Empoderamiento juvenil: algunas reflexiones hacia la formulación participativa de políticas públicas de juventud

Youth empowerment: some reflections towards the participatory formulation of youth public policies

Sonia Bibiana Rojas Wilches1

Socióloga de la Universidad Santo Tomás
Magíster en Estudios Culturales de la Universidad Nacional de Colombia

Diana Fernanda Scarpeta Rondón2

Psicóloga de la Universidad El Bosque
Magíster en Educación de la UNAD (Florida U.S.)

Doris Margarita Algarra Echenique3

Psicóloga de la UNAD
Magíster en Educación de la UNAD (Florida U.S.)

Resumen

El artículo presenta una reflexión sobre los resultados del proceso de empoderamiento realizado con jóvenes de la Comuna 3 del Municipio de Zipaquirá (Departamento de Cundinamarca – Colombia), en términos de organización y participación (política, social y comunitaria), el cual se realizó a través de una Investigación Acción Participativa (IAP), que ha implicado la colaboración activa de los jóvenes en entender y transformar las situaciones problemáticas de su entorno. Considera además los aportes que el empoderamiento juvenil puede tener en la formulación de políticas públicas de juventud con enfoque participativo, esto es, que surjan de la concertación de distintas instituciones y actores sociales, dentro de los cuales los jóvenes ocupen un lugar preponderante.

Palabras clave: juventud, empoderamiento, organización, participación, investigación acción participativa, política pública.

Abstract

This paper presents the results of the empowerment process done with young people of the Comuna 3 of the Municipality of Zipaquirá (Cundinamarca - Colombia) in terms of organization and participation (political, social and community), which it was done through Participatory Action Research, which has involved the active participation of young people in understanding and transforming the problematic situations of their environment. Also considers the contributions that youth empowerment can have on public policy of youth participatory approach , that is, arising from the conclusion of different institutions and social actors, within which young people occupy a prominent place .

Keywords: youth, empowerment, organization, participation, participatory action research, public policy.

El contexto de la investigación

Con base en la investigación “Diagnóstico psicosocial de la juventud de Zipaquirá: Una base para la formulación de la política pública municipal juvenil”, realizada en el año 2010, pudimos establecer, que existe una falta de credibilidad por parte de los jóvenes del municipio en las instituciones políticas y en el mismo sistema democrático, el cual es percibido como inequitativo e injusto: de ahí que exista una baja participación a través de los mecanismos formales institucionales (sistema electoral, concejos de juventud o partidos políticos). A ese respecto Güell (2007, citado por Krauskopf, 2008), señala que debido a la ausencia de espacios abiertos y plurales para trabajar sus reconocimientos y sociabilidades, no sorprende la percepción adversa que muchos jóvenes tienen respecto de lo público, la política y las instituciones, pues no perciben el vínculo con sus experiencias reales.

Asimismo, se observó una escasa participación social de los jóvenes, por ejemplo, en asociaciones comunitarias, grupos de voluntariado, organizaciones de base y movimientos sociales. En contraste, estos jóvenes han fortalecido su inclusión en la vida social y política, a través de formas de organización alternativas, donde la responsabilidad es del propio colectivo, sin una autoridad institucional directa. Estas nuevas formas de asociación, se constituyen como estructuras menos duraderas, de vínculos más flexibles, cuya característica es su falta de institucionalización e inserción en estructuras formales. Entre ellas destacan grupos como los graffiteros, los skaters, los metaleros, y bandas de música, entre otros.

A partir de este trabajo, vimos la necesidad de continuar desarrollando procesos de indagación, que profundizaran en las dinámicas de participación juvenil, para desde allí generar acciones de empoderamiento con las cuales fortalecer liderazgos en los jóvenes, que redunden en la transformación de sus problemáticas y les permita configurarse como gestores de cambio. En esa medida, la ponencia presenta los resultados de la investigación, que ha tenido como objetivo identificar las dinámicas de participación social, política y comunitaria de los jóvenes, habitantes de la Comuna 3 del Municipio de Zipaquirá, para generar un proceso de empoderamiento individual y colectivo, a través la IAP, que fomente la incidencia política, la gestión social y el desarrollo comunitario para la transformación de su entorno.

El estudio se realizó en 4 barrios de la Comuna 3 del Municipio de Zipaquirá: San Rafael, Comuneros II, Villa Marina y Prados del Mirador, todos clasificados en estrato socioeconómico 2; los barrios cuentan con servicios públicos básicos como energía eléctrica, acueducto y alcantarillado, gas natural, y servicio de recolección de basuras.La selección de estos barrios respondió a criterios como su antigüedad, la historia de sus procesos comunitario - organizativos, y la necesidad de generar experiencias de empoderamiento en los jóvenes que allí habitan.

En ese propósito, el concepto de empoderamiento, sentó las bases para la construcción de las estrategias investigativas enfocadas a fomentar la organización y participación de los jóvenes, en la formulación de líneas de acción que permitieran la potenciación de sus capacidades, para incidir de manera positiva en la dinámica social de sus comunidades. El empoderamiento se concibe como un proceso de acción social que puede tener lugar en los planos individual, familiar, organizativo y comunitario; para Sánchez el empoderamiento “es un proceso intencional, intersubjetivo y continuo de conversión de los individuos en sujetos conscientes de sí mismos, de las circunstancias y del entorno social, mediante la acción comprensiva, crítica y transformadora sobre sus propias interacciones sociales”. (2002, p. 41)

Específicamente el empoderamiento juvenil se concibe como la posibilidad de construir como jóvenes la libertad de decidir, de participar e influir, tanto en el ámbito individual, como en los problemas que afectan diariamente a su comunidad. En tal sentido, el empoderamiento social crítico, basado en la integración de los procesos y resultados del empoderamiento juvenil en los niveles colectivos e individuales implica un cambio: mejorar la capacidad de los jóvenes para contribuir y trabajar en colaboración con los demás en aras del cambio social. En esa línea de pensamiento Jennings et al, plantean que “si empoderarse significa tener entidad, entonces los jóvenes tienen que desarrollar una conciencia crítica de los procesos, estructuras, prácticas, normas e imágenes sociales que les afectan, de manera que sean capaces de determinar cómo vivir productivamente dentro de esos espacios o mejor aún, cómo cambiarlos para el beneficio de todos”. (2009, p. 66)

Promover procesos de empoderamiento juvenil implica entonces, cambiar la concepción juventud = problema -presente tanto en la academia, como en los imaginarios sociales y en las políticas estatales-, reconociendo las potencialidades de este sector social en la transformación de su entorno. En ese sentido, la tríada organización - participación - empoderamiento se hace efectiva cuando los jóvenes se vinculan al ejercicio de construcción de conocimiento sobre su realidad, desde el cual generan dinámicas de acción colectiva, en donde ellos mismos, junto con otros líderes, fijan los objetivos, priorizan, planifican, evalúan y son responsables de los resultados.

Teniendo en cuenta lo anterior, tuvimos que acercarnos al concepto de juventud desde una perspectiva teórica interdisciplinar, con el fin de superar las miradas reduccionistas que sobre este concepto, se han creado. Esto involucró un distanciamiento, en el campo de la sociología, de aquellos enfoques funcionalistas que ven a la juventud como una etapa de propensión a la desviación y la anomia, la cual debe entonces ser controlada y encauzada por las instituciones sociales. Desde la psicología también se hizo necesario, romper con la visión biologicista, que define la condición juvenil como una etapa del ciclo vital con características físicas y comportamentales generalizables. Concebimos entonces la juventud como un concepto socialmente construido, entendiendo que esa construcción se enmarca dentro de condiciones históricas, sociales, económicas y políticas específicas, que configuran el vivir y percibir lo joven.

La apuesta metodológica

En cuanto al enfoque metodológico de la investigación, es importante resaltar, que éste no se desliga de la perspectiva teórica del empoderamiento: con Julian Rappaport reconocemos que la visión de una neutralidad valorativa ha sido devaluada dentro de los procesos de investigación e intervención social, ya que estos incluyen componentes ideológicos que orientan la indagación - acción. Es así que para este autor

“una ideología del empoderamiento implica la creencia de que personas y grupos locales son capaces de resolver problemas paradojales y multifacéticos en mayor medida que los expertos externos que aplican políticas y programas en forma centralizada, ya que una variedad de personas encuentra una variedad de soluciones”. (Rappaport, 1981, citado por Hombrados & Gómez, 2001, p. 55)

De ahí que nuestra investigación se soporte en el paradigma crítico social, posición que se perfila como un claro intento por introducir de manera explícita la ideología (en contraposición al ideal positivista de neutralidad valorativa) y la reflexión crítica sobre la manera como se produce conocimiento. Dicho carácter ideológico se justifica en lo que Habermas (1982) concibe como el interés emancipatorio -propio de las ciencias crítico sociales-, que tiene su identidad en la “preocupación por develar las ataduras de la realidad, esto es, todas aquellas determinaciones que alienan u oprimen lo social”. (Torres, 2004)

En coherencia con este interés, el diseño metodológico, se ha orientado desde los principios de la IAP, como enfoque que permitió operacionalizar la investigación, en términos de involucrar a los jóvenes en la producción de conocimientos que fortalecieran sus acciones de cambio social desde su empoderamiento individual y colectivo, proceso que se ha desarrollado de un modo abierto y flexible, a través de las siguientes acciones:

1. Identificación de las dinámicas de participación social, política y comunitaria de los jóvenes: se identificaron los grupos, colectivos y organizaciones juveniles ubicados en los barrios elegidos, y sus formas de participación. Para ello, se emplearon 2 técnicas de investigación: observación participante y entrevista informal con jóvenes y líderes comunitarios.

2. Coordinación con los jóvenes y conformación del equipo investigador: entre las acciones efectuadas para la convocatoria a jóvenes se realizó “Arte al parque” -actividad de índole cultural que acogió a artistas locales-, así como el uso de redes sociales virtuales y conversaciones cara a cara. Todo esto permitió vincular a un grupo base de 18 jóvenes (10 hombres entre los15 y 24 años de edad, y 8 mujeres entre los 15 y 18 años de edad).

3. Capacitación, investigación y definición de áreas problemáticas: En esta fase se buscó que este grupo de jóvenes pudiera identificar las problemáticas que afectan a su comunidad, así como las prioridades sobre las cuales se debía enfocar el trabajo. La información se construyó participativamente mediante la aplicación y análisis de diversas estrategias: observación, cartografía social, entrevista, museo comunitario, y actividades culturales de impacto comunitario. Al mismo tiempo, se efectuó un proceso de capacitación con los jóvenes, no solamente en las técnicas para la construcción de información, sino en temáticas que favorecieran su empoderamiento paulatino en las siguientes áreas: personal y liderazgo, política, artística y deportiva.

4. Definición y ejecución participativa de los proyectos de acción: se realizó a través de la técnica de la visualización de tarjetas, la cual permitió identificar las diferentes percepciones que poseen los jóvenes frente a las problemáticas detectadas. Es así como se propone, de forma consensuada, la creación de una ludoteca itinerante dirigida a niños y niñas de la comuna, lo que implicó generar un nuevo proceso de formación con los jóvenes en las áreas de: teatro de títeres, manejo de grupos y lúdica para niñas y niños. Además, se realizó el respectivo monitoreo y evaluación de estas actividades desde la perspectiva de la constancia y la participación. 

Algunas reflexiones sobre los resultados obtenidos

De acuerdo con Rocha (2001), el empoderamiento es un proceso que se realiza en dos niveles: El nivel individual, como desarrollo del sentido del yo, de la confianza y la capacidad individual, en un planteamiento proactivo de la vida y una comprensión crítica del entorno sociopolítico; y el nivel colectivo, que tiene lugar dentro de las familias, organizaciones y comunidades, e implica el aumento de la competencia de sus integrantes para operar el cambio, desde la participación en las estructuras políticas y la acción colectiva basada en la cooperación. A continuación compartimos algunas reflexiones, que surgen de un balance de los logros alcanzados en el proceso de empoderamiento individual y colectivo adelantado con jóvenes, en dos grandes momentos: el de concientización, y el de acción política.

1. Concientización

Para lograr la conversión de los jóvenes en sujetos conscientes de sí mismos y de su entorno social, fue necesario generar procesos de formación de la subjetividad política, que les permitiera “elevar sus niveles de confianza, autoestima y capacidad para responder a sus propias necesidades” Rowlands (1997), y al mismo tiempo, tomar consciencia sobre las situaciones problemáticas que obstaculizan el desarrollo de sus comunidades. Esto fue posible, a través de la puesta en marcha del currículo propuesto por el equipo facilitador -que incluyó los módulos de formación personal y liderazgo, formación política, formación artístico – deportiva, e investigación-, teniendo en cuenta que el acceso a la información y la capacitación, de acuerdo con Silva & Loreto (2004), es uno de los recursos clave para promover el empoderamiento, básicamente porque el conocimiento es poder. El proceso formativo se realizó a través de talleres lúdico - pedagógicos que permitieron la reflexión y construcción colectiva de conocimiento, utilizando diversas técnicas de expresión, que tomaron la forma de sociodramas, murales, autobiografías, y conversaciones informales, fomentando la creatividad y motivando la participación de los jóvenes.

En el ámbito individual del empoderamiento, el despliegue de la subjetividad política, ha requerido mejorar la autopercepción de los jóvenes, la cual “está referida a la concepción de sí mismo como ser móvil, histórico, con capacidad de ejercer grados de libertad y de agenciamiento” (Arias, et al. 2009), lo cual implicó -tanto para los facilitadores como para los jóvenes participantes- superar las visiones sesgadas sobre la juventud, que la conciben como una etapa de rebeldía, incertidumbre, conformidad, improductividad, apatía, y trasgresión de normas, ocultando su capacidad de incidir, decidir o proponer.

Pero es importante reconocer en este balance, que no fue sencillo iniciar este proceso, pues al comienzo se evidenciaba cierta apatía, falta de interés organizativo, ausencia en las reuniones y poca iniciativa en el desarrollo de algunas actividades, en donde los jóvenes se sentían mejor cuando se les orientaba en la toma de decisiones y en la formulación de las propuestas a emprender colectivamente. Consideramos que esto se origina, en gran medida, en los procesos de socialización, en los que tanto los jóvenes como los miembros del equipo facilitador nos hemos desarrollado, caracterizados por relaciones verticales -propias de una sociedad adultocéntrica- entre profesores y alumnos, entre investigadores e investigados, entre adultos y jóvenes.

Los resultados de procesos de empoderamiento juvenil, en donde se han utilizado metodologías transformadoras como la IAP, coinciden en que los facilitadores deben realizar ejercicios de deconstrucción del mito de la “sabiduría adulta” Salazar (1991), Souleymane (2005), Borile (2011), Ricaurte et al, (2013), y establecer unas relaciones más igualitarias con los jóvenes, lo que implica un trabajo permanente de comunicación con ellos: prontamente el equipo facilitador se dio cuenta de la importancia de generar lazos de confianza con los jóvenes, a través de conversaciones informales en donde hemos compartido sus historias, sus bromas, sus alegrías y tristezas, con el fin de generar “un ambiente acogedor y seguro”, como dimensión fundamental del empoderamiento juvenil. (Jennings et al, 2009)

Las voces de los jóvenes y de los integrantes del equipo facilitador dan cuenta del trabajo logrado mediante este proceso formativo: “Aprendí que tengo que tener más entusiasmo por ser líder. Eso me anima más a salir adelante.” (Laura), “aprendí que tengo que ser autónomo y confrontar mi entorno conmigo mismo, ya que ahí veré los frutos de mi esfuerzo” (Smith), “aprendí a terminar cada cosa que comienzo” (Laura), “el proceso me aportó el reconocimiento de los jóvenes en una dimensión más amplia, como verdaderos constructores de un cambio social” (Daniela), “este proceso me aportó una nueva visión de la juventud y su realidad” (Diana, facilitadora).

Asimismo, el equipo facilitador tuvo que insistir en la capacidad de los jóvenes para contribuir en los procesos de generación de conocimiento sobre su realidad: El acercamiento al espacio geográfico, socio-económico e históricocultural, les permitió refirmar su sentido de pertenencia con sus barrios, de igual manera se animaron a identificar las problemáticas presentes en sus comunidades, tomar conciencia de las mismas, y plantear soluciones desde su propia visión como jóvenes: “Los padres abandonan a los hijos”, “existen basuras en las calles y en los parques de los barrios”, “los espacios recreativos y deportivos están dañados”, “los jóvenes consumen drogas”, “existen peleas entre las personas del barrio”, “no hay espacios de encuentro entre miembros de la comunidad”.

2. Acción política

En el proceso de construcción como sujeto político las acciones son percibidas como puesta en escena, realización en el espacio de lo público, de las reflexiones sobre la realidad social y la toma de posición (Arias, et al. 2009). En ese sentido, la acción política genera una dinámica de empoderamiento colectivo, que parte de la organización y se cristaliza en la participación juvenil (política, social, y comunitaria), la cual se concibe como la capacidad de los jóvenes de influenciar procesos, tanto en el ámbito público como en el privado (las familias, la escuela, la calle, el grupo de amistades). Esto requiere la capacidad de opinar y expresarse libremente, que sus opiniones sean escuchadas y tenidas en cuenta al momento de la toma de decisiones, además de la posibilidad de trabajar en alianza con adultos, en ambientes favorables, en igualdad de condiciones y en espacios donde se comparta el poder.

En ese contexto, la participación juvenil se encuentra estrechamente asociada con el concepto de empoderamiento, por lo que se hace necesario comprender las formas propias de participación que construyen los jóvenes y las transformaciones que se han dado en sus contenidos: la participación juvenil no sólo requiere ser entendida desde su relación de empoderamiento respecto del sector adulto, sino que deben reconocerse las formas propias de empoderamiento que construyen los jóvenes y las transformaciones que se han dado en la expresión de los contenidos de la participación juvenil. (Macassi, 2002)

Si bien es importante identificar el grado de adhesión de la juventud a los espacios institucionalizados de la política, tales como la afiliación a partidos, las inclinaciones electorales y la valoración que los jóvenes hacen de las instituciones -cuestiones todas que permiten evaluar el grado de legitimidad del sistema democrático-, es fundamental entrar a revisar también, otros elementos no convencionales que movilizan a los jóvenes, desde los cuales aportan y se hacen visibles como actores sociales. Es así como los resultados de la investigación, dejan ver que los jóvenes de la Comuna 3 del municipio de Zipaquirá (incluyendo por supuesto a los participantes del proyecto), expresan su subjetividad política desde la creencia en que lo político y la política están encadenados a prácticas corruptas, y desde allí se niegan a vincularse en formas institucionalizadas de participación, buscando alternativas para expresar su posición, las cuales se orientan especialmente hacia el arte, lo religioso y lo deportivo.

Pero durante el desarrollo del proceso de investigación - acción, se evidenció que los jóvenes, transformaron la percepción que tenían sobre la política, entendiendo que el ser humano es un ser político desde el momento mismo en que integra una sociedad, y que con acciones como informarse y tomar posición, está sumergido en la dinámica participativa. Esto los llevó a preguntarse: ¿Qué podemos hacer con el conocimiento adquirido?, ¿cómo podemos mejorar nuestra comunidad?, ¿cómo vincular a otros jóvenes al proceso? Es así como nace el Colectivo Nómadas, con la visión de aportar desde diversas propuestas -ambientales, lúdicas y culturales- al mejoramiento de su entorno social.

Se logra entonces concebir participativamente la iniciativa denominada “Ludoteca Viajera”, para mejorar las situaciones problemáticas sobre las cuales era factible proponer soluciones desde el colectivo. En este punto se estimó que las acciones apuntaran a proveer un espacio pedagógico de acción – reflexión, en torno a problemas medioambientales que afectan a la comunidad, y propiciar el uso adecuado del tiempo libre, teniendo como población beneficiaria a niños y niñas entre los 4 y los 13 años de edad. De este modo, se procedió a diseñar participativamente las actividades que se iban a adelantar con los usuarios de la ludoteca, así como a definir y adquirir los recursos que se necesitaban para ponerla en marcha.

Junto con las tres actividades de convocatoria denominadas Arte al parque, se realizó el “Festival de Juventud: Juventudes con memoria”, organizado por el Colectivo Nómadas en conjunto con el Colectivo JPZ, en el cual participaron diferentes agrupaciones musicales juveniles de la región, en donde se generó una reflexión sobre temas como memoria y conflicto, objeción de conciencia y proceso de paz. Asimismo, se realizó el monólogo “Un grito desesperado”, sobre los estereotipos en torno a la juventud y su rol en la sociedad; el guion fue creado y puesto en escena por los jóvenes del Colectivo Nómadas, presentado a sus padres de familia, con el fin de vincularlos al proceso.

Aportes del empoderamiento a la formulación de políticas públicas de juventud

En su acepción más simple, las políticas públicas se entienden como el conjunto de respuestas del Estado frente a situaciones consideradas socialmente relevantes y/o problemáticas (Salazar, 1999, citado por Henao, 2004). Concretamente el concepto de política pública de juventud puede entenderse como el “conjunto coherente de principios, objetivos y estrategias que identifica, comprende y aborda las realidades de los jóvenes, da vigencia a sus derechos y responsabilidades, reconoce y reafirma sus identidades y afianza sus potencialidades, resultado de consensos y acuerdos entre Jóvenes, Estado y Sociedad. Como finalidad, busca crear condiciones para que los jóvenes participen en la vida social, económica, cultural y democrática y por ende en la construcción de un nuevo país”4 . ¿De qué manera puede aportar el empoderamiento juvenil, a la consecución de estas finalidades? Consideramos que el proceso adelantado con los jóvenes de la comuna 3, nos permite acercarnos a algunas respuestas:

1. Genera las condiciones para que los jóvenes participen en la vida política de sus territorios, dado que el empoderamiento involucra oportunidades para que puedan desarrollar capacidades para la toma de decisiones en la esfera pública, con responsabilidad (Jennings et al, 2009). A ese respecto, es importante resaltar que, como logro indirecto del proceso, una de las jóvenes del colectivo se convirtió en la personera estudiantil de su colegio, y otro de ellos se vinculó a la Plataforma de Juventudes del Municipio de Zipaquirá, lo que evidencia la inquietud que se despertó en ellos sobre la participación y su papel como agentes de cambio social desde su condición y espacio. Asimismo, el Colectivo Nómadas se integró a la red Movilización Zipaquirá, conformada por diferentes colectivos de jóvenes, mujeres, sindicatos, ambientalistas y culturales, cuyo propósito es el de articular líneas de trabajo en torno a la reivindicación de derechos.

2. Es sobre la base de estos procesos de organización, participación y acción juvenil que es posible generar las condiciones para la formulación de políticas públicas, y no como su definición lo propone -las políticas públicas creando las condiciones para que los jóvenes participen en la vida social, económica, cultural y democrática-. Esto lo pudimos constatar al comparar los resultados del diagnóstico de juventud -atrás referenciado- y el proceso de empoderamiento realizado: este diagnóstico debía sentar las bases para la formulación de la primera política pública municipal de juventud, lo que no se logró, no solo por la falta de voluntad política del gobierno local, sino por la falta de una base social de jóvenes organizados que la sustentara. No obstante con el proyecto de empoderamiento pudimos identificar que en los últimos dos años5 se han visibilizado nuevas formas de organización de los jóvenes a través de los colectivos juveniles: Al explorar las dinámicas de participación con las cuales se pudieran generar articulaciones durante el proyecto, se pudo reconocer, que estos colectivos son experiencias desarrolladas por jóvenes, que giran en torno a propuestas sociales, culturales, y medio ambientales que se distancian de las dinámicas organizativas estructuradas. Muchos de estos colectivos han empezado a establecer diálogos con lo institucional, lo que ha permitido su participación en espacios como la Plataforma de Juventudes6 ; el contacto con estas organizaciones sirvió de modelo y de aliento para la conformación y consolidación del Colectivo Nómadas.

3. Finalmente, autores como Jennings et al (2009), y Silva & Loreto (2004), plantean la necesidad de que los jóvenes adquieran capacidad para trabajar conjuntamente con los adultos, aportando organizadamente a la solución de los problemas más sensibles, por lo que cabe destacar la importancia que tuvo el hecho de que los adultos de la comunidad en la que se desarrolló el proceso de empoderamiento, lo acompañaran y apoyaran decididamente, como el caso de los presidentes de las juntas de acción comunal, algunos padres de familia y otras personas que participaron de los eventos organizados por el colectivo. Esto es importante, en la medida en que las políticas públicas de juventud son el resultado de consensos y acuerdos entre jóvenes, Estado y sociedad civil, lo que obliga a romper las relaciones asimétricas existentes entre jóvenes y adultos, cuestión que se puede lograr, como ya se evidenció, a través de procesos de empoderamiento conjunto hacia la construcción de un nuevo país.

En conclusión, los procesos de empoderamiento en los jóvenes representan todo un reto dada la connotación que tiene para los jóvenes la política. Por lo anterior, se considera correcto afirmar que el proyecto promovió la movilización juvenil, en función de la participación y la organización, al abrir un espacio de participación para los jóvenes; sin embargo, consideramos que la sociedad está en deuda con ellos, respecto de la responsabilidad de crear mecanismos que privilegien la interacción con adultos, cerrando la brecha intergeneracional existente, que anestesia su sentido de pertenencia a la comunidad.

El proceso permitió comprender a los jóvenes como capaces de reconocer su realidad, con posibilidades reales de ejercer control por medio de la participación en la toma de decisiones o resolución de problemas en su ambiente inmediato y el manejo de recursos. Es así como se generaron procesos de empoderamiento individual y colectivo, que han transformado la subjetividad, tanto de los jóvenes, como del equipo investigador y facilitador del proyecto.

Referencias


1 Docente del Programa de Sociología e Investigadora del grupo Chicaquicha de la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia. E-mail: sonia.rojas@unad.edu.co

2 Docente del Programa de Psicología e Investigadora del grupo Chicaquicha de la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia. E-mail: dianascarpeta@gmail.com

3 Docente del Programa de Maestría de la Escuela de Ciencias Administrativas, Contables, Económicas y de Negocios e Investigadora del grupo Chicaquicha de la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia. E-mail: aleadoris@yahoo.es

4 Presidencia de la República, Colombia Joven. Presente y futuro de los Jóvenes, Diálogo Nacional. Bogotá, 2001, p.3, citado por Sarmiento (2004).

5 Creemos que este surgimiento de nuevas dinámicas de participación juvenil, así como la consolidación y visibilización de las ya existentes en la esfera pública, puede deberse a la entrada de instituciones educativas de educación superior en el municipio – que permiten un encuentro generacional-, y al uso de las redes sociales como forma de manifestación política y de articulación de procesos juveniles a nivel municipal y regional.

6 Las Plataformas de Juventud Municipal y Distrital hacen parte del Subsistema de Participación contemplado en la Ley 1622 de 2013, y fueron creadas con el objetivo de impulsar la conformación de procesos y prácticas organizativas y espacios de participación de las y los jóvenes, atendiendo a sus diversas formas de expresión, a fin de que puedan ejercer una agencia efectiva para la defensa de sus intereses colectivos, así como diseñar y desarrollar de agendas locales, municipales, distritales, departamentales y nacionales de juventud.