Editorial.

Gestión social del deporte en Latinoamérica:

perspectiva social y prácticas corporales críticas

 

Kevin Daniel Rozo[1]

Editor académico

La gestión social del deporte es un conjunto de procesos de intervención en el sector deportivo que consiste en planear, organizar, ejecutar y controlar, con perspectiva social, los recursos disponibles para cumplir los objetivos de las organizaciones deportivas. ¿A qué se refiere la perspectiva social? Quiere decir que la gestión: a) considera la condición social y cultural del deporte; b) que su finalidad persigue mejorar las condiciones de vida de las personas que encarnan diversas desigualdades en contextos situados.

El literal a sugiere que la gestión social del deporte comprende el deporte como un hecho social históricamente determinado, un producto cultural situado cuyas particularidades es preciso conocer previamente para llevar a cabo intervenciones informadas que conduzcan a satisfacer auténticamente las necesidades de las poblaciones consideradas. La condición b sugiere que la gestión social del deporte puede superar la circunscripción del campo deportivo y contribuir a la gestión social en diferentes sectores, tales como población con discapacidad, infancia en estado de vulnerabilidad, adulto mayor, víctimas de conflicto armado, refugiados, población LGTBIQ+, entre otros.   

La gestión social del deporte consiste, así, en planear, organizar, ejecutar y controlar lo que podríamos llamar prácticas corporales críticas, es decir, prácticas corporales abocadas a la transformación de las personas y las comunidades. Dichas prácticas no transforman estructuralmente el sistema, pero sí a personas y grupos: cambian vidas, cuerpos, mentes, relaciones, creencias, valores, principios éticos, posiciones políticas, maneras de ser, formas de sentir, rutinas, hábitos, habitus. Estas prácticas corporales son orientadas por una actitud crítica hacia las desigualdades sociales, aspiran a la horizontalidad, al diálogo de saberes, a la inclusión y a la participación plural. Las prácticas corporales críticas generan entonces cambios culturales: promueven, por ejemplo, relaciones de género no heteropatriarcales en contextos atravesados por el machismo o fomentan la inclusión de personas con discapacidad en contextos capacitistas. La noción de prácticas corporales críticas sugiere, por tanto, que algunas transformaciones sociales pasan por cuerpos inconformes que se proponen transformar, casi siempre colectivamente, las formas hegemónicas de existir.

Este número de la revista Desbordes se preocupó por reunir, de esta manera, estudios empíricos y teóricos que evidencian la puesta en escena de prácticas corporales críticas en diferentes contextos y ofrecen pistas para la gestión social del deporte desde una mirada latinoamericana. Diego Murzi, en el artículo titulado “Violencia(s) en el fútbol y gestión social en la Argentina contemporánea. La historia de la Organización Civil ‘Salvemos al Fútbol’ (2006-2023)”, analiza la labor de una ONG como un caso de gestión social cuya finalidad es visibilizar, denunciar y combatir las violencias alrededor del fútbol en Argentina. Nos refiere, por tanto, cómo en su trayectoria la organización ha adelantado acciones políticas, jurídicas, científicas, comunitarias, deportivas, educativas y artísticas abocadas a transformar la violenta realidad del fútbol argentino. El autor fue miembro de la organización, por lo que en su relato se diluyen los límites entre hincha, investigador social y activista. Esta experiencia muestra, de ese modo, las potencialidades del diálogo entre los estudios socioculturales del deporte, la acción política comunitaria y la gestión social del deporte.

Julia Hang y Matthew Hawkins, en el artículo “‘La cabeza te explota cuando nos ves a todas juntas’. Un análisis del fútbol feminista a partir de la perspectiva de las militantes de la Coordinadora Sin Fronteras de Fútbol Feminista”, detallan la irrupción de los feminismos en el fútbol y la influencia del fútbol en el movimiento feminista en la Argentina. El relato etnográfico está lleno de prácticas corporales críticas mediante las cuales las militantes de la organización feminista se proponen transformar las tradiciones machistas, homofóbicas y misóginas latentes en el fútbol y la cultura argentina (por ejemplo, durante las marchas del movimiento feminista, el artículo nos informa que las militantes juegan “picaditos” de fútbol en las calles como un acto político en el que sus cuerpos ponen en escena maneras no hegemónicas de existir). La coordinadora busca conquistar espacios para las mujeres y para las personas transgénero y no binarias en el mundo del fútbol, desde el campo de juego hasta las tribunas y las instancias directivas de los clubes, con la finalidad de construir un fútbol más incluyente y solidario en la diversidad.

César Barbosa y Elkin González, en el artículo “Prácticas corporales emergentes y discursos (contra)hegemónicos en la construcción social del espacio en la ciudad de Villavicencio. Un análisis crítico en clave de estudios culturales”, analizan cómo prácticas como el skate, gravity bike y stunt bike resignifican el espacio público, especialmente lugares solitarios, periféricos y residuales de la ciudad. Se trata de deportes en vía de legitimación gracias a su reciente inclusión en los juegos olímpicos (en el caso del skate) y otras competencias oficiales, pero también de prácticas que oscilan entre la estigmatización social y la validación pública. El artículo muestra, por tanto, cómo la puesta en escena de sus cuerpos en movimiento transforma sus vidas y los espacios no hegemónicos de la ciudad.

En el artículo “Gestión del talento humano en las organizaciones deportivas del Valle de Aburrá”, Estefanía Estrada Ocampo y Walter León Gómez Sánchez describen las virtudes y oportunidades de mejora de la gestión humana de setenta y un (71) organizaciones deportivas colombianas. Los resultados destacan buenos indicadores en materia de comunicación en las organizaciones, mientras la gestión del cambio organizacional se presenta como el principal desafío. Estos hallazgos empíricos se revelan, así, como cruciales, pues pueden ofrecer pistas para la gestión del deporte desde una perspectiva social al considerar la importancia del manejo digno y eficiente de los recursos humanos de las organizaciones deportivas.

En el artículo “Una nueva mirada de la administración deportiva desde las metodologías ágiles”, Myriam Beltrán, Óscar Rodríguez, Mauro García y Juanita Ruiz exploran las potencialidades de la implementación de metodologías ágiles en el sector deportivo. Dichas metodologías facilitan los procesos de planeación, organización, ejecución y control de procesos en las entidades deportivas al priorizar la flexibilidad, eficiencia y adaptación a las necesidades emergentes del campo. Los autores destacan, así, cómo dichas metodologías también pueden enriquecer los procesos de formación de los futuros gestores deportivos al promover escenarios de aprendizaje práctico y experiencial recreados en las organizaciones del sector.

Andrés Jiménez, Stefanía Betancourt, Marly Johana Moreno y Wilmer Pérez, en el artículo “El glosario de términos de la gestión deportiva: Horizontes de construcción epistémica y didáctica en la educación virtual”, plantean un abrebocas del libro homónimo en el que definen y discuten críticamente cuarenta y ocho (48) conceptos que estructuran el universo teórico de la gestión deportiva. Algunos de estos conceptos son: consumidores deportivos, barras populares, deporte adaptado, industria cultural, marketing deportivo, entre otros. Este producto intelectual representa un esfuerzo por cultivar los espacios liminales entre teoría, empiria, didáctica y oficio en la gestión deportiva desde una perspectiva crítica y social.

Finalmente, Ricardo Duarte, en el artículo “Gestión social y rebeldía: barras de fútbol en contextos políticos complejos. El caso de La Banda del Rojo”, hace una descripción etnográfica de un caso de gestión social del deporte de una barra de fútbol de la ciudad de Toluca, México (Estado de México). La actitud rebelde que los integrantes de la barra adoptan frente a la política electoral y a las formas tradicionales de representación se revela, entonces, como algo que los conduce a dinamizar otras formas de acción colectiva atravesadas por la solidaridad, el trabajo colectivo, la emancipación y la participación deliberativa. El autor sugiere que dichas prácticas podrían ser leídas a la luz de la gestión social del deporte como alternativas que los grupos de barristas han cultivado de forma autónoma ante el abandono y la criminalización de los que han sido objeto históricamente por parte del estado.

En conjunto, puede afirmarse que los textos presentados en este número indican que: a) hay prácticas corporales que se proponen transformar la realidad; b) la gestión deportiva debe aprender a gestionar dichas prácticas corporales críticas; c) para ello, la perspectiva social es central, pues la finalidad aquí no es el logro deportivo o el dinero, sino la construcción de sociedades más equitativas, solidarias, plurales y justas desde la metáfora microsocial de los cuerpos en competencia; d) hay una pluralidad de dimensiones (teórica, empírica, didáctica, metodológica y organizacional) de la gestión del deporte desde una perspectiva social que es menester considerar; e) las miradas latinoamericanas sobre la gestión del deporte con perspectiva social evidencian cierta influencia de la tradición crítica latinoamericana de la lucha popular y la organización comunitaria, de donde emana su potencial transformador; f) la gestión social del deporte es un campo de saberes y prácticas que vale la pena seguir cultivando para edificar sociedades más dignas.



[1] Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional (Bogotá); Maestro en Antropología Social de la Universidad Iberoamericana (Ciudad de México).