Historia y coyuntura del movimiento estudiantil universitario guatemalteco: crisis institucional y resistencia en 2022

 

History and situation of the Guatemalan university student movement: institutional crisis and resistance in 2022

 

Mariano Gonz lez[1]

 

Resumen

 

El movimiento estudiantil universitario guatemalteco ha tenido como referente a los estudiantes de la estatal Universidad de San Carlos de Guatemala. Durante el siglo veinte y las dos d cadas del siglo veintiuno, este movimiento aparece en la vida pol tica nacional en momentos de crisis pol tica o crisis universitaria. La ltima movilizaci n se produce como respuesta al llamado fraude electoral en la elecci n del rector de dicha universidad en el a o 2022, lo que ha supuesto un momento de crisis dentro del funcionamiento institucional. En este art culo, se presenta una contextualizaci n hist rica, pol tica y universitaria que permita entender esta movilizaci n en la que, de nuevo, participan los estudiantes universitarios. Para la elaboraci n de este trabajo se utilizaron distintas fuentes de informaci n como reuniones con diversos actores que participan en esta movilizaci n, revisi n de comunicados, fuentes hemerogr ficas y videogr ficas. Esta movilizaci n tambi n muestra elementos de continuidad y cambio respecto al movimiento estudiantil de otros per odos, debido a la coyuntura espec fica y las diferencias del contexto hist rico y generacional en el que se produce.

 

Palabras clave: fraude electoral, crisis pol tica, injusticia, Universidad de San Carlos de Guatemala.

 

Abstract

 

The Guatemalan university student movement has had as a reference the students of the state University of San Carlos de Guatemala. During the twentieth century and the two decades of the twenty-first century, this movement appears in national political life at times of political crisis or university crisis. The latest mobilization occurs in response to the so-called "electoral fraud" for the election of the rector of said university in 2022, which has meant a moment of crisis within the institutional functioning. In this article, a historical, political and university contextualization is presented that allows us to understand this mobilization in which, once again, university students participate. For the elaboration of this work, different sources of information were used, such as meetings with various actors that participate in this mobilization, review of communiqu s, hemerographic and videographic sources. This mobilization also shows elements of continuity and change with respect to the student movement of other periods, due to the specific situation, the differences due to the historical and generational context in which it occurs.

 

Keywords: electoral fraud, political crisis, injustice, Universidad de San Carlos de Guatemala.

 

 

Introducci n

 

El viernes 1 de julio de 2022, en una reuni n virtual a la que no se dio acceso a todos los miembros del Consejo Superior Universitario (CSU), se realiz el acto de toma de posesi n como rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), para el per odo 2022-2026, a Walter Ramiro Mazariegos Biolis, ex decano de la Facultad de Humanidades de dicha casa de estudios. Esta irregular toma de posesi n no se explica nicamente por las medidas de prevenci n del covid-19, todav a existentes en el pa s y en la universidad. Desde inicios de la convocatoria a esta elecci n, existen se alamientos de m ltiples anomal as (Alvarado, 2022; Lemus, 2022), y distintos sectores universitarios, de la sociedad civil y de los medios de comunicaci n han denunciado la consumaci n de un fraude electoral y la imposici n de Mazariegos Biolis (Prensa Comunitaria, 2022; Montepeque, 2022), lo que ha generado una situaci n de crisis institucional.

Ahora bien, c mo se lleg a esta crisis? Las ra ces institucionales m s cercanas se encuentran en la captura de Murphy Olimpo Paiz, rector en funciones de la USAC y de Estuardo G lvez, exrector, en febrero de 2021. Fueron capturados al ser acusados de participar en el caso comisiones paralelas , una red que operaba para colocar magistrados de Apelaciones y Corte Suprema de Justicia (CSJ) y obtener favores en el sistema legal del pa s (Rom n y Pit n, 2021). Ante la captura de Paiz, se produce una sucesi n de rectores interinos que no se ajust a los procedimientos legales internos, momento en el que se monta la estructura af n a Mazariegos Biolis, que estar a encargada del proceso electoral y que inclu a al rector interino Pablo Oliva y al secretario Gustavo Taracena (Alvarado, 2022). El CSU, en lugar de convocar elecciones para terminar el per odo de Paiz, como deber a haber hecho seg n tambi n sus normativos, lanza la convocatoria para elegir rector del per odo 2022-2026 en septiembre de 2021 y se fija fecha de votaciones para el 23 de marzo de 2022.

 

El proceso de elecci n de rector en la Universidad de San Carlos presenta algunas caracter sticas particulares. Participan nicamente estudiantes y docentes de diez facultades y egresados de catorce colegios profesionales, lo que deja de lado a estudiantes y docentes de escuelas no facultativas y centros departamentales, que constituyen aproximadamente la mitad de la poblaci n universitaria. Adem s, es una votaci n indirecta, en la que primero se vota por electores que posteriormente votan por un candidato a rector.

 

Durante el proceso electoral de 2022, se inscriben siete agrupaciones para participar en la elecci n. Se presenta un giro inesperado cuando se inscribe la planilla SOS Usac y el candidato Jord n Rodas, quien en ese momento es una figura reconocida por su labor como Procurador de Derechos Humanos. Una elecci n que se esperaba rutinaria y en la que el ganador era previsible (Mazariegos Biolis como candidato oficial), resulta mucho m s re ida y competitiva. Se llega al 23 de marzo y aunque hay algunos problemas como irregularidades en el proceso de inscripci n de estudiantes de la Facultad de Ingenier a o que los resultados de la Facultad de Humanidades se tardan m s de una semana en llegar (Alvarado, 2022). En general, las votaciones se realizan efectivamente, sin que existiera un candidato que obtuviera un n mero de electores suficientes para que se pudiera considerar ganador. Dichos resultados implicar an la promoci n de proyectos y candidatos, as como la negociaci n entre los mismos, para la votaci n del mes siguiente.

 

Sin embargo, el CSU no procede como legalmente le corresponde y no acredita a los electores sino hasta el d a 26 de abril, un d a antes de la elecci n de rector por los cuerpos electorales. Adem s, la sorpresa es que no acredita a todos los electores por aspectos de forma y deja fuera a siete cuerpos electorales de candidatos de la oposici n. Esto anim a un grupo de estudiantes y docentes a ocupar las instalaciones del Museo Universitario (MUSAC) para impedir las elecciones en esas condiciones. Posteriormente, se conoce un fallo de la Sala Quinta de lo Contencioso Administrativo del Organismo Judicial (OJ), que ordena conocer el nuevo lugar de las elecciones, pese a distintas impugnaciones existentes. Este fallo deja ver un posible canje de apoyos (Alvarado, 2022) que, adem s, seg n un miembro de oposici n del CSU, es ilegal, ambiguo y fue interpretado err neamente (Pineda, 2022). El 14 de mayo se realizan las elecciones en un lugar ajeno a la universidad (el llamado Parque de la Industria) y se deja entrar nicamente a 73 electores que votan por Mazariegos Biolis (de un total de 170), mientras que a los dem s se les avisa de la entrada por otra puerta, en la que se encuentran polic as y hombres encapuchados impidiendo su ingreso (Orellana, 2022). El CSU y el rector en funciones, Pablo Oliva, permiten y validan estas votaciones, pese a las m ltiples impugnaciones y a un proceso de revisi n para anular las elecciones que presenta un grupo de once miembros del CSU en el que se incluye un decano de facultad y cumple con los requisitos legales internos.

 

Entonces, qu determina la realizaci n de estas anomal as tan abiertas y continuas? Por qu se irrespeta la institucionalidad y legalidad universitaria? Dos factores parecen coincidir: la existencia de una alternativa real a la rector a encarnada en la figura del procurador Jord n Rodas y la garant a de impunidad debido a la connivencia con los juzgados y otras autoridades (Reuni n mesa de di logo de psicolog a, 12 de julio de 2022). La oposici n a este proceso se encuentra con la inexistencia de una instancia neutra y objetiva que pueda atender sus demandas legales, mientras que la rector a se ve acuerpada por las instancias del sistema de justicia. La relaci n que mantienen las autoridades universitarias y el sistema de justicia se evidencia, por ejemplo, en la elecci n de H ctor Hugo P rez Aguilera como representante ante la Corte de Constitucionalidad (CC), electo el d a 21 de junio en una reuni n de menos de una hora del CSU, en la que hubo protestas de estudiantes y docentes que fueron atacadas por las fuerzas policiales, as como la reuni n posterior con el presidente del pa s Alejandro Giammatei. Una docente de la oposici n de la Facultad de Ciencias Jur dicas y Sociales, ex integrante del CSU, magistrada por la CSJ y presidenta de la C mara de Amparo de dicha instituci n, llega a afirmar lo siguiente:

 

el sistema de justicia en Guatemala est en crisis y est colapsando. Pero esa responsabilidad es en gran parte, en gran parte, de la Universidad de San Carlos. La Universidad de San Carlos tiene participaci n en la elecci n de la Corte Suprema de Justicia, de las cortes de apelaci n, de la Corte de Constitucionalidad. As que lo que est pasando, lo que tenemos, las fallas que tenemos, los jueces que tenemos, fueron en su mayor a determinados por la Universidad de San Carlos, es una responsabilidad terrible, de la cual no nos podemos exculpar y nos va a perseguir por no s cu nto tiempo (Lemus, 2022)

 

Fotograf a 1

 

Toma de posesi n de H ctor Hugo P rez Aguilera

 

 

Nota. Fuente: peri dico La Hora, 19 de julio de 2022. El cuarto, de izquierda a derecha, es Walter Mazariegos, el quinto es H ctor Hugo P rez Aguilar, representante electo de la USAC en la Corte de Constitucionalidad y el sexto es Alejandro Giammatei, presidente de Guatemala. Vale la pena destacar que es una de las pocas apariciones en p blico de Mazariegos Biolis desde las elecciones.

 

Durante el transcurso de este proceso electoral que incluy se alamientos de compra de votos, acarreo de votantes, irrespeto a normativas internas, exclusi n de votantes e intimidaci n de votantes, entre otros, y antes de que se produjera la toma de posesi n de rector, diversos grupos estudiantiles, con apoyo de docentes, administrativos y sociedad civil, protestan en contra de lo que califican de fraude y en defensa de la democracia y la autonom a universitaria. Los estudiantes toman distintas sedes universitarias de la capital y de los departamentos. Adem s, se produce una reorganizaci n gremial a trav s de asociaciones y otros grupos estudiantiles y de claustros docentes, marchas de protesta, comunicados por redes sociales y medios de comunicaci n, foros acad micos, etc. Estas tomas inician, como se se al previamente, el 27 de abril, cuando estudiantes y docentes ocupan el MUSAC. Luego, estudiantes ocupan el campus central y otras sedes universitarias, con lo que, a la fecha de elaboraci n de este art culo, llevan m s de 100 d as de ocupaci n de instalaciones. Con la mayor a de espacios ocupados por el movimiento estudiantil en la capital y en varias de las sedes universitarias departamentales, las autoridades no lograron organizar la toma de posesi n presencial y el rector nombrado (o impuesto, seg n los manifestantes) no ha podido poner un pie en la universidad que pretende dirigir.

 

El objetivo de este art culo es ofrecer una contextualizaci n y descripci n del movimiento estudiantil universitario guatemalteco frente a la crisis de 2022, debido a los se alamientos de fraude en las elecciones a rector. La metodolog a incluye la revisi n documental y hemerogr fica sobre el movimiento estudiantil y la situaci n de 2022, la revisi n y an lisis de conversatorios, comunicados y fotograf as que se han producido durante la crisis y la realizaci n de entrevistas y di logos con estudiantes y profesores que han participado en acciones de resistencia. Los resultados de la investigaci n apuntan a que la organizaci n estudiantil mantiene una tradici n de lucha, deudora de otros per odos hist ricos y que se evidencia, por ejemplo, en la toma de instalaciones universitarias, pero que tambi n responde de manera espec fica, con una identidad diferenciada y un repertorio de acciones distinto al de otras pocas.

 

Fraude, crisis pol tica e injusticia

 

Como se ha indicado, las elecciones a rector a en 2022 han sido se aladas de fraudulentas. De acuerdo a Lehoucq (2007), un fraude electoral se define como el recurso a acciones clandestinas para alterar los resultados electorales (p. 2). Son acciones clandestinas porque lo que se quiere es alterar los resultados y que no existan pruebas abiertas, la posibilidad de denuncias y que se repitan las elecciones. Sin embargo, lo sucedido en 2002 en las elecciones a rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala, parece apartarse de una definici n de este tipo, puesto que las elecciones presentan diversas anomal as que han quedado registradas y han recibido m ltiples denuncias. De acuerdo a los normativos universitarios, lo procedente ser a la anulaci n y repetici n de elecciones, as como la denuncia penal de quienes han cometido las distintas ilegalidades. El problema es que no existe una instancia objetiva e independiente (un juzgado) que pueda intervenir al respecto.

 

Las denuncias de fraude y la imposibilidad de resolver esta situaci n por las v as legales correspondientes, han generado una crisis pol tica in dita en la historia universitaria. Esto significa que existe una situaci n en la que la legitimidad de la correlaci n de fuerzas pol ticas al interior de la universidad se ha perdido y se cuestiona a las autoridades. Esta crisis institucional se ha desarrollado, y es en parte derivada, de una crisis pol tica m s amplia que se origina en procesos pol ticos que tienen su origen en las denuncias contra la corrupci n y las movilizaciones ciudadanas de 2015 en contra del gobierno del Partido Patriota (S enz, 2016), as como de la respuesta gubernamental que ha consistido en copar todos los espacios institucionales.

 

La situaci n de fraude y crisis pol tica incluye el sentimiento de indignaci n y la consecuente organizaci n y movilizaci n de la oposici n. Moore (1998) plantea que los sentimientos de agravio moral o injusticia se generan a partir de la quiebra de una regla social. Dado que vivimos en sociedad, existen problemas de coordinaci n social referidos al mbito de la autoridad, de distribuci n de trabajo y de distribuci n de bienes y servicios. Respecto al primero, la autoridad se encarga de proporcionar determinadas tareas como la seguridad y protecci n de sus miembros, pero tambi n incluye la forma en que se mantiene o elije a dicha autoridad. En el caso del fraude, la indignaci n se produce porque se quiebra una de las normas respecto a la elecci n de autoridad que, en sociedades democr ticas, se caracteriza por los procedimientos electorales. Adem s, el car cter abierto del fraude y las respuestas de las autoridades que se han valorado como c nicas, han alimentado la indignaci n y la organizaci n en contra de todo el proceso.

 

Marco hist rico

 

La Universidad de San Carlos de Guatemala ha tenido un peso educativo, cultural y pol tico muy importante en el pa s, a lo largo de m s de 300 a os de existencia (Cazali, 2010). Es la nica universidad p blica y la que mayor matr cula estudiantil tiene. En sus aulas se han formado estudiantes que han participado como actores pol ticos en distintos momentos de la historia reciente del pa s.

 

Asimismo, algunos hechos y procesos de la segunda mitad del siglo XX tuvieron un peso muy importante en el desarrollo del movimiento estudiantil y de la propia universidad. En las luchas contra el gobierno de Estrada Cabrera, una amplia coalici n de sectores, incluyendo estudiantes universitarios, participa en su derrocamiento. En octubre de 1944, un movimiento compuesto por militares, estudiantes y otros sectores sociales descontentos, derrocaron al general Federico Ponce Vaides, sucesor del dictador Jorge Ubico, que estuvo en el poder en el per odo 1931-1944. Esto abri la puerta a dos gobiernos democr ticos y revolucionarios, hecho in dito hasta ese momento. Los gobiernos de Juan Jos Ar valo Bermejo y de Jacobo rbenz Guzm n introdujeron una serie de cambios y reformas, incluyendo la autonom a universitaria en 1945 y la reforma agraria en 1952. El contexto internacional de la guerra fr a, la intervenci n del gobierno de Estados Unidos a trav s de la Central Intelligence Agency (CIA) y la polarizaci n existente, provocaron la contrarrevoluci n en 1954 y el derrocamiento de rbenz (S enz, 2015).

 

El fin abrupto del proceso democr tico, el cierre de espacios pol ticos, el contexto de guerra fr a y otros factores estructurales como la pobreza y el racismo dieron origen al llamado conflicto armado interno (Comisi n de Esclarecimiento Hist rico, CEH, 1999). Durante el conflicto, el movimiento revolucionario tuvo una influencia muy importante en el movimiento estudiantil, docente y trabajador, as como en la vida pol tica universitaria ( lvarez 2002; Crespo y Andr s, 2013). Las jornadas de marzo y abril de 1962 se inician con el gesto de estudiantes universitarios de colocar una corona f nebre a las puertas del Congreso de la Rep blica, en protesta contra lo que calificaron como fraude electoral en las elecciones del a o pasado. La radicalizaci n resultante llev a que comunistas, ex militares y estudiantes conformaran las primeras guerrillas (S enz, 2015). Diversas figuras significativas como Oliverio Casta eda de Le n, secretario general de la Asociaci n de Estudiantes Universitarios (AEU, la m xima representaci n estudiantil), militaron en distintas organizaciones revolucionarias y en el comunista Partido Guatemalteco del Trabajo PGT (S enz, 2011), el cual tuvo un papel destacado en las manifestaciones de octubre de 1978 en ciudad de Guatemala. Debido a esta influencia y las luchas sociales y gremiales llevadas a cabo durante el per odo, la universidad fue duramente golpeada por la represi n militar y policial, cobrando la vida de cientos de universitarios asesinados y desaparecidos (Kobrak, 1999; Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, 2004). Todav a en 1993, en un momento cercano a la firma de la paz, los estudiantes universitarios fueron un actor visible durante las manifestaciones en contra del serranazo (el golpe de Estado de Serrano El as).

 

Tabla 1

 

Crisis y movimiento estudiantil universitario guatemalteco en los siglos XX y XXI

A o

Evento pol tico

1920

Derrocamiento de Manuel Estrada Cabrera, dictador 1898-1920. Alianza de sectores, incluyendo estudiantes universitarios.

1944

Derrocamiento de Ponce Vaides, sucesor de Jorge Ubico, dictador 1930-1944. D cada democr tica y autonom a universitaria.

1962

Jornadas de marzo y abril. Protestas en ciudad de Guatemala. Conformaci n del movimiento guerrillero con miembros del partido comunista, ex militares y estudiantes universitarios.

1978

Jornadas contra el alza del transporte p blico. Muerte de Oliverio Casta eda de Le n, m xima figura del movimiento estudiantil universitario guatemalteco.

1993

Participaci n multisectorial en contra de autogolpe de Serrano El as y contra el alza del pasaje en el transporte p blico.

2010

Toma de las instalaciones del Campus Central por Estudiantes por la Autonom a (EPA) para agilizar proceso de Reforma Universitaria.

2015

Crisis pol tica por presentaci n de caso La L nea. Se genera un Colectivo Estudiantil Universitario Guatemalteco (CEUG) compuesto por estudiantes de distintas universidades y se producen condiciones para la recuperaci n de la Asociaci n de Estudiantes Universitarios en 2017.

2019-2022

Movilizaci n estudiantil, docente y administrativa en contra del fraude electoral.

 

El papel de la universidad y de los estudiantes durante el siglo veinte, especialmente el referido a las luchas sociales y al movimiento revolucionario, cre una imagen de los estudiantes como defensores del pueblo, rebeldes y contestatarios. Se tienen figuras y s mbolos de rebeld a e, incluso, de martirio (V squez, 2012). Se cre una identidad universitaria sancarlista que ha cohesionado a sus integrantes y que se refuerza social e institucionalmente. Esto forma parte de consignas, pintas o declaraciones p blicas de sus integrantes, as como de una imagen que se ha transmitido a la poblaci n:

 

Durante toda la historia y como referente, la poblaci n siempre ha cre do en los estudiantes universitarios, en las y los estudiantes. Siempre ha esperado que las y los estudiantes les apoyen, les defiendan y les contribuyan a defender sus problemas. (Mor n, 2022)

 

Sin embargo, la firma de los acuerdos de paz en 1996 implic una desmovilizaci n moral del movimiento estudiantil, lo cual tuvo como efecto la desaparici n de la AEU y del movimiento estudiantil universitario del panorama pol tico del pa s durante varios a os (Gonz lez, 2017). Adem s, se realizaron acusaciones de que la AEU fue cooptada por personas ajenas al movimiento estudiantil que ten an v nculos pol ticos extrauniversitarios y tambi n v nculos criminales (Equipo de An lisis, 2015), lo cual tiene prolongaciones en la actual administraci n, seg n denuncias (Prensa Comunitaria, 2022).

 

Durante el presente siglo, el movimiento estudiantil ha reaparecido en algunas ocasiones. En 2010, un colectivo denominado Estudiantes por la Autonom a (EPA) ocup las instalaciones universitarias por varios meses con el objetivo de retomar el proceso de reforma universitaria que se hab a quedado pendiente y engavetado por varios a os. La toma de instalaciones universitarias se resuelve con la instalaci n de una mesa de reforma universitaria que, no obstante, no ha logrado alcanzar sus objetivos hasta la fecha. La reorganizaci n del movimiento estudiantil, tras un per odo de inactividad y desaparici n del mbito nacional, se produce al calor de las protestas contra la impunidad del 2015, que desembocaron en la recuperaci n de la AEU (Gonz lez, 2020). En ese momento existe una disputa por espacios de representaci n estudiantil que, tradicionalmente, han tenido cierto peso y reconocimiento en la vida pol tica universitaria y del pa s, como la propia AEU, a trav s de la reorganizaci n gremial y la lucha porque se produjeran elecciones libres y democr ticas. Esto llev a la elecci n del grupo FRENTE y de Lenina Garc a, que fue la primera mujer electa para el puesto de secretaria general de la AEU (Gonz lez, 2020). En 2019, el Colectivo Estudiantil Universitario (CEU) toma el campus central y el Centro Universitario Metropolitano (sede la Facultad de Medicina y de la Escuela de Ciencias Psicol gicas). El origen de esta toma de instalaciones se debe a una serie de inconformidades entre las que se encontraban reformas y planes de la administraci n del rector Murphy Paiz, que se consideraron atentatorias contra el car cter p blico de la universidad (R. Quijada, comunicaci n personal, 8 de agosto, 2022).

 

Finalmente, se ha de indicar que la pandemia por covid-19 impact en forma diversa en las distintas unidades acad micas de la USAC. Por ejemplo, uno de los resultados inesperados de la toma de instalaciones de 2019 fue que la Escuela de Ciencias Psicol gicas dise e implement un campus virtual propio y muy funcional que servir a para trasladarse de modalidad presencial a modalidad virtual durante el tiempo de la pandemia de covid-19. Pero esta respuesta no fue igualmente r pida o eficiente en las dem s unidades acad micas de la universidad, lo que plantea otra caracter stica del funcionamiento de la instituci n: cada unidad acad mica opera, en la pr ctica, de manera bastante independiente y sin relacionarse con otras. Por contrario, la mayor a de unidades acad micas no estuvieron preparadas para enfrentar los retos de la educaci n virtual, sino hasta tiempo despu s de declarada la emergencia. Desde que se registra el primer caso de covid-19 en el pa s, a mediados de marzo de 2020 y hasta la fecha, la educaci n en la universidad ha sido virtual y no se ha regresado a la modalidad presencial, lo que tiene, entre otros efectos, la lejan a de estudiantes de pandemia , dificultades en la organizaci n gremial y que las tomas de instalaciones no tuvieran la contundencia que podr an haber tenido previo a la pandemia.

 

Contexto nacional

 

Es necesario comprender algunos elementos del contexto nacional que influyen en el comportamiento de los distintos actores involucrados, incluyendo a los estudiantes y a las autoridades de la USAC. El primero es el proceso de democratizaci n que se inici en 1984 y el segundo es el impacto que caus la Comisi n Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), que funcion entre los a os 2007-2019, as como las reacciones que provoc su actuaci n.

 

Tutelado muy de cerca por los militares que se encontraban en el poder y dentro de un conflicto armado que no termin sino hasta 11 a os despu s, Guatemala vivi un proceso de democratizaci n a partir de la elecci n de una Asamblea Constitucional en 1984 y de ulteriores procesos de elecci n de las autoridades pol ticas. Pese a las dificultades de la transici n democr tica , como el autogolpe del presidente Serrano El as en 1993, no han existido se alamientos abiertos de fraude en las elecciones generales que se realizan desde esa fecha. Las ltimas acusaciones de fraude abierto se dieron durante los procesos electorales de 1974, 1978 y 1982, per odos en los que el ministro de defensa que estuviera en el puesto se convert a en el candidato oficial y, posteriormente, en presidente.

 

Este proceso de democratizaci n implica que varias generaciones de guatemaltecos no conozcan la persecuci n pol tica del conflicto, ni la ausencia de democracia de los reg menes militares. La realizaci n de un fraude electoral es algo que no exist a dentro de la experiencia pol tica inmediata, y gener una reacci n de indignaci n muy fuerte en la comunidad universitaria, adem s del car cter abierto y descarado del mismo.

El segundo proceso, m s cercano en el tiempo y probablemente m s decisivo de forma inmediata, es el relativo a la coyuntura generada a partir de 2015, motivada especialmente por un actor de origen externo. La CICIG fue impulsada desde organizaciones de la sociedad civil y creada a partir de un convenio entre el gobierno de Guatemala y Naciones Unidas, cuyo objetivo fue definido en un primer momento como la persecuci n de cuerpos clandestinos y aparatos ilegales de seguridad (Ponce, 2021). La CICIG tuvo tres comisionados: el espa ol Carlos Castresana (2007-2010), el costarricense Francisco Dall anese (2010-2013) y el colombiano Iv n Vel squez (2013-2019), este ltimo recientemente nombrado Ministro de Defensa del gobierno de Gustavo Petro. Fue durante el per odo de Vel squez que la CICIG lleg a tener un impacto decisivo en la pol tica nacional.

 

A ra z de la presentaci n del caso La l nea en abril de 2015, se abri un per odo de crisis pol tica que tuvo, entre otros efectos, la ca da del presidente Otto P rez Molina, la vicepresidenta Roxana Baldetti (y buena parte del gabinete ministerial), as como la derrota del candidato Manuel Baldiz n que ten a las mayores preferencias electorales a inicios de ese a o, y la elecci n de un relativamente poco conocido Jimmy Morales como presidente del per odo 2016-2019. La crisis pol tica lleg a afectar a las lites m s poderosas del pa s, como se evidenci en el gesto de abril de 2018 en el que ocho de sus m s importantes representantes aparecieran pidiendo p blicamente disculpas por haber participado en irregularidades en el proceso electoral de 2015 (Hern ndez, 2022). Esta crisis se acompa de un per odo intenso de protestas en los meses de abril a agosto de 2015, as como de otras protestas ulteriores en contra del gobierno de Jimmy Morales y otros actores (diputados del Congreso, ministros, alcaldes municipales) y a favor de la CICIG que, no obstante, termin de operar en el pa s en 2019 al no recibir renovaci n de su mandato por el gobierno de Jimmy Morales.

 

La oposici n a la CICIG se gener debido a la serie de procesos legales abiertos en contra de distintas figuras y que lleg a alcanzar a buena parte de la clase pol tica del pa s y a algunos representantes de la lite econ mica, incluyendo actores tradicionales como empresarios vinculados al Comit Coordinador de Asociaciones Agr colas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) y actores emergentes relacionados a las telecomunicaciones y las finanzas, pero tambi n a actividades il citas o delincuenciales (Guti rrez, 2017). Se conform un pacto de corruptos que aglutin a la oposici n anti CICIG, que luch por sacar a esta instancia del pa s y mantener el control y la situaci n de corrupci n e impunidad sobre la que actuaba (Gonz lez, 2020). Parte de la respuesta de los actores pol ticos ha sido revertir el legado antiimpunidad y anticorrupci n que dej la CICIG, y cooptar las distintas instancias jur dicas (Organismo Judicial, Corte de Constitucionalidad y Ministerio P blico) para mantener sus privilegios y la corrupci n. Durante el gobierno del presidente Alejandro Giammatei, lo que se aprecia es que todas las instituciones pol ticas y jur dicas del pa s han sido capturadas para favorecer proyectos pol ticos particulares, que se asientan sobre intereses particulares, en la impunidad y la corrupci n (Guti rrez, 2022).

 

Dentro de este proceso de captura del Estado que implica la econom a de captura, la captura de la pol tica y los mecanismos de impunidad (Waxenecker, 2020, p. 19), la USAC se ha visto como bot n econ mico y pol tico por actores relacionados con el pacto de corruptos, puesto que su presupuesto es del 5% del presupuesto nacional, tiene la facultad de presentar iniciativas de ley ante el Congreso de la Rep blica, participa en la elecci n de varios representantes ante distintas instituciones como la Corte de Constitucionalidad, la Junta Monetaria, la Junta del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y los consejos de desarrollo (existentes en los 340 municipios del pa s). Los procesos electorales de facultades como Ciencias Jur dicas y Sociales (derecho), Ciencias Econ micas o de la propia Rector a, implican la participaci n de actores extrauniversitarios que desean influir en las representaciones que tiene la universidad, as como en los recursos econ micos de la propia instituci n. Esta situaci n ha permitido que las elecciones universitarias sean una plataforma para participar en el control en otras instituciones p blicas. El fraude electoral en la USAC forma parte de esta captura general del Estado.

 

Posturas contra el fraude electoral

 

Las acusaciones de fraude en las elecciones a rector han movilizado a distintas reas de la universidad, tradicionalmente aglutinadas en tres sectores: estudiantes, docentes y trabajadores. Las diversas anomal as y los se alamientos de fraude han sido el detonante para una reacci n de indignaci n y enojo muy claros que aparecen en los distintos comunicados, foros y declaraciones de los actores que se han movilizado en contra de esta situaci n.

 

los ltimos meses, siento verg enza de pertenecer al m ximo rgano de direcci n de la Universidad de San Carlos de Guatemala, la nica universidad p blica en este pa s, porque me toca vivir y estar en sesi n con miembros de uno de los consejos m s corruptos, c nicos y sinverg enzas que, hasta el momento, hist ricamente ha tenido la universidad. (Santos, 2022)

 

La percepci n de un fraude abierto y de ilegalidades en los rganos de direcci n universitarios ha originado una movilizaci n que no se ve a en d cadas en la universidad, y de un momento a otro veinte unidades acad micas (facultades, escuelas y centros departamentales) se han declarado en paro, aunque con niveles de protesta y organizaci n distintos en cada unidad acad mica (Blanco, 2022). La situaci n del movimiento estudiantil y de cada unidad acad mica es muy distinta, de acuerdo a las condiciones pol ticas previas a las elecciones y al propio desarrollo de acontecimientos durante y despu s de las elecciones. Muestra de ello es la Escuela de Ciencias Psicol gicas, que mantiene una postura conjunta en contra del fraude que incluye la asamblea estudiantil, el claustro docente (que no estaba organizado desde hace a os) y la junta directiva. Mientras que en otras unidades acad micas como la Facultad de Ciencias Jur dicas y Sociales (Derecho) o la Escuela de Formaci n de Profesores de Ense anza Media (EFPEM), cuyas autoridades se posicionan claramente a favor de Mazariegos Biolis y cuentan con una proporci n mucho m s alta de profesores interinos, la oposici n contra el fraude es de grupos estudiantiles o docentes, pero con menor organizaci n e incidencia. En el caso de la recientemente formada y num ricamente peque a Escuela de Ciencias F sicas y Matem ticas, la oposici n ha unido a docentes y estudiantes en contra de autoridades, incluyendo la negativa a aceptar un director impuesto por administraci n central que es m dico y no egresado de la unidad acad mica, como sus estatutos lo regulan. En la Escuela de Ciencia Pol tica, los estudiantes se encuentran divididos y unos apoyan el paro y otros piensan m s en las consecuencias para su carrera (Mack, 2022). Un caso particular ha sido el del Centro Universitario de Occidente (el centro departamental m s grande y m s antiguo del pa s), en el que la resistencia se ha organizado desde fuera de la universidad, a partir de organizaciones locales de la sociedad civil en las que docentes universitarios participaban (Aguilar, 2022). Es de se alar que los centros universitarios, al igual que las escuelas no facultativas, no tienen representaci n ante el CSU, lo que les deja en situaci n de dependencia econ mica y pol tica (algunos eligen sus autoridades, otras no las eligen y son puestas por la administraci n central).

 

Pese a estas diferencias, la oposici n que se ha denominado a s misma como resistencia mantiene la postura de rechazo al fraude electoral, la imposici n de Mazariegos Biolis y la defensa de la autonom a y la democracia universitaria. Aunque los docentes han mostrado distintos niveles de apoyo y organizaci n, han sido los estudiantes quienes han impulsado las acciones m s evidentes e importantes.

 

Participaci n del movimiento estudiantil

 

Los estudiantes universitarios actuales provienen principalmente de sectores medios de la sociedad, aunque tambi n algunos son de sectores populares. La formaci n que han recibido presenta deficiencias (como lo demuestran los resultados de lectura y matem tica del Ministerio de Educaci n y de las propias pruebas de admisi n de la universidad) y carecen de experiencias de organizaci n pol tica en el nivel medio de educaci n, mientras que, durante el conflicto, muchos hab an pasado por procesos de participaci n pol tica en institutos de educaci n media o militaban en distintas organizaciones revolucionarias. Son hombres y mujeres j venes que se dedican a estudiar, aunque tambi n existe una alta proporci n de estudiantes que adem s trabaja (especialmente en carreras sociales o que no son de tiempo completo).

 

Cuadro 1

 

Breve retrato de estudiantes universitarias

 

En una reuni n de un grupo de estudiantes que realizan sus pr cticas en un centro de la Escuela de Ciencias Psicol gicas y una l der de la Resistencia Estudiantil de Medicina y Psicolog a, se intercambiaron puntos de vista sobre la crisis universitaria, el fraude y la oposici n, la tendencia a privatizaci n de la universidad, etc.

Una estudiante de tercer a o de la carrera, mujer, adulta, con hijos, dec a que entrar en la carrera le hab a costado porque no ganaba la prueba de matem ticas y que tuvo que pagar cursos extra, lo que se le dificult por tener varios a os de no trabajar. Mientras otra estudiante de tercer a o de la carrera, mujer, adulta, tambi n con hijos, recordaba que tuvo que pasar las pruebas espec ficas de admisi n tres veces. A la tercera ocasi n, una de las examinadoras le dijo no se cansa de estar aqu ? a lo que le contest : No, porque esto es lo que quiero .

Al hablar sobre la situaci n que calificaba de desinter s y falta de informaci n de sus compa eros, una estudiante mujer, joven, de ltimo a o de la carrera, hac a la reflexi n sobre cu l era el objetivo de todo esto? y el reconocimiento de que la posibilidad de perder un a o es un sacrificio para muchos, incluy ndola. Junto con su prima que ya cerr otra carrera, son las primeras personas de su familia que estudian en la universidad. Su mam es quien le apoya econ micamente para seguir estudiando, lo que ha implicado distintas renuncias. Sin embargo, ella est dispuesta a apoyar el movimiento y perder el a o, porque no puedo ser ego sta y pensar solo en m personalmente, puedo decir es muy dif cil renunciar y tener la posibilidad de perder este a o, porque vienen m s personas atr s, incluso de mi familia que quieren estudiar .

 

En general, el movimiento estudiantil universitario tambi n se encontraba poco preparado para una situaci n como la provocada por el fraude electoral, debido a la lejan a ocasionada por la covid-19, por la ausencia de liderazgos visibles y la falta de organizaci n interna (algunas asociaciones ten an pendientes los procesos de elecci n de sus juntas directivas). En algunos casos, los estudiantes ya se encontraban organizados en asociaciones estudiantiles, comit s de Huelga[2] y otros colectivos, mientras que algunas organizaciones como la Coordinadora General de Tomas, posteriormente Coordinadora General Estudiantil, son resultado directo de esta movilizaci n.

 

Las y los estudiantes han manifestado su repulsa al fraude de distintas formas y a distintos niveles, desde presentar carteles en sus clases virtuales con mensajes en contra del fraude hasta la toma de instalaciones y oposici n dentro del CSU. Precisamente, la acci n m s visible de los grupos estudiantiles (y de la oposici n al fraude) ha sido la toma de distintas instalaciones universitarias. Cada una se compone de estudiantes de distinta procedencia. Algunos provienen de asociaciones y otros grupos previamente organizados, mientras que otros se han ido sumando de manera individual, como en el caso de una de las l deres estudiantiles de psicolog a, que lleg a dejar algunos v veres a sus compa eras y se termin quedando en la toma (comunicaci n personal, 8 de agosto, 2022). En el campus central, por la extensi n que tiene, se encuentran varios grupos que se han organizado internamente para cubrir los distintos accesos y reas, siendo los estudiantes de la Facultad de Agronom a, uno de los grupos l deres de la ocupaci n de dicha sede y del movimiento estudiantil en general. En el caso del Centro Universitario Metropolitano, los estudiantes de medicina y psicolog a han conformado la Resistencia Estudiantil de Medicina y Psicolog a (REMPs). Cada toma ha contado con apoyo docente y de sectores de la sociedad civil que les proveen distintas ayudas, incluyendo diversos insumos.

 

Por otra parte, la organizaci n estudiantil se ha vuelto m s compleja debido a la necesidad de coordinaci n. Por razones previas, no exist a un secretariado electo en AEU y el Consejo Consultivo Estudiantil Universitario (CCEU), conformado por delegados de las distintas asociaciones estudiantiles, no ha sido el principal canal de organizaci n. Por ello se ha creado la Coordinadora General Estudiantil, que se re ne peri dicamente de forma presencial y virtual con miembros de las distintas tomas existentes. Aunque cada toma se organiza de forma distinta, se han ido conformado comisiones encargadas de seguridad, comunicaci n, log stica, relaci n con otros actores, formaci n pol tica, etc. Tambi n organizan acciones como marchas de protesta, elaboraci n de comunicados, conferencias ante medios, jornadas de servicio, eventos art sticos o apoyo ante diversas eventualidades. El movimiento estudiantil ha buscado el di logo y el respaldo del sector docente, aglutinado en juntas de claustro docente de las unidades acad micas, as como del sector administrativo, organizado en sindicatos.

 

Hasta el primero de julio de 2022, la demanda del movimiento estudiantil y el movimiento de resistencia fue la repetici n de elecciones y que Mazariegos Biolis no fuera declarado rector. Sin embargo, al producirse la toma de posesi n (con las anomal as ya se aladas), la resistencia se obliga a replantear los objetivos estrat gicos que tiene, las fuerzas pol ticas en juego, el tiempo en el que permanecer n en las instalaciones, cu les son las alternativas presentes, etc. As , pues, los objetivos declarados son la defensa de la autonom a y democracia universitarias, pero tambi n la defensa de la educaci n p blica y de la calidad del conocimiento y la ciencia (Mart nez, 2020). Tambi n se ha puesto sobre la mesa la necesidad de la reforma universitaria y de la ampliaci n del gobierno universitario para que sean incluidas las Escuelas no facultativas y los Centros departamentales.

 

Fotograf a 2

 

Participantes en manifestaci n de 11 de agosto de 2022 en las calles del centro hist rico de ciudad de Guatemala

 

Nota. Fuente: Redes sociales.

 

Adem s, los manifestantes han tenido que hacer frente a distintas amenazas contra su organizaci n. Por ejemplo, el 5 de agosto, personal de administraci n de la USAC y otras personas (se aladas de participar en grupos de choque de la administraci n central), intentaron retomar las instalaciones y quit rselas a los estudiantes que se encuentran all , pero medios de comunicaci n, docentes y vecinos se presentaron para acuerpar y apoyar a los estudiantes. Tambi n acudieron estudiantes de otras tomas, lo que evidencia un proceso mancomunado de organizaci n y reconocimiento, muy escaso al principio de la crisis.

 

Al respecto, qu continuidades y diferencias tiene el movimiento estudiantil actual respecto al movimiento estudiantil existente durante el conflicto armado interno? Quienes participan en el movimiento estudiantil (as como otros actores con los que se relacionan) tienen conciencia de provenir de una tradici n de lucha, de un movimiento que ha participado en luchas sociales y populares que constituye parte de la identidad sancarlista. Como se alaba una militante feminista: la resistencia se mantiene como una tradici n de a os de lucha, que no son ahora los estudiantes quienes la est n iniciando, sino la est n continuando (Aguilar, 2022).

 

Pero tambi n existen diferencias entre el movimiento estudiantil actual y sus manifestaciones en otros per odos. Una de ellas es que las personas que participan en el movimiento estudiantil tienen conciencia de su pertenencia a colectivos identitarios como mujeres, ind genas, diversidades sexuales o personas con discapacidad. Parte de los integrantes de la resistencia estudiantil proviene de experiencias previas desde su identidad como parte de otros colectivos (Reuni n con estudiantes de REMPs, 22 de julio de 2022).

 

Otra diferencia es que su repertorio de acci n excluye, de forma expl cita en un buen n mero de integrantes, las acciones violentas como quemas de llantas, quemas de buses y enfrentamientos con la polic a, que fueron actos recurrentes durante las d cadas del conflicto armado y hasta la d cada de los noventa del siglo pasado, pese a que conocen la existencia de un precio por la participaci n (dan cuenta de que pueden perder el a o y sus matr culas), pero no sus vidas, como en las luchas estudiantiles del pasado: los m rtires ya est n cabales (Reuni n con mesa de di logo estudiantes y docentes de psicolog a, 12 de julio de 2022).

 

Tambi n hay un cambio en la imagen que se tiene de los estudiantes que participan en las medidas de hecho. Si bien por temas de seguridad se siguen utilizando capuchas , pasamonta as y otras prendas para cubrir el rostro de los participantes, el no incurrir en hechos de violencia, ha significado que ya no se les vea como bochincheros o violentos, sino que se vaya generando una imagen muy positiva, que incluye expresiones como estudiantes valientes en digna resistencia . Hay pronunciamientos docentes que promueven una imagen muy positiva del movimiento estudiantil, como se aprecia en el comunicado de la fotograf a 3, en la que se habla de estudiantes valientes , digna toma y otros calificativos que, en otras ocasiones, no han sido elementos de los discursos y de las relaciones del movimiento estudiantil con la sociedad.

 

Fotograf a 3

 

Comunicado de la Escuela de Ciencias Psicol gicas

 

Nota. Fuente: comunicado compartido en distintas redes sociales.

 

Sin embargo, al igual que ha sucedido con otros actores sociales, los estudiantes provienen de cierta brecha generacional y falta de organizaci n, lo que les ha dificultado tener elementos de organizaci n o de proyecto pol tico m s org nico que les provea de formas de acci n y objetivos pol ticos estrat gicos. Estas dificultades organizativas y pol ticas no son propias del movimiento estudiantil, sino se pueden advertir en otros movimientos sociales, como se evidenci en la crisis de 2015 en que existi un nivel de organizaci n y liderazgo d bil. Las excepciones son las organizaciones ind genas (mayas), de mujeres y de defensa del territorio de car cter local.

 

Conclusiones

 

La crisis universitaria originada por el fraude electoral, la imposici n de un rector espurio y la resistencia que ha generado tiene entre sus participantes a estudiantes organizados en distintos colectivos. Muestra la reaparici n del movimiento estudiantil en un contexto de crisis universitaria, pero que tambi n proyecta sus luchas hacia el mbito nacional. La resistencia tambi n es un ejemplo para la poblaci n con respecto a un eventual fraude orquestado por el pacto de corruptos y da muestra de la posibilidad real de una alternativa pol tica en la que la gente pueda creer (Guti rrez, 2022).

 

Los resultados de la resistencia contra el fraude, as como el movimiento estudiantil que tambi n la conforma, son inciertos. Se mantiene la oposici n al rector y al CSU que ostentan el poder, pero que no tienen legitimidad. Si bien la toma y los paros tienen un alto costo pol tico-acad mico y muestran la preminencia que ha tenido la parte pol tica sobre la acad mica, lo que implica una p rdida de prestigio para la Universidad, la bandera de defensa de la democracia y autonom a pesa en las acciones y objetivos de la resistencia estudiantil.

 

Por su parte, al organizarse y realizar distintas acciones de resistencia, el movimiento estudiantil y de oposici n adquiere simult neamente poder y legitimidad. La pregunta es si el movimiento estudiantil y el movimiento de oposici n lograr n adquirir la suficiente organizaci n y liderazgo para poder llevar a cabo sus objetivos inmediatos y estrat gicos, en pugna con autoridades ileg timas.

 

Finalmente, hay que recordar que este proceso de fraude y resistencia universitaria se produce en un contexto m s amplio. El panorama pol tico del pa s se encuentra en un momento de reacci n conservadora iniciado en el gobierno de Jimmy Morales (Gonz lez, 2021), protagonizado por el pacto de corruptos que ha capturado las distintas instituciones del pa s, incluyendo a la Universidad de San Carlos de Guatemala. De all la complejidad y los retos que se presentan a las y los estudiantes, docentes y trabajadores que conforman la oposici n.

 

Referencias

 

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Entrevistas

 

Reuniones con mesa de di logo estudiantes y docentes de psicolog a, 12, 19 y 26 de julio, 2 y 9 de agosto de 2022.

Reuni n con estudiantes de Resistencia Estudiantil de Medicina y Psicolog a, 22 de julio de 2022.

Reuni n con estudiantes y representante de Resistencia Estudiantil de Medicina y Psicolog a, 29 de julio de 2022.

 

 



[1] Psic logo con Maestr a en Psicolog a Social y Violencia Pol tica. Docente e investigador de la Escuela de Ciencias Psicol gicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Coordinador de la Unidad de Investigaci n Profesional.

[2] La Huelga de Dolores, que se inici en 1898, es una actividad estudiantil tradicional que se realiza a o tras a o. Tiene un car cter pol tico y sat rico, pero tambi n presenta ciertas caracter sticas propias del carnaval, tales como disfraces y cantos (ver Gonz lez, 2017).