Otto de Greiff, al servicio de la formación y la apreciación musical en Colombia

Otto de Greiff, at the service of training and musical appreciation in Colombia

José David Roldán Sánchez, Ph.D.1

Doctorado en el programa «Música, Historia, Sociedad» de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (EHESS), París, Francia
Máster en Música y Musicología. Université Paris 4 – Sorbonne, Francia
Maestro en Música. Universidad del Valle, Cali, Colombia

Cómo citar:

Roldán Sánchez, J.D. (2019). Otto de Greiff, al servicio de la formación y la apreciación musical en Colombia. Desbordes, vol. 10 (1), pp. DOI: https://doi.org/10.22490/25394150.3734

Toledo Castellanos, R. (2019). Otto de Greiff, at the service of training and musical appreciation in Colombia. Desbordes, vol. 10 (1), pp. DOI:

https://doi.org/10.22490/25394150.3734

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Resumen

Otto de Greiff (1903-1995) ocupa un lugar importantísimo dentro del panorama musical de Colombia en el siglo XX. En un país donde la formación musical era casi inexistente y la música era en general percibida como un arte secundario, Otto de Greiff se propuso cambiar esta percepción entre los colombianos. A través del estudio de sus columnas en la prensa, de sus escritos y conferencias sobre música, y de sus cursos en la radio, el artículo analiza esta parte de su producción intelectual y su contribución a la formación y apreciación musical en Colombia.

Palabras clave: Musicología, Prensa periódica, Programas de radiodifusión, Música Clásica.

Abstract

Otto de Greiff (1903-1995) occupies an outstanding position in the Colombian musical panorama of the twentieth century. In a country where the musical education was practically non-existent and the music was perceived as a second-rate art, Otto de Greiff chose to change this perception among Colombians. Via the study of his Newspaper Columns, his writings and conferences about musical subjects and his courses in the radio, this article analyzes this dimension of his intellectual production and its contribution to the Colombian musical education.

Keywords: Musicology, Periodical press, Radio broadcasting programmes Classical Music.

Recorre los escenarios, comunicando sus conocimientos en eventos que no permite se denominen como conferencias, cada semana su nota musical es el abrebocas musical del lector del «comentario», pues no permitiría el calificativo de crítica. Es, en síntesis, una rara calidad de personaje: matemático, músico, poeta y jugador que «con ojos azules de alemán desafía el Ponche pipermint que Marie Brizard fabricó un día para reducir a los ingleses del Canal de la mancha»2 .

Introducción

Otto de Greiff (1903-1995) ocupa un lugar importantísimo dentro del panorama cultural de Colombia en el siglo XX. En un país donde la educación musical básica era casi inexistente y donde la música era en general percibida por la sociedad, según palabras del compositor colombiano Antonio María Valencia (1902-1952) en su escrito de 1932, Breves apuntes sobre la educación musical en Colombia, como un arte cuyo rol principal se limitaba a entretener y/o acompañar actos sociales como bailes, fiestas, desfiles, procesiones o banquetes3 , Otto de Greiff fue una de las personas que durante toda su vida, se empeñó en cambiar esta percepción del arte musical entre los colombianos. Este artículo se focaliza en este aspecto de su producción intelectual.

Después de presentar brevemente la trayectoria de Otto de Greiff, se estudiarán las diferentes formas en que contribuyó a la formación y apreciación musical de la sociedad colombiana, tratando siempre de llegar al mayor número de personas posibles. De esta manera, se analizarán varios de sus escritos para la prensa colombiana, principalmente su columna «Comentarios Musicales» para el periódico El Tiempo; sus conferencias sobre música; el contenido de sus dos libros sobre las Sonatas para piano y los Cuartetos de cuerda del compositor alemán Ludwig van Beethoven; y finalmente, su célebre curso para la Radiodifusora Nacional de Colombia, titulado La Historia Ilustrada de la Música.

Trayectoria de Otto de Greiff

La mayoría de los datos biográficos sobre Otto de Greiff presentados en este artículo fueron facilitados por su hija Ilse de Greiff, quien en 1997, en homenaje a su padre, fundó, y preside aún, la Corporación Cultural Otto de Greiff4 , entidad sin ánimo de lucro cuyo objetivo principal ha sido el de promover la investigación, la apreciación, la educación, la difusión y la crítica de la música y la poesía en Colombia.

De padres de ascendencia alemana y sueca, Otto de Greiff Haeusler nació el 7 de noviembre de 1903, en Medellín. Uno de sus hermanos fue el reconocido poeta León de Greiff (1895-1976), uno de los poetas colombianos más destacados del siglo XX. Entre 1922 y 1926, Otto de Greiff estudió ingeniería civil en la Escuela Nacional de Minas de Medellín. Una vez graduado, trabajó en la planeación y construcción de importantes carreteras del país y entre 1932 y 1936, fue contratado por la secretaría del Ferrocarril del Pacífico5 .  

Tras haber ahorrado una importante suma de dinero, exactamente 3.500 pesos colombianos de la época, para finales de la década de 1920, Otto de Greiff decidió viajar durante un año y medio por Europa, para satisfacer su gran pasión de oír música en directo, yendo a los conciertos de los artistas más reconocidos de la época y coleccionando también sus autógrafos. Según palabras de su hija Ilse, su padre iniciaría con este viaje una invaluable colección de autógrafos de músicos, escritores y artistas en general. A modo de ejemplo y para dar una idea de esta travesía por la Europa de finales de los años 20, se citarán algunos extractos de un artículo para el periódico colombiano El Tiempo, en el que Otto de Greiff rememora el día en que obtuvo en Alemania el autógrafo de un muy joven Yehudi Menuhin. Publicado el 21 de mayo de 1943, el artículo lleva por título  «Un autógrafo de Menuhin» y de Greiff lo escribió en ocasión de la venida del célebre violinista estadounidense a Colombia en ese año.

El señor del Noticiero cultural y el maestro Guillermo Espinosa están muy empeñados en que les cuente a ustedes cómo fue lo de la consecución de un autógrafo del niño Yehudi Menuhin, en memorable ocasión, en el libre Berlín de 1929. […] Simplemente ocurrió que durante un periodo en que la suerte me deparó el oír cosillas notables de música, en Berlín, en Viena, en París, y cuando en la capital del Reich se aceptaba que los músicos no arios fueran grandes intérpretes, apareció algún día la noticia de que un chicuelo de doce años, judío de San Francisco, extrañamente denominado Yehudi Menuhin, iba a asaltar el tablado de la Filarmónica de Berlín nada menos que con el concierto en Mi de Bach, con el de Beethoven y con el de Brahms, todo en una velada […].
Yo acudí desde tempranísimo con Guillermo Espinosa a nuestros puestos no numerados pero sí excelentemente situados […]. La prensa habló de que en ese concierto estuvieron Einstein y Kreisler y Stresemann. […] La ovación fue indescriptible; el alud de gentes cazadoras de autógrafos quedó chasqueado, porque tras mucho aguardar a la puerta del camerino, saltó un señor con un bulto debajo del abrigo, bulto que después se supo era la regordeta humanidad del pequeño Menuhin. De modo que perdí la llevada del retratito preparado. […].
El 29 de abril de 1929 (la fulgurante primera presentación de Menuhin en Berlín había sido el 12), ejecutaron los miembros del cuarteto Bush uno de Reger y el divino catorce del sordo. Al buscar la firma del famoso Adolf Busch, hermano de Frtiz, y maestro de Menuhin, me topé en el cuarto de los artistas con el maestro y con el desprevenido y minúsculo discípulo. Como felizmente aun llevaba su foto, el atraco fue definitivo, ante la sorpresa del pequeño, exteriorizada apenas por un gruñido infantil6 .  

A su regreso de Europa, Otto de Greiff se instaló en la ciudad de Cali, trabajando para el Ferrocarril del Pacífico. Es de gran relevancia indicar que durante esta estadía en la capital del Valle del Cauca, de Greiff entabló una gran amistad con el compositor Antonio María Valencia y entre 1932 y 1933, le ayudó a fundar el actual conservatorio de música de Cali, el Conservatorio Antonio María Valencia7 . Posteriormente, en 1937, Otto de Greiff se trasladó definitivamente a Bogotá. En la capital de país, de Greiff fue Secretario General de la Universidad Nacional de Colombia durante 14 años y medio, desde 1937 hasta 1951, y paralelamente, en 1938, empezaría a trabajar como profesor de cálculo y geometría analítica en la Facultad de Ingenierías y en el Departamento de Matemáticas de esta misma universidad. A partir de ese momento, su carrera se desarrolló fundamentalmente en la docencia y durante más de 52 años, de Greiff estuvo vinculado a esta importantísima institución de educación superior.

Si bien Otto de Greiff tenía una formación de ingeniero, también se destacó en otras áreas. Aunque menos conocida que la obra poética de su hermano León de Greiff, Otto dejó una obra poética que solo se publicó en su integralidad en 19978 , dos años después de su fallecimiento, el 31 de agosto de 1995. También era admirado porque dominaba varios idiomas, inglés, francés, alemán, italiano, sueco, ruso, danés y esperanto, y tradujo al castellano varias obras de reconocidos poetas europeos como Johann Wolfgang von Goethe, Stephan Sweig, Rainer María Rilke, Guillaume Apollinaire y Stéphane Mallarmé. Pero el área por la que más se le recuerda hoy en día en Colombia, está relacionada con su gran pasión, la música, área en la que destacó notablemente como crítico musical y como promotor de la educación musical.    

Columnas musicales en la prensa

Desde su juventud, Otto de Greiff siempre fue un gran melómano y junto con su hermano, el poeta León de Greiff, poseían una de las colecciones de discos más importantes del país9 . Nunca recibió clases formales de instrumento o formación musical, los vastos conocimientos en materia de música los adquirió a través de los discos, de los viajes y de todo libro que leía relacionado con este arte, los cuales hicieron de él una de las personas con más vasta cultura musical en Colombia. Esta reputación de melómano y de gran conocedor en la materia, lo llevó a convertirse desde muy joven en crítico musical para la prensa. Su hija Ilse me indicó que el primer «Comentario Musical» escrito por su padre data del 14 de abril de 1921, cuando tenía apenas 18 años, y habla sobre la pianista colombiana Elvira Pardo. El artículo fue publicado en el número 5 de la revista Universidad de Bogotá.

Pero el periódico donde más desarrolló esta actividad fue El Tiempo, en la actualidad, el periódico más importante a nivel nacional en Colombia. Otto de Greiff  trabajó como columnista musical de este diario durante 70 años, desde 1925 hasta su muerte en 1995. Si al principio de Greiff escribía ocasionalmente algunas reseñas musicales o críticas de conciertos para este diario, con el tiempo, su columna sobre música se hizo cada vez más regular. Consultando los archivos de prensa de El Tiempo, se encontró que a principios de los años 50 su columna a veces se llamaba simplemente «Música» y otras veces llevaba el título de «Comentarios Musicales». Por este último nombre es por el que más se le recuerda hoy en día. Fue difícil definir un patrón de regularidad en las publicaciones de la columna de Otto de Greiff, ya que sus escritos eran publicados con cierta regularidad en el «Suplemento Literario» del periódico, una edición especial que aparecía cada domingo y que trataba asuntos de literatura, pintura, música y artes en general; pero también aparecían en la sección diaria de «Vida Cultural» del periódico, sin importar el día de la semana.   

A través de estas columnas, Otto de Greiff hacía críticas y comentarios musicales de la mayoría de los conciertos y recitales que ocurrían en Bogotá, daba noticias de la actualidad musical nacional e internacional y reseñaba los últimos discos de música clásica que llegaban al país. Pero cabe también destacar otro aspecto sumamente importante en el estilo de esta columna, y es el relativo a lo que se podría denominar la intención pedagógica con la que Otto de Greiff la escribía.  

Si retomamos de nuevo el escrito de 1932 de Antonio María Valencia antes citado10 , el compositor, pianista y pedagogo colombiano anotaba lo siguiente acerca de la situación de la educación musical general de los colombianos:

Es una verdad desconsoladora, pero una verdad innegable, que el joven colombiano, una vez concluidos sus estudios secundarios, no ha oído hablar siquiera de Beethoven, de Wagner, de Debussy. El caso es que cualquier bachiller nuestro puede ignorar absolutamente la existencia de tales genios; no así la de Cicerón, Pasteur y Edison11 .

Otto de Greiff era también consciente de esta realidad, de la falta de conocimientos generales de la mayoría de la gente en Colombia en cuanto a cuestiones de música se trataba. Pero su entusiasmo por la música y su vocación de pedagogo, hicieron que sus escritos en la prensa, fueran también una ocasión para educar a sus lectores y que estos aprendieran con cada lectura, algo más de música, ya fuera sobre un compositor, sobre una obra en específico o sobre un intérprete. De esta manera, poco a poco, empezarían a apreciar más este arte y a escucharlo de otra forma, de una forma más consciente.

Para dar una idea del tono pedagógico con el cual Otto de Greiff escribía sus columnas de prensa, se citará un ejemplo que data del domingo 30 de julio de 1950. En esta ocasión, el «Suplemento Literario» del domingo consagró una página entera para conmemorar los 200 años del fallecimiento del compositor alemán Johann Sebastián Bach. El artículo de Otto de Greiff se llamó «El Representante de lo Sublime» y simplemente leyendo el párrafo inicial del texto nos damos cuenta de este estilo pedagógico de su autor. Otto de Greiff busca dar una imagen más precisa de lo que fue la obra de Bach, tratando de mostrar otras facetas del compositor evitando así caer en los lugares comunes y clichés a los que habitualmente el público suele reducir la música de este maestro alemán. El estilo de escritura de Otto de Greiff es casi como el de un profesor que estuviera dirigiéndose a sus lectores en un salón de clase:

Sobre la gloria o la grandeza de los compositores máximos hay las mismas convenciones, circulan los mismos lugares comunes y surgen las mismas paradojas que sobre la de los demás valores descollantes del espíritu. Pero siendo la música, la «materia musical» (vale decir, el producto o resultado de la labor del artífice compositor) lo menos asible, lo más objetivamente intangible si se la compara con los engendros de otra suerte de creadores, el catador o captador remolón que busca la senda trivial desemboca siempre en un concepto simplista y cómodo, pero no siempre, o no en todos los casos justo y real. Así, dentro de lo musical, Bach está condenado a representar lo sublime, como Mozart lo gracioso, o Beethoven lo trágico, o Debussy lo sutil, o Verdi lo ramplonamente melodramático. Y el auditor que escudriña y discierne se tropieza con frecuencia, para su desconcierto, con admirables paginas graciosas o a ras de tierra en Bach (sus cantatas seculares, por ejemplo), o con acentos de la más honda tragedia en Mozart (el quinteto en sol menor para cuerdas o el concierto en do menor para piano), o con la gracia infinita de las Variaciones Kakadu o de la octava beethovenianas, o con el claro acento patético de muchas páginas del Pelléas de Debussy, o en Verdi con la tragedia pura en Otello (y sea dicho de paso, en muchos pasajes de sus óperas más vituperadas) o con la farsa pura en Falstaff. Así, pues, saquemos a Bach de sus casillas y veámoslo, no como el prototipo de lo sublime, sino como el sumun del músico, del musicalizador, del obrero que trabaja en música.
Porque a la postre eso fue en su vida, y eso fue lo que vieron en él sus contemporáneos: un infatigable, un tesonero artesano de la música. Anatema, horror, diréis los puristas. Pero es ésta una paradoja solo si se juzga una de las muchas fases del poliedro Bach. Que si se ven otras, Bach aparece lo que queráis, lo que el estado de ánimo os exija u os mueva a buscar12 .    

Otro aspecto de este tono pedagógico de Otto de Greiff se encuentra en la forma en que habla del músico y de la seriedad de su profesión. Citando de nuevo el texto Breves apuntes sobre la educación musical en Colombia, ya en 1932 Antonio María Valencia lamentaba la forma en que era percibido el músico en Colombia, como «un personaje que sirve para divertir a los demás: hace bailar, acompaña los desfiles, las procesiones, las fiestas públicas, o simplemente los banquetes de los grandes señores y sus conversaciones»13 . Y añadía además que el arte del músico era considerado en general por la sociedad como «secundario, de recurso, para entretener y acompañar alegrías frívolas»14 . En este sentido, Otto de Greiff también se encargó en sus columnas de cambiar esta percepción peyorativa y de valorar la seriedad del trabajo y del arte del músico profesional, ya fuera un intérprete instrumental o un compositor. A modo de ejemplo, en una columna musical publicada en El Tiempo el 8 de febrero de 1943, de Greiff habla en los términos más elogiosos del violinista y médico polaco Stephan Hosiasson. Pero estos cumplidos no van dirigidos hacia la técnica y virtuosismo del violinista, sino más bien hacia su personalidad, su profesionalismo y su profundidad a la hora de abordar la interpretación musical. En términos generales, de Greiff alaba su integridad como artista y como ser humano, definiendo en cierta manera el alto perfil al que debería pretender todo músico serio y/o de profesión, y lo que debería esperar de él su audiencia.

Interesantísima figura la de este médico natural de Polonia y educado científica y artísticamente en París. Entre nosotros se tiene desvió particular, por parte de las gentes que se dicen serias, hacia los hombres de ciencia, o de política, o simplemente de mundo, que se interesan por las inútiles cuestiones de arte. El doctor en medicina Hosiasson es además un excelente violinista, y de ello podrá darse cuenta el público bogotano en la tarde de mañana, […]. 
No resulta fácil hallar entre los ejecutante de un instrumento musical un acendrado amor a la música, como el que Hosiasson tiene a la escrita para su instrumento, y a la restante. El solista profesional, el «virtuoso», prefiere de ordinario aquellas obras, a menudo carentes de valor estético, en que se puede hacer gala de destreza técnica. El artista médico declara que ocasionalmente puede escuchar algún Sarasate o algún Wieniawski, pero que nada sería para él tan torturante como tener que ensayar decenas de veces una obra brillante de alguno de estos hacedores de música violinística. En cambio se extasía y solaza infinitamente con una sonata de Mozart o de Beethoven.  
Por eso sus programas son aquellos que el buen oyente busca casi siempre en vano entre los de los solistas: sonatas, nada más que sonatas o conciertos de los grandes maestros, y nada de cositas para el gusto fácil de los aficionados a medias. […] Hosiasson es antes que todo un intérprete; como siente y comprende la música, y como la ama, nos la traduce a través de su grande inteligencia y de su exquisita sensibilidad15 .

Y en otra columna del 4 de marzo de 1973, de Greiff se refiere en términos similares cuando habla de dos recitales de piano realizados en Bogotá por el pianista austriaco Paul Badura-Skoda. De nuevo, más que alabar el dominio técnico del músico, la reseña hace especial énfasis en la profundidad y en el conocimiento del pianista a la hora de interpretar.

[…] porque Badura-Skoda, espiritual y ambientalmente identificado con el fenómeno Schubert, ha hecho una de sus especializaciones la interpretación de la obra pianística del genial maestro; más para ello no basta aquello, ya que a la compenetración intuitiva hay que agregar el conocimiento erudito y exacto del estilo y el carácter schubertiano. Por tal razón la monumental Sonata en Do menor […] fue la culminación del recital duplicado; en el primero de ellos Badura-Skoda dio algunas explicaciones previas, en excelente español, sobre el alcance de esta sonata […]
En cierto modo el momento íntimamente musical del recital doble fue el de las Escenas Infantiles de Schumann; el intérprete en verdad no requería ningún esfuerzo para delatar su espíritu varonilmente infantil, valga la paradoja. […] Y el público volvió a mostrar que lo que más le halaga es la pirotecnia, al aclamar con más exaltación las efectistas explosiones, vertidas con impecable y prodigiosa técnica, de la Rapsodia 12 de Liszt, que la depurada introspección de las Escenas Infantiles schumannianas16 .

Con estos ejemplos se puede ver cómo Otto de Greiff trataba de cambiar la percepción que el público colombiano podía tener del músico. Lo mostraba no como un número de circo que puede tocar la mayor cantidad de notas posibles a toda velocidad en su instrumento, sino como un profesional, un artista consumado y un intelectual erudito, que conoce a cabalidad todos los misterios de su arte, del arte musical.

Cursos didáctico-musicales

Pero esta faceta de Otto de Greiff, la de transmitir sus vastos conocimientos de la música, no se limitó únicamente a sus escritos en la prensa. De Greiff dictaba también clases de Historia de la Música en varias facultades de la Universidad Nacional y organizaba regularmente, en colaboración con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, de la cual era socio fundador, una serie de Cursos Didáctico-Musicales abiertos principalmente a la comunidad universitaria. Se ve por ejemplo cómo para el año 1942, en la última página de uno de los programas de mano de un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional 17 se anuncian Los Conciertos Universitarios y se explica que «este curso didáctico musical estará a cargo del doctor Otto de Greiff. El curso se compone de 10 lecciones, y el valor de la matricula será de $ 1 para los estudiantes y de $ 2 para los particulares». Y para el año 1943, en la sección de «Noticias Culturales» del periódico El Tiempo, encontramos cómo estas lecciones eran anunciadas en la prensa. En la edición del 12 de abril de 1943 se lee: 

Mañana [13 de abril], a las 6 de la tarde, en el teatro del Colegio Nacional de San Bartolomé, la Orquesta Sinfónica Nacional ofrecerá, bajo la dirección del maestro Guillermo Espinosa, la tercera audición del curso didáctico-musical organizado por la misma institución con la erudita cooperación del doctor Otto de Greiff. El programa comprende obras de 3 de los hijos de J. S. Bach: Juan Christian, Felipe Emanuel y Guillermo Federico18 .

Y un mes y medio después se encuentra el anuncio de la siguiente lección en la edición del 24 de mayo de 1943:

El doctor Otto de Greiff dictará esta tarde, a las 6, en el Teatro Colón, la cuarta lección del curso didáctico-musical especial para universitarios que con su cooperación magistral organizó la dirección de la orquesta sinfónica nacional. El barítono Luis Carlos García, la pianista señorita Lucia Thorschmidt y los violinistas Alejandro Zagarra y Rafael de Castro, interpretarán varias obras de Rameau, a quien está dedicada esta lección19 .

De esta forma, Otto de Greiff daba continuamente cursos de historia de la música y de apreciación musical. Pero esta actividad pedagógica no se limitaba exclusivamente a la comunidad universitaria. De Greiff también se ponía al servicio de las personas que lo solicitaban especialmente por sus conocimientos en materias musicales y que tenían ganas de aprender y de apreciar un poco más la música y su historia. Se lee en la edición del 4 de junio de 1942 de El Tiempo, una reseña de una conferencia privada dictada por Otto de Greiff sobre la música del Renacimiento. De esta conferencia se habla en los siguientes términos:

De extraordinario interés fue la conferencia de don Otto de Greiff, acerca de la música del Renacimiento […]. Otto de Greiff es un erudito en música y en otras cosas. Gusta de ir al fondo de las ideas, de las costumbres y de las artes. Con palabra fácil y amena acaricia los temas en el afán de hacer compartir sus propias emociones. Ilustró su disertación con trozos musicales, impresos en discos de los cuales no hacía sonar sino unos pocos compases, apenas para dar idea de la evolución de la música […]. Se admiró la virtuosidad de Otto de Greiff, su calor comunicativo, su fanatismo musical, su devoción por el estudio de los grandes maestros y el arte de hacer una conferencia alerta con unos trozos musicales admirables…20

De esta intensa actividad pedagógica quedan dos textos publicados que Otto de Greiff escribiera a petición de la Sociedad de Amigos de la Música de Bogotá. El primero, escrito en 1948, trata sobre los Cuartetos de cuerda de Ludwig van Beethoven y el segundo, de 1951, de las Sonatas para piano del mismo compositor. La Sociedad de Amigos de la Música de Bogotá fue una asociación de melómanos que invitaba regularmente a la ciudad a artistas de talla internacional. Por ejemplo, con motivo de la venida a Colombia del famoso pianista alemán Wilhelm Backhaus en 1951, invitado para interpretar el ciclo completo de las Sonatas para piano de Beethoven, la Sociedad le pidió a Otto de Greiff que escribiera un folleto acerca de estas obras. En el anuncio de esta venida se puede leer: «Para mejor apreciación del ciclo de sonatas, […] la Sociedad de Amigos de la Música […] ha resuelto editar un folleto con notas informativas sobre las 32 Sonatas de Beethoven. De su redacción fue encargado como anteriormente, el doctor Otto de Greiff, musicólogo muy conocido, […] leal acompañante de nuestras labores y la figura más autorizada para tal fin»21 .   

Aunque escritos hace más de medio siglo para una ocasión específica, estos textos, redactados casi cómo un método didáctico y una guía de escucha, permanecen vigentes, aún hoy en día para cualquier estudiante o melómano que quiera acercarse a los repertorios que trata. Por ejemplo, en el libro que trata sobre los Cuartetos de cuerda, Otto de Greiff, como buen profesor que era, introduce el repertorio explicando primero a qué se le denomina Música de Cámara, explica la importancia del cuarteto de cuerdas dentro de este género, habla en términos generales de los tres periodos en los que se suele dividir la obra de Beethoven y finalmente habla de cada cuarteto, explica cada uno de sus movimientos y expone detalles sobre las épocas de composición y publicación de estas obras. Leyendo el pasaje introductorio del libro, es innegable el tono y la intención pedagógica de su autor:

Se da el nombre de música de cámara, en su acepción más definida, a la instrumental en que intervienen poco intérpretes. El nombre se deriva de los conciertos que desde el siglo XVII celebraban los nobles en recintos privados. Hoy la música de cámara comprende las obras, compuestas generalmente siguiendo el tipo de la sonata, escritas para un grupo de tres, cuatro, cinco o unos cuantos instrumentos más (tríos, cuartetos, quintetos, etc.).
De todas estas combinaciones la más perfecta técnicamente es el cuarteto de cuerdas, formado por dos violines, una viola y un violonchelo; lo es porque permite la concurrencia de las cuatro voces de la polifonía vocal (soprano, contralto, tenor y bajo), con la ventaja de la inagotable flexibilidad de que disponen los instrumentos de arco…22

Aunque puedan parecer anodinas y bastante obvias las explicaciones de Otto de Greiff, el uso de este tono escolar también da muestra del limitado conocimiento en la materia que tenía el público que asistía a estos conciertos. De Greiff conocía bien esta realidad y por eso aprovechaba cualquier oportunidad para tratar de educar, de cambiar esta situación, de subir el nivel cultural del país, de modo tal que la audiencia pudiera apreciar mejor y con más conocimientos los conciertos a los que asistía o la música que escuchaba en la radio. La lectura de estos dos libros tan detallados y exhaustivos sobre las sonatas y los cuartetos de Beethoven, llevan a pensar que es una lástima que su autor no escribiera y publicara libros similares sobre otros compositores y otros repertorios. En el año 2003, la Universidad Nacional de Colombia, en homenaje a los 100 años del nacimiento de Otto de Greiff, reeditó y publicó estos dos textos en un solo libro bajo el nombre de Las sonatas para piano y los cuartetos de cuerda de Beethoven.      

Cursos en la Radio

Al igual que con la prensa escrita, otra tribuna muy importante que tuvo Otto de Greiff para poner sus amplios conocimientos en materias musicales al servicio de un mayor número de personas fue la radio. Es así que para este último punto del artículo se tocará lo concerniente a los cursos de historia de la música y de apreciación musical que Otto de Greiff hizo para la Radio Difusora Nacional de Colombia entre las décadas de 1940 y 1950.

Bajo el impulso del presidente Eduardo Santos (1888-1974)23 , la Radio Difusora Nacional de Colombia fue fundada en 1940, como una dependencia del Ministerio de Educación Nacional. En el discurso inaugural del presidente Santos se explicaba cuál era el objetivo de esta: «trabajar por la cultura nacional en todos los órdenes, colaborar con las universidades, colegios y escuelas, en intensas labores de enseñanza, contribuir a la formación del gusto artístico con programas cuidadosamente preparados, dar una información absolutamente serena y desapasionada, totalmente objetiva, que lleve a todos una breve y fiel síntesis de cuanto en el país y en el exterior suceda»24 . Y en un artículo del periódico El Tiempo del 2 de febrero de 1941, titulado «Por la educación musical», en el que se conmemora el primer año de existencia de esta radio, se lee:

La Radiodifusora Nacional está cumpliendo una admirable labor educativa, […] cada día es mayor el número de personas que buscan en ella un rato de solaz, al propio tiempo que un fácil y admirable vehículo de información cultural. […] Los radioescuchas de la emisora nacional encuentran en sus sobrios y estupendos programas una espléndida oportunidad de conocer selecciones de los mejores músicos, obras de los más castizos y depurados escritores, críticas artísticas de la más alta y decantada responsabilidad mental, […]. Todo ello esta intervenido por un exquisito criterio de servicio al país25 .

Las programaciones de la Radio Difusora Nacional eran anunciadas en detalle en la prensa y ahí nos damos cuenta de que se trasmitían, por ejemplo, cursos de inglés o clases de literatura, entre otras cosas. Junto con la colaboración de varios intelectuales de la época, como Bernardo Romero Lozano, Guillermo Abadía, Oswaldo Díaz y León de Greiff, entre otros, Otto de Greiff participó desde su fundación en las actividades y programaciones de esta radio, y estaba encargado de hacer la mayoría de crónicas musicales y de planear, escribir y transmitir lo que se convirtió en su curso de historia de la música, conocido bajo el nombre de La Historia Ilustrada de la Música. Este curso empezó a emitirse poco tiempo después de fundada la Radio Difusora Nacional en 1940.  

En esta serie radial de 200 capítulos, cada uno de aproximadamente 30 minutos, Otto de Greiff hace un recorrido por todos los periodos de la música. Lo que hace más interesante a este curso es que su autor decide no limitarse únicamente a la música en la civilización Europea y la cronología con la que se le suele estudiar, es decir música de la Grecia clásica, Edad Media, Renacimiento, Barroco, Clasicismo, Romanticismo y siglo XX, sino que hace un recorrido más amplio estudiando también prácticas musicales de diversas regiones del mundo. Por ejemplo, en las primeras emisiones se aborda el estudio de la música en pueblos primitivos, aborígenes y del lejano oriente. Para lograr tal objetivo, de Greiff se inspira y toma como referencia metodológica la obra del musicólogo alemán Curt Sachs (1881-1959), en especial su colección de 169 discos de 78 revoluciones por minuto Antología Sonora26 , la cual presenta un vasto número de ejemplos musicales, y su libro Our Musical Heritage: A Short History Of Music27 , dividido en 21 capítulos en los cuales su autor estudia la historia de la música desde las practicas musicales más primitivas hasta la aparición de los instrumentos electrónicos aparecidos en el transcurso de la primera mitad del siglo XX. Sobre la preferencia sobre la obra del musicólogo alemán, Otto de Greiff declararía en la primera emisión al aire de su curso radial:

Perplejos ante el problema de cómo afrontar  el compromiso de hacer una historia radiada de la música, luego de repasar un buen número de libros sobre la materia, la gran mayoría de ellos escritos con miras a la enseñanza magistral en la cátedra o a la lectura meditada y repetida[…], acabamos por desembocar en el reencuentro con un viejo afecto, el de un tratado escrito por uno de los primeros musicólogos que se ocupó antes de la era del microsurco o disco de larga duración, en editar una antología de música antigua que en su tiempo […] fue famosa. La llamó Antología Sonora. Los discos que la conformaban no aparecían de acuerdo a ningún plan, pues su edición había de someterse a las exigencias materiales del momento. Pero su director, Curt Sachs, escribió una historia de la música un tanto sui generis apoyándose en su parte antigua en los discos de la citada colección. Se divide este libro en 21 capítulos con lo que las grandes épocas, Edad Media, Renacimiento, Barroco, Clasicismo, Romanticismo, Música Moderna, quedan convenientemente fragmentadas y además necesariamente complementadas. Sobre el plan de Curt Sachs, eso sí, con las inevitables modificaciones impuestas por más de una razón, esbozaremos este somero panorama de la música universal28 .  

Se presenta en la siguiente tabla, el temario de los primeros veinticinco capítulos de La Historia Ilustrada de la Música para mostrar una parte de la organización de este curso radial y demostrar la seriedad de su contenido y la rigurosidad con la que fue concebido por su autor.   

Tabla 1. Temario de los primeros 25 capítulos del curso radial Historia ilustrada de la música (elaboración propia a partir del registro sonoro del curso radial).

Capítulo 1: Música Aborigen

Capítulo 2: Música Primitiva

Capítulo 3: Lejano Oriente – China, Tíbet y Japón

Capítulo 4: Lejano Oriente – Indonesia

Capítulo 5: La India

Capítulo 6: Cercano Oriente

Capítulo 7: Música Judía

Capítulo 8: Música Griega

Capítulo 9: Música Cristiana Primitiva, no católica romana

Capítulo 10: Credos Cristianos diferentes del Romano, Música Griega

Capítulo 11: Música Ambrosiana

Capítulo 12: Canto Gregoriano

Capítulo 13: Monofonía religiosa y secular – Trovadores y troveros

Capítulo 14: Monofonía religiosa y secular – Minnesanger

Capítulo 15: Polifonía primitiva, hasta el siglo XIII

Capítulo 16: Polifonía del siglo XIII – Escuela de Notre Dame

Capítulo 17: Música Instrumental en la Edad Media – Danzas

Capítulo 18: Ars Nova fuera de Italia

Capítulo 19: Ars Nova en Italia

Capítulo 20: Guillaume de Machaut

Capítulo 21: Siglo XV – Inglaterra y Alemania

Capítulo 22: Siglo XV –Guillaume Dufay

Capítulo 23: Siglo XV – Música Flamenca

Capítulo 24: Siglo XV – Música Flamenca y Josquin des Prés

Capítulo 25: Música Flamenca - Siglo XV al XVI

En los años 50, Otto de Greiff fue invitado por otra radio, la radio privada HJCK de Bogotá, en la cual realizó un programa diferente, pero en la misma línea de La Historia Ilustrada de la Música. Este programa se llamó Cursillo de Apreciación Musical. Su hija Ilse me precisó también que a partir de 1987, su padre realizó y presentó el programa Grandes Intérpretes en la emisora HJUT de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, programa que le mereció en 1993 el Premio Simón Bolívar al mejor programa radial cultural.

En 1983 la programadora colombiana de Radio Televisión Interamericana R.T.I. y Discos Orbe publicaron en catorce volúmenes, de cuatro casetes cada uno, una parte de los cursos de La Historia Ilustrada de la Música; y en el año 2009, la Radio Nacional de Colombia en el marco de la celebración de sus 69 años de existencia y como homenaje a Otto de Greiff, uno de sus fundadores, editó y publicó en DVD, formato mp3, la integralidad de este curso con el objetivo de ponerlo al alcance de las nuevas generaciones. Inicialmente esta publicación estuvo destinada a emisoras, bibliotecas, centros de documentación, universidades y otras entidades culturales de Colombia. Hoy en día, este curso se considera como una de las obras más importantes en su género en la radio. Para los curiosos e interesados, las diferentes lecciones de este curso se pueden encontrar y escuchar actualmente en internet29 .  

Conclusiones

A lo largo de este artículo se ha podido constatar cómo Otto de Greiff fue en Colombia, durante el siglo XX, un erudito musicólogo y crítico musical que por su vocación de pedagogo, puso sus vastos conocimientos en la materia, al servicio de una sociedad que estaba falta de formación musical para apreciar en su justa medida este arte. A través del estudio y análisis de sus numerosas columnas musicales en la prensa, de sus escritos, de sus cursos universitarios y conferencias privadas y de sus programas y crónicas en las emisoras radiales, se pudo dar cuenta de la forma organizada y metodológica en que Otto de Greiff pudo llegar a un gran número de personas en Colombia, haciendo de esta manera un invaluable aporte a la educación musical y cultural del país, dejando además para la posteridad, para las nuevas generaciones, materiales de gran valor pedagógico, como lo son sus dos libros sobre repertorios de Ludwig van Beethoven y, más relevantes aún, sus lecciones del curso Historia ilustrada de la música. Cabe destacar también que en el año 2006 fue publicada una extensa selección de columnas musicales de Otto de Greiff bajo el título de Escritos sobre música clásica en la Colombia del siglo XX: selección30 . La relevancia de Otto de Greiff en el campo musical fue tal que incluso traspasó las fronteras del país. En octubre de 1967, de Greiff sería invitado especial en la segunda edición del Festival Iberoamericano de Música celebrado en España y en 1970, la República Federal de Alemania lo invitaría a la ciudad de Bonn, al Festival Internacional de Beethoven que en ese año celebraba los 200 años del nacimiento del célebre compositor alemán.   

Cómo se evocó al principio, actualmente su hija Ilse de Greiff, a través de la Corporación Cultural Otto de Greiff, hace que el legado de su padre siga vigente. Pero no solamente en el campo de la musicología y la formación musical Otto de Greiff destacó, también lo hizo en otras áreas del conocimiento, como las matemáticas y la ingeniería, y en la vida universitaria colombiana en general. Su nombre estará por siempre íntimamente ligado a la historia de la Universidad Nacional de Colombia en el siglo XX y prueba de ello es que   desde el año 1996, por iniciativa de esta importantísima institución de educación superior, fue creado el Concurso Nacional Otto de Greiff31 , con el fin de premiar los mejores trabajos de grado realizados cada año, promover la actividad investigativa en la formación de los nuevos profesionales en Colombia y fortalecer las comunidades académicas y las relaciones interinstitucionales entre las diferentes universidades colombianas.

Este artículo estuvo exclusivamente focalizado en el aporte que hizo Otto de Greiff a la apreciación y formación musical de la sociedad colombiana en el transcurso del siglo XX. Sin embargo, se debe mencionar lo que en próximas investigaciones también será objeto de estudio: la equivalente contribución que hiciera en este campo su hermano, el poeta León de Greiff, muy activo también en la radio y en la prensa. Una muestra de su aporte y de su estilo, muy diferente al de su hermano Otto, lo podemos encontrar en la compilación Escritos sobre música: libretos para la Radiodifusora Nacional de Colombia32 .

Referencias bibliográficas


1 josedavidnew@gmail.com

2 SANMIGUEL ARANGO, Emilio. «Los 80 años de Otto de Greiff». El Tiempo (8 de noviembre de 1983), p. 5.

3 VALENCIA, Antonio María. Breves apuntes sobre la educación musical en Colombia. Bogotá, Editorial E. J. Posse, 1932, p. 10.

4 Corporación Cultural Otto de Greiff. https://sites.google.com/site/corporacionottodegreifforg/Home [consulta 14-1-2019].    

5 Ubicado en el suroccidente de Colombia, el trayecto principal que cubría el Ferrocarril del Pacifico era entre el Puerto de Buenaventura, uno de los más importantes del país, y la ciudad de Cali, Capital del departamento del Valle del Cauca.  

6 GREIFF, Otto de. «Un autógrafo de Menuhin». El Tiempo (21 de mayo de 1943), p. 5.

7 Hasta ahora no se ha encontrado ningún documento o indicio que indique que Otto de Greiff ejerciera algún tipo de docencia en esta institución. Para obtener más detalles sobre la creación de esta institución, consultar: GÓMEZ-VIGNES, Mario. «Concreción del Conservatorio de Cali». Imagen y obra de Antonio María Valencia. Cali, Corporación para la cultura, 1991, pp. 308-309.

8 Esta antología poética fue de nuevo publicada por la editorial de la Universidad de Antioquia en Medellín en el año 2001. Referencia bibliográfica: GREIFF, Otto de. Grafismos del grifo grumete. Medellín, Universidad de Antioquia, 2001.  

9 Después del fallecimiento de Otto de Greiff, su hija Ilse donó a la Biblioteca Pública Piloto de la ciudad de Medellín, la colección de más de 7.000 discos de música clásica de su padre.

10 VALENCIA, A. M. Breves apuntes sobre la educación musical en Colombia

11 Ibid., p. 10.

12 GREIFF, Otto de. « El Representante de lo Sublime » en el Suplemento Literario. El Tiempo (30 de julio de 1950), p. 1.

13 VALENCIA, A. M. Breves apuntes sobre…, p. 10.

14 Ibid., p. 10.

15 GREIFF, Otto de. « El violinista Hosiasson ». El Tiempo (8 de febrero de 1943), p. 5.

16 GREIFF, Otto de. « Comentarios Musicales: Badura Skoda ». El Tiempo (4 de marzo de 1973), p. 7-B.

17 Programa de mano del Cuarto Concierto de Temporada del año 1942, realizado el 19 de mayo en el Teatro Colón de Bogotá.  

18 « Noticias Culturales: Curso ». El Tiempo (12 de abril de 1943), p. 5.

19 « Noticias Culturales: Curso ». El Tiempo (24 de mayo de 1943), p. 5.

20 « Música del Renacimiento ». El Tiempo (4 de junio de 1942), p. 5.

21 « Noticiero Cultural ». El Tiempo (10 de septiembre de 1951), p. 5.

22 GREIFF, Otto de. Las sonatas para piano y los cuartetos de cuerda de Beethoven. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Unibiblos, 2003, p. 53.

23 Su mandato presidencial fue del 7 de agosto de 1938 al 7 de agosto de 1942.

24 Extracto del discurso inaugural de la Radiodifusora Nacional de Colombia, pronunciado por el presidente Eduardo Santos, el 1 de febrero de 1940. El discurso completo se puede escuchar en el sitio web de Señal Memoria bajo el título de « Hechos de paz en Señal Memoria: la fundación de la Radio Nacional de Colombia ». https://www.senalmemoria.co/articulos/hechos-de-paz-en-señal-memoria-la-fundación-de-la-radio-nacional-de-colombia: [consulta 25-5-2018].

25 « Por la educación musical ». El Tiempo (2 de febrero de 1941), p. 5.

26 SACHS, Curt. L'anthologie sonore Vol. 1-13. New York City, The Gramophone Shop, Inc., 1933-1954, 78rpm.

27 SACHS, Curt. Our Musical Heritage: A Short History of Music. New York, Prentice-Hall Inc., 1952.

28 Transcripción hecha por el autor de este artículo.  

29 En la plataforma ivoox se puede escuchar esta serie radial. <https://co.ivoox.com/es/podcast-podcast-historia-ilustrada-musica_sq_f114699_1.html>: [consulta: 14-1-2019].   

30 GREIFF, Otto de. Escritos sobre música clásica en la Colombia del siglo XX: selección. Medellín, Secretaría de Educación para la Cultura de Antioquia, 2006. En la reseña biográfica sobre Otto de Greiff presentada en este libro, escrita por el ingeniero Alfredo Perea Díez, se encuentra una lista detallada de  todos los premios y condecoraciones recibidos por Otto a lo largo de su vida; cómo muchos no conciernen al campo musical, he decidido no citarlos aquí. 

31 En el año 2018, este concurso celebró su edición número 22. Para mayor información consultar: http://www.pregrado.unal.edu.co/index.php/concursos/otto-de-greiff [consulta: 26-5-2018].

32 GREIFF, León de. Escritos sobre música: libretos para la Radiodifusora Nacional de Colombia. Medellín, Universidad de Antioquia, 2003.