van a ser claves para entender la complejidad y los matices del movimiento estudiantil en dicho lapso. Por un lado, el relanzamiento de la extinta FUBA en la UBA, con un rol destacado de los comunistas; y por el otro, la fragmentaci n de la FUA, que lleva al Movimiento de Orientaci n Reformista (MOR) a hacerse cargo de la conducci n de la FUA La Plata y a la Franja Morada, de corte reformista, a hacerse cargo de la conducci n de la FUA C rdoba. Asimismo, los autores reconstruyen las acciones de lucha en el marco del rectorado de Quartino en 1971, contexto en el que tuvo lugar la ocupaci n de facultades y de donde emergi un nuevo actor: el cuerpo de delegados, inspirado en las tradiciones del clasismo cordob s. A su vez, subrayan la consolidaci n, en la presidencia de Lanusse, de formas represivas que son un antecedente a las predominantes del ltimo peronismo. El ascenso de formas sucias al margen de la institucionalidad del Estado (apoy ndose en pr cticas parapoliciales, desapariciones temporarias, detenciones a disposici n del poder ejecutivo y represi n a movilizaciones), va a ser una tendencia que se profundizar en los siguientes a os.

 

En el cuarto cap tulo, Todo aquel fulgor . Entre la llegada de C mpora y el Rectorado de Puigross, marzo-octubre de 1973 , se aborda un nuevo periodo en el que el fin de la dictadura y el gobierno de C mpora van a ser elementos fundamentales para la configuraci n de la universidad y sus actores. Uno de los puntos a destacar del periodo es c mo se reconfigura la estrategia del peronismo estudiantil. En tanto que la obtenci n de cargos estatales ocupaba un lugar central en esta nueva etapa, las movilizaciones se subordinaron a las disputas por designaciones en el Estado. La fundaci n de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en abril de 1973 es otro de los hitos que los autores rescatan en tanto que son aquellos que, por su filiaci n al gobierno, van a poder capitalizar en las elecciones universitarias un caudal de votos que los va a situar como una fuerza mayoritaria. El apoyo al gobierno de C mpora fue amplio, incluy a marxistas y a reformistas, que ten an ilusi n de que los reclamos de los a os anteriores se contemplaran en el marco del nuevo gobierno. El periodo se caracteriz por una menor movilizaci n, lo cual se entiende en clave de la nueva t ctica de la JUP como vanguardia del movimiento estudiantil. Las movilizaciones que tuvieron lugar se llevaron a cabo por el fin del continuismo , de la dictadura y de sus formas a n persistentes en la universidad. En esta l nea, el inicio del rectorado de Rodolfo Puiggr s fue progresivo en la universidad. Tras el fin del gobierno de C mpora hay un impulso en la movilizaci n estudiantil y en sus federaciones para denunciar el continuismo. Los meses siguientes se caracterizan por un retroceso de la izquierda peronista y un avance derechista en la universidad, tendencia que se profundiz con el tiempo.

 

El quinto cap tulo, La construcci n del cerco. El movimiento estudiantil durante la tercera presidencia de Per n, octubre de 1973-julio de 1974 , aborda el periodo que comprende el ltimo gobierno de Juan Domingo Per n y los diversos elementos que constituyen la complejidad del mismo: por un lado, los desplazamientos de los cuadros afines a la JUP y a sus aliados en el marco de la depuraci n del peronismo y su impacto en la rama juvenil del movimiento; por otro, uno de los aspectos que destaca el texto, ante los resultados de las elecciones de centro de 1973, es la peculiaridad hist rica que significa el vuelco hacia partidos tradicionales. Consecuentemente, las escasas manifestaciones ante el avance reaccionario que seguir d ndose en el periodo evidencian que el caudal de votos obtenido no representaba una vocaci n transformadora. Tambi n se presentan disputas en torno al proyecto de Ley Universitaria, en el que el gobierno otorga preeminencia a los partidos pol ticos sobre el movimiento estudiantil. Uno de los puntos que destacan del proyecto es la designaci n de rectores por medio del poder ejecutivo, lo cual gener que desde el movimiento estudiantil externo al peronismo (a excepci n de la JUP) se se alara al gobierno como continuista , esto en el marco de una escalada de ataques de la ultraderecha. Finalmente, la ley 20654/74 fue sancionada, lo cual reafirm el apoyo del gobierno a las fuerzas conservadores de la universidad y les dio el marco legal para recrudecer la persecuci n hacia el interior de las casas de estudio.

 

En el sexto capitulo, El movimiento estudiantil frente al terrorismo de Estado peronista, septiembre de 1974-marzo de 1976 , se reconstruye el ascenso de la violencia derechista en la UBA. En esta l nea se dio, en efecto, la designaci n de Oscar Ivanissevich en el Ministerio de Educaci n. Ante el ataque de fuerzas policiales y paramilitares, tanto el reformismo universitario, como el marxismo y la JUP buscaron la renuncia del ministro, pero las acciones convocadas eran min sculas y fragmentarias en el marco de un movimiento estudiantil asediado por la represi n. En este contexto, el rectorado de Alberto Ottalagano signific una profundizaci n de la tendencia represiva en la UBA e intentos de unificaci n estudiantil, como los acercamientos entre la FULNBA y el radicalismo, fallaron. El movimiento estaba, as , sumamente dividido, lo cual dificult la perspectiva de una resistencia com n en el marco se alado. En este sentido, otro de los puntos que resaltan los autores es que, en el marco del reemplazo de Ottalagano por Julio Lyonnet, se convierte en una demanda central de los estudiantes la aplicaci n de la ley universitaria, que en este contexto pasa a ser considerada progresiva. Esto da cuenta de c mo ya, hacia finales del periodo 1975-1976, los estudiantes no abogan por proyectos transformadores. Incluso algunas agrupaciones intentaron crear canales de di logo con el gobierno y sus aliados. Tambi n durante 1975 hubo elecciones semiclandestinas en las facultades con urnas volantes . En ellas, los resultados arrojaron como dato una ca da de los votantes y un retroceso de la JUP como corriente mayoritaria en relaci n con 1973. Esta disminuci n en los votos se comprende reconociendo el car cter del voto a la JUP en 1973, que no corresponde con un voto radicalizado sino que se apoya en su identificaci n con el gobierno en el marco de la finalizaci n de la dictadura. Esta explicaci n desacredita que la disminuci n de votos se haya relacionado con la represi n (que afect al conjunto de las organizaciones) o con una suerte de voto castigo a organizaciones radicalizadas. Para finalizar, en diciembre de 1975 hubo un ltimo intento de unificaci n articulado por la FUA C rdoba, de cuya reuni n, que cont con m s de 70 representantes de centros, salieron dos comunicados sobre la situaci n pol tica y universitaria, en uno de estos ltimos se articul como propuesta program tica la lucha por la aplicaci n de la ley universitaria, que servir a como camino para que la juventud no se vuelque a la frustraci n abriendo el campo propicio para el terrorismo (p. 191). En este punto los autores identifican una temprana reproducci n de la teor a de los dos demonios y, por ltimo, remarcan lo parad jico del derrotero del ideario reformista, que a fines de los sesenta se emparentaba con tradiciones revolucionarias y a mitad de los setenta quer a constituirse como un (intento de) garante de la democracia y del orden constitucional.

 

En s ntesis, como se evidencia, el trabajo escrito por los soci logos se presenta como un aporte fundamental para los debates del campo de estudios de la universidad y los movimientos estudiantiles del periodo. El escrito parte de una escala temporal de mediana duraci n y aborda un estudio de caso de una etapa muy revisitada en los a os recientes. En esta l nea, a lo largo de los seis cap tulos, debate con la bibliograf a especializada sobre el lugar del peronismo y el reformismo en esos a os, as como sobre sus transmutaciones a lo largo de las diferentes etapas de la d cada. En consonancia con lo anterior, el rigor metodol gico y la perspectiva historiogr fica propuesta revisten al trabajo de suma relevancia para los estudios de este periodo.



[1] Estudiante avanzada de Sociolog a de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Becaria de investigaci n UBACyT , categor a est mulo (2022-2023).