Medios y memoria en el contexto de los diálogos de paz en Colombia: Estudio de caso en la televisión pública regional

Media and memory in the context of peace dialogues in Colombia: A study case in the regional public television


Mauricio Vera Sánchez1

1. Introducción

Medios y memoria: perspectivas de abordaje

En el caso particular que nos ocupa, la relación entre medios y memoria en el marco del ejercicio de la actividad periodística durante los diálogos de paz (2012 al 2016) adelantados entre el Estado colombiano y la guerrillas de las FARC, es importante revisar cómo durante este tiempo las agendas informativas se ocuparon del tema en la doble perspectiva de la paz y del conflicto, y cómo a través de los medios se construyó la memoria, pero también el olvido, alrededor de un asunto que ha marcado el devenir político de Colombia.

En su alocución del 10 de marzo de 2015, el presidente Juan Manuel Santos se refería a la necesidad de acelerar el desescalamiento del conflicto, así como a los avances que hasta ese momento se habían dado en el marco de los diálogos de La Habana, y en especial la valoración que su Gobierno hacía de las intenciones de las FARC para avanzar en la búsqueda de la paz. Destacaba el cese al fuego unilateral e indefinido, el no reclutamiento de menores y el desminado humanitario:

He decidido dar la orden al Ministro de Defensa y a los comandantes de las fuerzas de cesar los bombardeos sobre los campamentos de las FARC durante un mes. Al cabo de ese tiempo haremos una nueva revisión del cumplimiento del cese unilateral por parte de las FARC y –de acuerdo con sus resultados– decidiremos si continuamos con esa medida. (Presidencia de la República, 2015, 10 de marzo)

El día 15 de abril del mismo año, en la vereda La Esperanza, corregimiento de Timba, municipio de Buenos Aires-Cauca, las FARC perpetra un ataque que deja como resultado 11 soldados muertos. En este contexto, se da un punto de inflexión en las agendas informativas, que venían siendo marcadas por la esperanza de la paz, hacia una revitalización de una agenda que durante más de 50 años había estado centrada en mostrar en imágenes, sonidos y textos el lado más atroz de una lucha que ha dejado a la sociedad colombiana un dolor insondable. Ese día, en ese lugar, el ataque puso en riesgo un proceso de paz que hasta ese momento aparecía esporádica y tímidamente en los medios. El ataque generó que el presidente Juan Manuel Santos ordenara a las Fuerzas Armadas el cese de la suspensión de los bombardeos contra el grupo guerrillero.

En ese momento la información relacionada con conflicto armado se sobrepone significativamente sobre la del proceso de paz, lo que pone de relieve que los hechos de violencia –cada vez que suceden- potencian y ponen en primer plano el asunto histórico de la lucha que por años venía librando el Estado contra el grupo insurgente de las FARC. Es decir, en términos de Ricoeur (2007), cada vez que hay un ataque los medios cumplen una función de rememoración, o sea, de volver a traer a la memoria algo que estaba temporalmente en el olvido: el conflicto existe en tanto existan imágenes que den cuenta de este.

Sin embargo, este es quizás hasta hoy el último gran acontecimiento narrado del conflicto; y de manera similar a lo sucedido durante más de cinco décadas, las pantallas, los micrófonos, las páginas se vieron colmadas en primer plano de fuentes oficiales y de las voces de militares de alto rango que aparecían condenando la premeditación y crueldad del ataque, y enfatizando en la necesidad de responder militarmente. En segundo plano estaban las voces de la sociedad civil, de las comunidades indígenas, de las madres.

Es en este momento histórico del proceso donde el conflicto armado y el proceso de paz confluyen, se superponen y mezclan en el marco de un acontecimiento común, lo que hace relevante que el tratamiento informativo de estos dos tópicos cobre sentido en tanto los medios de comunicación han sido actores vitales en la construcción del mismo acontecimiento, así como en la construcción de la opinión pública y las percepciones que las audiencias comienzan a tener con más acento sobre el significado y alcance del proceso, así como del futuro del país.

En este orden, se hace el análisis específico de las agendas de los noticieros Noti5 y Más Pacífico, emitidos en el canal público regional Telepacífico, cuya cobertura geográfica y de audiencia incluye tanto los departamentos del Valle del Cauca, Nariño y Cauca, lugar de los acontecimientos. De esta manera, se pretende establecer la forma en que la televisión se convierte en un dispositivo de la memoria del denominado conflicto armado colombiano.


Apuntes metodológicos

La ventana de observación está comprendida entre el 13 y el 19 de abril de 2015, y sus ejes temáticos se centran en el tratamiento informativo que los medios dieron al proceso de los diálogos de paz y al conflicto armado, teniendo como hecho articulador el ataque perpetrado por las FARC el 15 de abril en la vereda La Esperanza, corregimiento de Timba, en el municipio de Buenos Aires-Cauca, hecho que dejó 11 soldados muertos. El ataque generó que el presidente de la República, Juan Manuel Santos, ordenara a las Fuerzas Armadas de Colombia el cese de la suspensión de los bombardeos contra el grupo guerrillero que se tenía hasta ese momento en el marco de los diálogos de paz que se adelantaban en La Habana.

Metodológicamente el corpus de emisiones observadas es:


Tabla 1. Corpus número de emisiones observación específica Telepacífico

Canal

Noticiero

Número de emisiones

Telepacífico

Noti5

5

Más Pacífico 4

Fuente: Elaboración propia


2. Presentación del caso

Análisis Noticiero Noti5

Creado en 1988 por un grupo de empresarios del Valle del Cauca bajo la razón social Tvalle, este noticiero se emite de lunes a viernes a las 8:35pm. Como se anota en la Tabla 1, para el caso de la observación de Noti5 se toman 5 emisiones, que corresponden a las fechas del 13 al 17 de abril de 2015.

El lunes 13 no aparece ninguna información correspondiente al proceso de paz o conflicto armado, hecho que resulta relevante en tanto se evidencia el escaso peso que para ese momento tenían estos temas en la agenda informativa de dicho medio. Cuestión que, como se verá, se invierte y, así, la agenda se establece de acuerdo con los acontecimientos del municipio de Buenos Aires.

En la emisión del martes 14, el noticiero abre con la información acerca del asesinato en el municipio de Zaragoza, Valle, de un suboficial a manos de un soldado regular adscrito al Batallón de Alta Montaña en el Valle del Cauca. Si bien es un hecho aislado que no está conectado directamente con el asunto del conflicto armado en Colombia, sí deja entrever la importancia que para la línea editorial –que se desplegará ampliamente en los días siguientes- tiene la información relacionada con acontecimientos de violencia, máxime cuando se trata de las Fuerzas Militares.

La información se sustenta desde la periodista Lina Jiménez, quien se ubica en un exterior indeterminado, y no se acude a fuentes oficiales del Ejército Nacional. Sobre imágenes de archivo que muestran en planos generales a soldados, el relato en off de la periodista informa de manera escueta que se desconocen las causas de los hechos.

En esta emisión se presenta otra información que involucra a las Fuerzas Armadas sobre la reunión binacional que el comandante del Conjunto Nº2 del Suroccidente sostendrá con sus homólogos ecuatorianos a propósito de los problemas de seguridad y violencia que se vive en la frontera de ambos países, y la búsqueda de soluciones. Esta información sí cuenta con el testimonio del comandante, quien en primer plano se refiere a este encuentro.

Es importante señalar cómo estos dos aspectos, ausencia de fuentes y uso visual de planos generales sin intencionalidad comunicativa, preparan un ambiente que será radicalmente opuesto a partir del miércoles 15 de abril en el cual sucede el ataque de las FARC; de allí que la aparición de fuentes oficiales sea estructural a la información, y el uso de primeros planos marque un tono editorial distinto, especialmente en lo referido a los familiares de los soldados muertos en ese trágico día.

Ahora bien, en la relación medios y memoria podemos plantear, de la mano de Ricoeur (2007), la centralidad que en los estudios de memoria tiene el asunto del olvido: “Me quedo perplejo por el inquietante espectáculo que dan el exceso de memoria aquí, el exceso de olvido allá, por no hablar de las conmemoraciones y de los abusos de la memoria y del olvido” (p. 13).

Es importante anotar que los medios de comunicación se estructuran a partir de un modelo de programación sobre el cual establecen un orden determinado de horarios de emisión de sus contenidos en el transcurso de las horas del día y de los días de la semana. Ello implica establecer criterios de selección de contenidos y formatos que serán o no emitidos. Por tanto, es en la programación y su análisis donde se puede ubicar la manera en que los medios reiteran y les dan relevancia a ciertos temas o, por el contrario, los excluyen.

En las emisiones previas al acontecimiento de Buenos Aires, el tema del conflicto armado en nuestro país estaba instalado en lo que Ricoeur (2007) denomina el olvido, contracara de la memoria. Por el contrario, como se observa en las emisiones subsiguientes, el tema es memoria en tanto existe la evidencia objetiva y material de un ataque, como en este caso. Así, el conflicto armado en los medios aparece en un flujo sempiterno de memorias y olvidos.

Hasta el día 15 de abril de 2015 la orden presidencial de cesar los ataques a los campamentos de las FARC estaba vigente. Ese día el cese llegó a su fin. Los bombardeos se reactivaron igualmente por orden presidencial. El detonante de esta decisión fue el ataque perpetrado a la media noche del martes 13 por la columna Miller Perdomo en contra de un grupo de soldados que descansaba en la cancha de fútbol del municipio de Buenos Aires. El saldo fue de 11 soldados asesinados. Este acontecimiento rompe sin duda la agenda informativa no solo de los noticieros nacionales, sino especialmente la de Noti5, cuyo espectro de cobertura incluye, precisamente, el departamento del Cauca.

Así, los titulares y contenidos informativos de la emisión del miércoles 15 se dedican exclusivamente a este hecho, el cual se aborda desde cuatro ángulos; el primero fue el rechazo de las Fuerzas Armadas al ataque: “Rechazo del país por atentado de las FARC en Buenos Aires, Cauca, que dejó 11 soldados profesionales y un suboficial muerto y otros 20 resultaron heridos”; el segundo consistió en la reacción del presidente Juan Manuel Santos al dirigirse ese mismo día a la ciudad de Cali para presidir un consejo extraordinario de seguridad con la cúpula militar: “Ataque obligó al presidente de la República a trasladarse a Cali para reunirse con la cúpula militar”; el tercero se centró en el estado de salud de los soldados que sobrevivieron y que fueron trasladados a distintos centros hospitalarios: “En clínicas de la capital del Valle son atendidos los soldados heridos, especialmente en la capital del Valle del Cauca”; el cuarto se enfocó en la opinión de algunos sectores en torno al futuro de los diálogos de paz: “Diferentes sectores del país pidieron revisar el proceso de Paz de La Habana” (Noti5, 2015, 15 de abril).

Si para la emisión del 13 y 14 se daba una escaza presencia de fuentes oficiales, la del día 15 se ve colmada de voces de militares de alto rango que aparecen en primeros planos condenando la premeditación y crueldad del ataque, enfatizando en la necesidad de responder militarmente y de manera inmediata para hacer justicia ante la muerte de estos “héroes de la Patria”.

El soporte informativo centrado en diversas fuentes oficiales, que incluyen al comandante de la Tercera División del Ejército, general Mario Augusto Valencia; el Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre, quien anota que “Las primeras conclusiones que tiene la Fiscalía General es que estamos frente a un homicidio, un crimen de guerra y una violación a la tregua unilateral”; el mismo presidente Santos –escoltado en un segundo plano por el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón- que señala que el ataque “Fue producto de un ataque deliberado, no fortuito de las FARC y esto implica un claro rompimiento de un cese al fuego unilateral… He ordenado a las Fuerzas Armadas el cese de la suspensión de bombardeos” (Noti5, 2015, 15 de abril)., marcando así un tono del tratamiento de la información oficialista y plegado al statu quo, donde el protagonismo es fundamentalmente de actores militares y, en una escala menor, de actores civiles, que como se verá más adelante, pasan a un primer plano en la emisión del jueves 16, día posterior al ataque.

El otro ángulo desde el cual Noti5 aborda el acontecimiento es el médico, reforzando en cierta medida el tono oficialista señalado. Así, no solo de los relatos en off del periodista Alejandro Marín, quien se ubica en la Clínica Amiga en Cali, e informa que “(…) A este centro asistencial llegaron 16 uniformados de los cuales 8 están en delicado estado de salud. Algunos fueron intervenidos incluso en cuidados intensivos”. Luego, el relato ampliado por el testimonio del doctor Laureano Quintero, director médico de la Clínica Amiga: “De estas personas dos fueron a cirugía, de los demás se está complementando la valoración. El más delicado es un soldado que recibió una esquirla en el tórax” (Noti5, 2015, 15 de abril). La información va al compás de secuencias de planos generales del centro médico, de ambulancias y soldados que se encuentran allí.

La perspectiva del tratamiento desde el ángulo médico es mayor que la utilizada en la oficialista, ya que se da un despliegue informativo a distintos sitios y con mayor presencia de fuentes. Se emiten informes desde el centro médico del corregimiento de Timba, Cauca, con el testimonio de su director, el doctor Esteban Matabajoi, quien señala que “llegaron 4 militares en muy mal estado y se remitieron, tenían traumatismos múltiples”; desde el Hospital Francisco de Paula Santander y la Clínica Valle de Lilí, donde su jefe de prensa actúa como fuente, se señala que “se han recibido un total de 9 soldados provenientes de Buenos Aires, Cauca. Presentan múltiples heridas por esquirlas de granada y arma de fuego… 5 de ellos se han remitido a otras instituciones” (Noti5, 2015, 15 de abril).

El tono en el tratamiento de la información es más bajo en cuanto a lo que se refiere a la información abordada desde la población civil para esta emisión. Si bien la presentadora asume un rol de vocería de las otras voces no oficiales, es decir, la comunidad víctima de Timba, el testimonio de unos pocos habitantes aparece, como el caso de Lina Chávez, quien todavía temblorosa relata lo siguiente ante cámara: “Escuchamos disparos y después nos enteramos que eran los soldados y que ellos estaban dormidos, que no pudieron defenderse”, o el de Adelaida Díaz: “Es lamentable porque el municipio había estado muy tranquilo y en estos momentos otra vez volver a vivir esta guerra inútil”, y el de Aurelio Castillo, quien en voz de lamento dice que “no debería pasar esto, siempre hemos vivido en el conflicto y estamos en el conflicto” (Noti5, 2015, 15 de abril). Todas estas voces abonaron el terreno de lo que en la emisión del día 16 se desplegaría con contundencia, hasta el punto de pasar de un tono oficialista, caso militar, a uno más centrado en la voz de la sociedad civil.

Es importante señalar el tratamiento para contextualizar el lugar de los acontecimientos que Noti5 hace mediante el uso de infografías que detallan geográficamente la ubicación del corregimiento de Timba y el Municipio de Buenos Aires, lo que enriquece la perspectiva informativa.

En la relación medios y memoria, y ante un acontecimiento objetivo, material e inesperado, surge la pregunta de cómo mostrar audiovisualmente lo sucedido en experiencias límite y dolorosas, a través de un medio masivo como la televisión sin banalizarla; por tanto –dirá Claudia Feld (2007)-, ¿de qué manera el lenguaje audiovisual permite y potencia la representación y evocación de los duros acontecimientos vividos por las víctimas de la violencia subversiva? Como lo evidencia el análisis, existe una centralidad en términos de memoria de las voces oficiales y civiles, representadas en militares y, con mayor fuerza, de los periodistas que son quienes asumen el rol de relatores de una narrativa que a toda costa debe ser no solo verosímil, sino veritativa en tanto su pretensión es contribuir a construir la historia del conflicto armado en Colombia desde la posición de las víctimas, donde la voz de los victimarios queda excluida, en el olvido.

Desde esta perspectiva, las posibilidades expresivas del medio audiovisual sirven para amplificar y hacer de conocimiento público las atrocidades de un sector rebelde al statu quo y, por tanto, generar memoria o, como diría Paul Ricoeur (2007), tener conciencia del pasado en tanto “sale” del olvido mediático la dimensión histórica del conflicto. Acá, el conflicto como memoria sería pues un mecanismo presente de actualización de un pasado que no debe olvidarse, sino recordarse activamente a través de la pantalla como escenario.

Para la emisión del día 16, la línea editorial y el tono en el tratamiento se desplazan de manera notable hacia el significado del acontecimiento en el seno de la sociedad, la cual levanta su voz para protestar simbólicamente contra la actuación de las FARC. Los titulares así lo anuncian: “Militares muertos en ataque de las FARC fueron despedidos con honores”; “A esta hora en el Batallón Pichincha centenares de ciudadanos, con una noche de luz y además de oración, rinden homenaje a los soldados asesinados por las FARC en el Cauca”. Asimismo, los emotivos testimonios de los ciudadanos potencian el giro: “No más FARC y agradecidos por siempre con el Ejército Nacional … no queremos que nuestro Ejército y nuestros hombres sean carne de cañón para esta guerra inútil que se llama FARC” (Noti5, 2015, 16 de abril).

En la codificación audiovisual, el tono se materializa en imágenes de flores puestas a la entrada de la Tercera Brigada en Cali, donde decenas de personas conmocionadas llegan con ofrendas florales, planos generales de personas con luces y velas que visitan el Batallón Pichincha en la noche, así como de las honras fúnebres.

Como hilo conductor de este tratamiento están las voces de los presentadores y periodistas que editorializan la situación emotiva de indignación de la sociedad civil: “Para que los actos terroristas terminen en Colombia”; “Militares muertos en ataque de las FARC fueron despedidos con honores”; “Crece indignación contra las FARC por ataque a solados” y

Los restos salieron en la caravana de los despojos mortales de los soldados muertos en Buenos Aires, Cauca. Los cuerpos de las víctimas fueron llevados hasta llegar al aeropuerto, donde 3 aeronaves estaban listas, con banderas y en calle de honor la Fuerza Aérea acompañaron (sic) los restos. Sonar de las trompetas, los féretros fueron trasladados a Bogotá para llevarlos a sus lugares de origen. Se identifica con nombre propio y lugar de origen de cada uno de los soldados. (Noti5, 2015, 16 de abril)

Asimismo, el tono de los actores del Estado pasa de ser reactivo a ser reflexivo sobre el proceso de paz como el asunto de fondo que está en juego. Así, las fuentes oscilan entre el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, quien refiere que “no obstante, la gravedad de los hechos, el fiscal general de la Nación considera que el Gobierno Nacional debe persistir en sus esfuerzos por alcanzar la paz”, o el vicepresidente, Germán Vargas Lleras, que expresa que “no contribuye (este acontecimiento) de manera alguna a rodear el proceso de credibilidad, confianza y apoyo”, y el del comandante del Ejército, general Jaime Lasprilla, quien dice que “es un hecho violatorio de esos compromisos frente a la mano tendida del presidente”. También, se presentan declaraciones de Alejando Ordoñez, procurador general de la Nación, expresando que lo sucedido “fue aprovechado por las FARC para engañar al presidente y para continuar con las acciones contra las fuerzas militares” (Noti5, 2015, 16 de abril).

Asimismo, el tono de los actores del Estado pasa de ser reactivo a ser reflexivo sobre el proceso de paz como el asunto de fondo que está en juego. Así, las fuentes oscilan entre el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, quien refiere que “no obstante, la gravedad de los hechos, el fiscal general de la Nación considera que el Gobierno Nacional debe persistir en sus esfuerzos por alcanzar la paz”, o el vicepresidente, Germán Vargas Lleras, que expresa que “no contribuye (este acontecimiento) de manera alguna a rodear el proceso de credibilidad, confianza y apoyo”, y el del comandante del Ejército, general Jaime Lasprilla, quien dice que “es un hecho violatorio de esos compromisos frente a la mano tendida del presidente”. También, se presentan declaraciones de Alejando Ordoñez, procurador general de la Nación, expresando que lo sucedido “fue aprovechado por las FARC para engañar al presidente y para continuar con las acciones contra las fuerzas militares” (Noti5, 2015, 16 de abril).

Siguiendo el trazado de Ricoeur (2007) en cuanto a la marcación teórica que hace para explicar el tema de la memoria, es necesario referir el análisis a dos preguntas vitales: ¿de qué hay memoria y de quién es la memoria?; con ello, se busca entender cómo en este caso Noti5 transita de una memoria afincada en las voces oficiales y civiles que reaccionan de manera vehemente frente al ataque en la emisión del 15 de abril, es decir, en el quién, para prolongar el espacio a las mismas voces pero en un tono más reflexivo que, precisamente, dan cuenta de la condición ontológica del “qué” en la memoria en tanto se direccionan hacia una reflexión más solidaria, especialmente con el Ejército Nacional, sobre las consecuencias sociales del evento subversivo.

Al ser reflexiva la memoria se refiere a un alguien que reflexiona, a un sujeto individual o colectivo de la reflexión, estando así atada a un objeto de la reflexión que, en palabras de Ricoeur (2007), no es más que el recuerdo como su momento objetual.

En esta emisión se continúa desplegando la evolución de la información desde el abordaje en perspectiva médica, presentando los primeros resultados de las necropsias entregadas por fuentes oficiales a través del testimonio del doctor Carlos Valdés, director del Instituto Nacional de Medicina legal:

En todos los cuerpos se encontraron lesiones con artefacto explosivo tipo granada de mano; en segundo lugar, en 6 de los 10 cuerpos se encontraron lesiones producidas por proyectil de alta velocidad y, en tercer lugar, heridas con proyectiles de baja velocidad tipo 9 milímetros. (Noti5, 2015, 16 de abril)

Igualmente, se presenta la evolución de la noticia desde la Clínica Amiga en Cali a través, nuevamente, del testimonio del doctor Laureano Quintero:

Afortunadamente hemos logrado una excelente evolución de todos ellos, tenemos aún 4 personas de este evento. Hay uno de ellos que aún está en cuidados intensivos, se espera aún que vaya mejorando (…) Es muy probable que mañana podamos dar de alta a 2 o 3 personas (…) La lesión más grave es una lesión en la aorta. (Noti5, 2015, 16 de abril)

El tono informativo desde una perspectiva civil más que oficialista de la emisión del día 16 se prolonga y consolida en la emisión del 17. Así, Noti5 abre este día con titulares que apelan directamente a un asunto muy sensible –de orden estético, que nos subraya el hecho de que la información no solo opera en el plano de lo racional, sino que para el caso de la televisión, compuesta de imágenes y sonidos, es esencialmente emocional-, como lo es la reacción de la sociedad civil: “Cientos de payaneses asistieron al sepelio de uno de los soldados muertos en el Cauca”; “En Pasto, Nariño, y en Alcalá, en el Norte del Valle, también se vivió la solidaridad con los soldados”. El periodista Fernando Rojas, quien hace la nota desde Popayán, relata el sentimiento de dolor por el asesinato de los militares describiendo que “con dolor de patria los payaneses manifestaron su rechazo a lo sucedido y a las FARC”. Igualmente, dice: “En Pasto y también en La Unión desconocidos se unieron al dolor de los familiares y en un silencioso homenaje” (Noti5, 2015, 17 de abril).

La escena se potencia visualmente con una secuencia de imágenes en las cuales se ve a un soldado de espaldas entregando una bandera a un familiar de las víctimas; su testimonio es un colofón de la emotividad registrada en televisión: “Este es el símbolo de todos los soldados de Colombia sin importar el grado, para mí su hijo es un héroe de Colombia, cuídela, acá está el corazón y el alma de su hijo”. Desde el otro lugar de la noticia anunciado en los titulares se presentan imágenes y un relato en off del presentador: “En Alcalá, otro de los escenarios de la tristeza que se vive en el país, llegó el cuerpo del soldado Juan Sebastián Puentes, otro de los héroes asesinados por las FARC”; “Estos muchachos hacen algo por Colombia y los otros destrozan a Colombia” (Noti5, 2015, 17 de abril).

La voz de la sociedad resuena con mayor fuerza al incorporarse en la información de testimonios de ciudadanos conmovidos: “Lo que hicieron ellos fue una cosa muy repudiable, no tengo palabras para decirlo”; “¿Quiénes somos los más perjudicados?, nosotros los caucanos”; “Las FARC no se va a quedar quieta, siempre va a estar haciéndonos daño a todos”. Igualmente, el discurso heroico se acentúa desde actores oficiales, como el comandante de la XXIX Brigada del Ejército, general Jorge Herrera, quien en primer plano y enérgicamente dice refiriéndose a uno de los soldados muertos: “Nos reunimos para despedirlo como el héroe, héroe dedicado a su familia, a la patria”, mientras, la narrativa visual muestra primeros planos de personas asistiendo al sepelio, así como planos generales de militares llevando el ataúd cubierto con la bandera de Colombia (Noti5, 2015, 17 de abril).

La información de Noti5 construye una “memoria televisiva”, reflexiva y referenciada al conflicto armado –aunado al proceso de paz- desde una perspectiva univocal, en tanto hablan principalmente militares y miembros de los poderes ejecutivos, judiciales y legislativos del país, y cuyo eco se amplifica en las sentidas manifestaciones de la sociedad civil. Dicha reflexión parte de un momento material y objetual preciso: la muerte como factor determinante para recordar –o rememorar, diría Ricoeur (2007)- la existencia del conflicto armado y su inevitabilidad si no hay proceso de paz, es decir, la necesidad de un escenario de diálogo plurivocal donde los victimarios tengan también un espacio. Se presenta, entonces, la memoria en su doble dimensión de sujetos (Estado/guerrilla/sociedad civil) y objeto (conflicto/paz); del quién y el qué ontológico que la constituye.

En síntesis, la observación efectuada al noticiero Noti5 en cuanto a temática y número de notas relacionadas con proceso de paz y conflicto armado, y el tema conexo y coyuntural del proceso electoral que coincide con la ventana de observación en tanto se realizaban las consultas internas de los partidos, así como la tipología de fuentes (clasificadas en civiles y oficiales) y género de estas, arroja un consolidado con los siguientes datos que se especifican en la Tabla 2.

Tabla 2. Consolidado temáticas, tipo y género de las fuentes

 

Noticiero

 

Fecha de emisión

Temática

Tipo de fuente

Género fuente

Diálogos de paz

Conflicto Armado

Proceso electoral

Civil

Oficial

M

F

 

Noti5

Abril 13

0

0

0

0

0

0

0

Abril 14

0

1

1

0

2

1

1

Abril 15

1

3

1

9

4

10

3

Abril 16

1

4

0

3

6

7

2

Abril 17

0

2

0

7

5

5

7

Total

2

10

2

19

17

23

13

Fuente: Elaboración propia

La información relacionada con conflicto armado se sobrepone significativamente sobre la de proceso de paz en una relación de 10 a 2 respectivamente, lo que pone de relieve que los hechos de violencia –cada vez que suceden- potencian y ponen en primer plano el asunto histórico de la lucha que desde hace más de cincuenta años viene librando el Estado contra el grupo insurgente de las FARC. Es decir, en términos de Ricoeur (2007), cada vez que hay un ataque los medios cumplen una función de rememoración, o sea, de volver a traer a la memoria algo que estaba temporalmente en el olvido: el conflicto existe en tanto existan imágenes que den cuenta de él. En este sentido, el noticiero pareciera marcar una línea editorial que podría formularse con la siguiente hipótesis: sin imágenes pareciera que no hay conflicto. Así, el sentido de la memoria, o de lo que se rememora, estaría más allá del fenómeno lingüístico, visual o auditivo del cómo (léase el lenguaje).

Es interesante anotar cómo se da un equilibrio relativo en cuanto a la tipología de fuentes, ya que se registran 19 civiles (médicos, ciudadanos, familiares de los militares, ambientalistas, entre otros) frente a 17 de orden oficial (presidente de la República, ministros, procurador, fiscal general de la Nación, comandantes de la Fuerzas Militares, gobernantes). Las fuentes de orden oficial se refieren hacía el tema de conflicto armado, mientras las voces de las fuentes civiles se desplazan hacia el proceso de paz y la urgencia de reflexionar sobre las trágicas muertes de soldados y la necesidad vital de tener paz para construir un mejor país.

Es significativo que las fuentes son prioritariamente de género masculino sobre el femenino, en una relación 23 a 13 respectivamente. Podemos afirmar que la memoria del conflicto armado es construida desde las voces masculinas (militares, gobernantes), mientras que la del proceso de paz, es decir, la reflexión sobre la guerra y el clamor para que cese es una memoria femenina (madres que pierden a sus hijos, esposas de las víctimas).


Análisis Noticiero Más Pacífico

Más Pacífico es el noticiero de fin de semana del Canal Regional Telepacífico, cuyo objetivo es informar los hechos más relevantes del Suroccidente colombiano. En este sentido, el ataque de Timba resulta ser un acontecimiento periodístico de gran relevancia en la agenda del fin de semana comprendido entre el 18 y el 19 de abril, tiempo que corresponde a la ventana de observación.

En la emisión del mediodía del sábado 18, el noticiero marca un tono más cercano a las reacciones posteriores de las familias que a un abordaje directo de las fuentes oficiales, especialmente militares, quizás debido a la lejanía temporal que para ese día se tenía con el hecho, sucedido el 15 de abril, tres días atrás. El titular de arranque hace referencia, precisamente, a ello: “Último adiós en La Cruz Nariño: fue sepultado otro de los soldados muertos tras el atentado de las FARC en Buenos Aires, Cauca” (Noticiero Más Pacífico, 2015, 18 de abril). Como se puede ver en la Tabla 3, en esta emisión se registran 19 fuentes civiles y ninguna oficial.

Dicho tono se acerca al establecido en Noti5 en las emisiones del 16 y 17, en tanto la información se estructura –tanto en lo visual como en lo periodístico- a partir del sentir de la comunidad. Aparecen en Más Pacífico notas más decantadas y pausadas –debido al tiempo que se tuvo para producirlas- acerca, por ejemplo, de la historia de vida del soldado Franklin Prado Botina, muerto en el ataque; dicha nota fue realizada por el periodista Winston Viracachá.

Lo visual potencia este enfoque a través de una planimetría variable entre planos de contexto (generales) y de texto (primeros planos) de personas dejando en un recinto interior rosas sobre un ataúd; imágenes de un sacerdote hablando sobre la vida, exteriores de una iglesia con personas desfilando lentamente con sus vestidos negros en actitud luctuosa y con fotografías de los soldados fallecidos en sus manos. Un factor diferenciador de Más Pacífico es la apertura a la participación en pantalla de rostros y voces indígenas, las cuales no se habían referenciado en Noti5.

El hecho de que el noticiero Más Pacífico abriera espacios de opinión a la comunidad indígena no resulta menor sino, por el contrario, vital y necesario en un departamento que, como el Cauca, tiene una población indígena significativa (21,5% según datos del DANE). Así, dan su testimonio personajes y líderes relevantes para el acontecer social y político de la región y cuya participación es necesaria para encontrar las claves que permitan entender el impacto que el suceso de Buenos Aires produjo en el Cauca y el país.

La textura de estos testimonios está cargada de reclamos, invitaciones y reflexiones, como el de Luz Eida Julicué, consejera de la comunidad indígena, quien afirma que “(…) los actores armados siempre han estado desafortunadamente en los territorios indígenas, si es un clamor de todas las comunidades y de todos los pueblos indígenas” (Noticiero Más Pacífico, 2015, 18 de abril), o los de Clemente Lucumí, líder de municipios del Norte del Cauca, y Jesús Arbey Martínez, secretario de Gobierno de Caloto, quienes piden una definición clara para la firma de un acuerdo de paz.

Se presenta como un ejercicio de represión de la información en tanto los indígenas aparecen solo cuando hay acontecimientos destacados a nivel político, social o de orden público en los que líderes o grupos indígenas se convierten –de algún modo- en protagonistas y cuyo testimonio sirve para presionar el cumplimiento de ciertas demandas, en este caso, la protección de sus vidas y la paz en sus territorios (Arias & Ruíz, 2015, p. 15).

Dado el mayor espacio de tiempo para generar análisis, Más Pacífico dedica una parte importante de su emisión del 18, así como de la del 19 de abril, a reflexionar de la mano de expertos el futuro de los diálogos de paz. Se invitan a académicos como Libardo Orejuela, quien señala que “en momentos de crisis hay que poner la cabeza en la nevera, aquí hay que ser discreto, cauto y tranquilo. Y sobre todo ser exageradamente audaz”, o Markus Schutze, que señala con convicción que “deben continuar en la mesa, no hay manera de pensar en abandonar la mesa, han llevado varios años ya en ese esfuerzo y como el país siguió en guerra desde que empezaron a negociar no deberían ahora terminar esto” (Noticiero Más Pacífico, 2015, 19 de abril).

Para la emisión del mismo sábado 18 en la franja de la noche, se produce un desvanecimiento en el tratamiento informativo del ataque de las FARC, ya que en los titulares ubican en primer plano de la agenda el nuevo horario de ley seca que regirá en Cali a propósito de las consultas de partido que se efectuarán el domingo 18 en el marco del proceso electoral a llevarse el 25 de octubre de 2015. En un segundo plano se anuncia el análisis que expertos hacen sobre el difícil momento que vive el proceso de paz, reciclando los testimonios de los académicos invitados a la emisión del medio día del mismo 18 de abril. Se aborda la información acerca de la condecoración que el Ejército entrega a los soldados que sobrevivieron.

Como temas subsidiarios, se aborda el tema médico, es decir, la evolución que han tenido los soldados heridos, teniendo en cuenta el testimonio del doctor Laureano Quintero (quien aparece también como fuente en Noti5), citado por el periodista Nicolás Jiménez:

De acuerdo con el director de la Clínica Amiga, doctor Laureano Quintero, cuatro de los soldados heridos presentaron mejoría en las lesiones y heridas por lo que fueron dados de alta, luego del ataque esta semana por parte de las FARC en la Vereda La Esperanza, en el norte del Cauca. Esta noticia es un parte de tranquilidad para las familias de los uniformados. (Más Pacífico, 2015, 19 de abril)

En las emisiones del medio día del 19 de abril, los titulares reflejan ya una disminución más marcada del tema del ataque de la FARC, ya que si bien aparece una nota alrededor del mismo y relacionada con las reacciones de la esposa del cabo Wilder Camilo Aguilar, quien resultó herido, también se abre paso nuevamente, en la agenda informativa, al tema de las consultas internas de los partidos para el proceso electoral que, precisamente, se llevaron a cabo ese mismo día. Llama poderosamente la atención que, como cierre de la nota, el periodista decide incluir un testimonio de la cónyuge del cabo en el cual ella le hace un llamado al expresidente Álvaro Uribe Vélez para que lo visite en el hospital de Cali donde se encuentra en convalecencia.

El tejido de las diversas voces que intervienen para opinar sobre los acontecimientos sitúan a la televisión –y específicamente al noticiero Más Pacífico- en función de emprendedores de la memoria sobre el proceso de paz y el conflicto armado en tanto cada actor –incluyendo por supuesto también a los periodistas- va revelando sus intereses, y la manera en que, a través de los testimonios y las narraciones periodísticas, se muestran distintas interpretaciones sobre el pasado y el futuro del país. Ya lo señalaba Feld (2007) al afirmar que, en los análisis que se hagan en perspectiva teórica sobre medios y memoria, es necesario ubicar los distintos niveles de la enunciación, así como el rol político y social de los enunciantes, ya que como se evidencia hasta este punto, la televisión actúa como una suerte de campo de luchas entre memorias que se van cristalizando en el espacio televisivo y que dejan entrever las diversas disputas alrededor del pasado, el presente y el futuro (p. 45).

Para la emisión de la noche de mismo día 19, Más Pacífico incluye en sus titulares nuevamente la noticia del cabo Aguilar, y al interior del noticiero se pasa la misma nota sin ninguna modificación en tiempo de duración, imágenes, testimonios y voz en off del periodista. Igualmente, aparece un titular de un hecho que, si bien no tiene relación directa con el ataque de Buenos Aires, sí la tiene con el proceso de paz en tanto se refiere a la mesa de trabajo que indígenas y afrodescendientes del departamento del Cauca, así como miembros del Gabinete Ministerial del Gobierno Nacional, celebraron en Popayán para buscar soluciones a los conflictos de tierras que se viven profundamente en esta zona del país.

En el cuerpo interno del noticiero de ese domingo 19 se da desarrollo a la información de la actividad de un grupo de ciudadanos caleños que, junto con miembros del Ejército, realizó como homenaje a las 11 víctimas de las FARC una siembra de árboles en el Cerro Cristo Rey. De manera similar a la operación editorial que hace Noti5, se acude a las voces de la sociedad civil para construir en perspectiva emocional de un acontecimiento cuya textura es histórica, política y militar. Así, los testimonios de los entrevistados navegan entre el rechazo y la esperanza: “Es un acto simbólico que el país necesita ver y tener. Además, se le hace un honor al Ejército, pues está peleando allá”, dice Leonardo Caicedo; “Esas son las labores que debe apoyar el Ejército para construir la paz. La siembra de árboles ayuda a que reforestemos nuestros bosques”, afirma Diego Bronstein; “El Ejército nos ayudó pues con la apertura de todos los huecos. Entonces es un poco hoy como para conmemorar la memoria de estos 11 hombres caídos. Se decidió que los primeros 11 árboles sembrarlos en honor a ellos”, dice Juan David Lévy (Noticiero Más Pacífico, 2015, 19 de abril). Los apoyos –casi incondicionales- al Ejército Nacional resuenan con eco a través de la ciudadanía y la protesta pacífica. Una mezcla de planos abiertos y cerrados en los cuales se puede apreciar la siembra de los arbustos y las placas inscritas con los nombres de las víctimas construyen las imágenes memorables del acontecimiento.

Como único hecho informativo durante la ventana de observación, se presenta una noticia en la que el conflicto armado y el proceso de paz son utilizados como elementos de proselitismo político por parte del candidato a la gobernación del departamento del Valle, Felipe Muñoz, quien justamente ese día de votaciones para la consulta interna de los partidos políticos para las elecciones del 25 de octubre de 2015 es elegido como candidato oficial del Partido de la U. Muñoz afirma que “esto es un acto de cobardía muy vil para este pueblo colombiano que está esperanzado en una paz y que está creyendo en las FARC y mire con lo que sale” (Más Pacífico, 2015, 19 de abril).

En síntesis, de la misma manera en que se hizo con Noti5, la observación efectuada al noticiero Más Pacífico referida a temáticas y número de notas relacionadas con proceso de paz, conflicto armado y proceso electoral, así como la tipología de fuentes (civiles y oficiales) y género, arroja un consolidado con los siguientes datos que se especifican en la Tabla 3.

 

Noticiero

 

Fecha de emisión

Temática

Tipo de fuente

Género fuente

Diálogos de paz

Conflicto Armado

Proceso electoral

Civil

Oficial

M

F




Más Pacífico

Abril 18 (Medio día)

1

3

0

19

0

9

10

Abril 18 (Noche)

1

1

1

16

1

10

7

Abril 19 (Medio día)

0

1

1

5

2

5

2

Abril 19 (Noche)

0

1

1

6

5

6

5

Total

2

6

3

46

8

30

24

Fuente: Elaboración propia

.

Como se evidencia, la tendencia temática está inclinada hacia un mayor número de notas relacionadas con el conflicto armado (6) frente a las de proceso de paz (2). Como era de esperarse, el tema del proceso electoral es significativo en número de notas (3), en tanto el fin de semana de las emisiones se corresponde con las consultas internas de los partidos, como ya se ha anotado.

Si bien en Noti5 se da un relativo equilibrio entre fuentes civiles y oficiales, en Más Pacífico este equilibrio marca un balance distinto en tanto la aparición de testimonios de fuentes civiles es ampliamente mayor (46) que los provenientes de actores oficiales (8). En este sentido, los dos noticieros trazan líneas editoriales distintas en el abordaje de los temas centrales de la investigación y, por tanto, construyen memoria desde perspectivas opuestas: Noti5 desde las voces de la oficialidad, mientras Más Pacífico desde las voces de la sociedad civil. Sin embargo, ambos coinciden en construir principalmente la memoria del conflicto y la paz desde las voces masculinas, tal como se evidencia en la Tabla 3.


Discusión y conclusiones

Es claro que uno de los mayores retos –y riesgos- que tiene la televisión frente a la manera como construyen memoria alrededor de temas como el conflicto armado y el proceso de paz le implica plantearse y resolver cuestiones sobre cómo narrar y representar las experiencias límite que se derivan de eventos tan sensibles social y políticamente como por ejemplo el ataque de Buenos Aires. Este, sin lugar a duda, es –tal como se plantea en los lineamientos teóricos de esta investigación- un tema que ha sido objeto de discusión en todas las sociedades que han vivido –o están viviendo- procesos de degradación a causa de la violencia política o militar, como es el caso de Colombia.

Pensar en la relación entre medios y memoria, y más precisamente televisión y memoria, nos obliga a centrar las preguntas de investigación en el qué de la memoria, es decir, en los contenidos que se construyen y circulan, y simultáneamente en el quién, es decir, en los actores que la modelan con sus testimonios e intereses. Siguiendo la ruta de Ricoeur (2007), lo que nos muestra la observación de los noticieros Noti5 y Más Pacífico es que, frente al tratamiento de los temas del conflicto armado y el proceso de paz, se pasa de un estado pasivo del recuerdo (casi del olvido) –o de aquello que los griegos denominaban mneme como algo que simplemente aparece y llega a la mente con una cierta afección- de estas temáticas a su inserción escalonada al flujo de sus contenidos en la medida en que el acontecimiento del ataque de las FARC aparece en escena. Se pasa así de un recuerdo pasivo a otro en el cual el recuerdo es objeto de una búsqueda intencionada, una rememoración, un accionar para acordarse. Estos estados cognitivos y pragmáticos ponen en evidencia mayor la pretensión de fidelidad de la memoria con respecto al pasado (Ricoeur, 2007). Así, el proceso de paz, y en especial el conflicto armado, salen del olvido mediático para hacerse memoria intencionada desde el mismo día del ataque y los días posteriores.

Esta pretensión de fidelidad, nos dirá Ricoeur (2007),

(…) define el estatuto veritativo de la memoria, que habrá que cotejar más tarde con el de la historia. Mientras tanto, la interferencia de la pragmática de la memoria (es decir la rememoración) en la cual acordarse es hacer algo ejerce un efecto de perturbación en toda la problemática veritativa evidencia las posibilidades de abuso que se introducen ineluctablemente en los recursos de uso y empleo de la memoria. (p. 20)

Así, el cuadro tríptico en el cual se da el proceso de la memoria se compone de un qué –el recuerdo-, que se prolonga en un quién –la reflexión-, y que tiene un mecanismo relacional de activación que es la rememoración, es decir un cómo (Ricoeur, 2007). En este orden, el ataque es el qué, el cual se prolonga en unos quienes que reflexionan (actores civiles y oficiales, periodistas), cuya relación se produce por la mediación que hacen los noticieros que operan en función de rememoración para activar y hacer presente de nuevo el asunto de un país en conflicto y un proceso de paz incierto.

Como lo evidencia la observación, en las emisiones previas al acontecimiento de Buenos Aires, el tema del conflicto armado en nuestro país está instalado, precisamente, en la contracara de la memoria, es decir, en el olvido, el cual se convierte en memoria en tanto existe la evidencia objetiva y material del ataque. El conflicto armado en los medios aparece en un flujo sempiterno de memorias y olvidos, de inclusiones y exclusiones.

Desde esta perspectiva, las posibilidades expresivas del medio audiovisual sirven para amplificar y hacer de conocimiento público las atrocidades de un sector rebelde al statu quo y, por tanto, generar memoria o, como diría Paul Ricoeur (2007), tener conciencia del pasado en tanto “sale” del olvido mediático la dimensión histórica del conflicto.

La información construye una “memoria televisiva” y reflexiva referenciada al conflicto armado –aunado al proceso de paz- desde una perspectiva univocal en tanto hablan principalmente militares y miembros de los poderes ejecutivos, judiciales y legislativos del país, y cuyo eco se amplifica y resuena con mayor desdoble en las sentidas manifestaciones de la sociedad civil. Dicha reflexión, no cabe duda, parte de un momento material y objetual preciso: la muerte como factor determinante para recordar –o rememorar- la existencia del conflicto armado y su inevitabilidad si no hay proceso de paz, es decir, la necesidad de un escenario de diálogo plurivocal donde los victimarios tengan también un espacio.

La memoria del conflicto armado es construida desde las voces masculinas (militares, gobernantes), mientras que la del proceso de paz, es decir, la reflexión sobre la guerra y el clamor para que cese, es una memoria femenina (madres que pierden a sus hijos, esposas de las víctimas).

Asimismo, con respecto a Más Pacífico, y tal como concluyen las investigadoras Arias y Ruíz (2015), al incluir las voces de la comunidad indígena se produce un ejercicio de represión de la información en tanto los indígenas aparecen solo cuando hay acontecimientos particulares –como en este caso- en los que líderes indígenas se convierten en protagonistas y cuyo testimonio es relevante para construir una memoria plural e incluyente sobre el conflicto y la paz, así su participación sea circunstancial y efímera y vuelva a situarse en el olvido.

Claudia Feld (2007) afirma que en los análisis que se hagan sobre medios y memoria es necesario ubicar los distintos niveles de la enunciación, así como el rol político y social de los enunciantes, ya que como se evidencia en la observación, la televisión actúa como campo de luchas entre memorias que se van cristalizando en el espacio televisivo y que dejan entrever las diversas disputas alrededor del pasado, el presente y el futuro.

Finalmente, los dos noticieros trazan líneas editoriales distintas en el abordaje de los temas centrales de la investigación y, por tanto, construyen memoria desde perspectivas opuestas: Noti5 desde las voces de la oficialidad; Más Pacífico desde las voces de la sociedad civil. Sin embargo, ambos coinciden en construir principalmente la memoria del conflicto y la paz desde las voces masculinas.


Referencias


1Ph.D. Director Proyecto Saber Pro-Módulo de Procesos Comunicativos, AFACOM (Asociación Colombia de Facultades y Programas de Comunicación).