3. Biorremediación de metales pesados

Sección
Capitulos del Libro
Carlos Andrés Fajardo Gómez

La definición metal pesado corresponde a aquellos metales y metaloides cuyas densidades son mayores que 5 g/ml. Algunos ejemplos de estos son el plomo (Pb), cadmio (Cd), cromo (Cr) y el mercurio (Hg) (Zaidi, Wani, & Khan, 2014). El contenido de metales en el suelo es el resultado de las actividades antropogénicas en las que se envuelve su uso, al igual que de algunos procesos naturales. Sin embargo, la contribución antropogénica es mucho mayor. En Colombia, la problemática ambiental generada por la contaminación de metales pesados en diferentes ecosistemas es evidente a causa de prácticas poco responsables en procesos como la agricultura y la minería. En un estudio realizado en el Río Sinú, ubicado en el noreste del país, cuyo objetivo fue determinar la línea base de la contaminación con metales pesados en una cuenca que ofrece suelos muy fértiles para la agricultura, se encontró la presencia de Cu, Zn, Cd, Pb y Hg de origen antropogénico y en concentraciones mayores a las encontradas en otras zonas del mundo en estudios similares (Marrugo-Negrete, Pinedo-Hernandez, & Diez, 2017). En la agricultura, la preocupación por la presencia de metales pesados va en aumento, debido a que tienen baja solubilidad, lo cual puede llevar a deterioro de aguas subterráneas su transporte hacia las mismas. Además, con el uso repetitivo de pesticidas y fungicidas que contienen metales, aumenta el riesgo de que los mismos se vayan acumulando en el suelo y por ende en los cultivos. La presencia de altas concentraciones de metales pesados en el suelo puede llegar a inhibir la fotosíntesis, al igual que afectar la viabilidad de la flora bacteriana del suelo esencial para la asimilación de nutrientes por parte de las plantas (Achal, Pan, & Zhang, 2011; Marrugo-Negrete, Pinedo-Hernández, & Diez, 2017).

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