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Extractivismo y neoextractivismo en estrategias de desarrollo. Los casos de Chile y Bolivia entre 2006 y 2019*
Extractivism and neoextractivism in development strategies. The cases of Chile and Bolivia between 2006 and 2019
Análisis Jurídico – Político, vol. 5, núm. 10, pp. 235-276, 2023
Universidad Nacional Abierta y a Distancia

Artículos producto de investigación

Análisis Jurídico – Político
Universidad Nacional Abierta y a Distancia, Colombia
ISSN: 2665-5470
ISSN-e: 2665-5489
Periodicidad: Semestral
vol. 5, núm. 10, 2023

Recepción: 30 Mayo 2023

Aprobación: 03 Julio 2023

Los autores que publican con la revista Análisis Jurídico - Político aceptan los siguientes términos: Los autores ceden los derechos patrimoniales a la Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD de manera gratuita, dentro de los cuáles se incluyen: el derecho a editar, publicar, reproducir y distribuir tanto en medios impresos como digitales y otorgan a la revista Análisis Jurídico - Político el derecho de primera publicación el trabajo licenciado simultáneamente bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License la cual permite a otros compartir el trabajo con un reconocimiento de la autoría de la obra y la inicial publicación en esta revista, sin fines comerciales.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Resumen: Las estrategias de desarrollo nacional, sin duda, afectan a la realidad socioeconómica de los Estados. En el presente estudio se analizó el Extractivismo, es decir la extracción y exportación de materias primas, en sus modalidades, extractivismo clásico y neoextractivismo, como estrategias seguidas por Chile y Bolivia, respectivamente. Para realizar el análisis se compararon datos macroeconómicos de ambos Estados con el objetivo de entender cómo funcionan y cuáles son las consecuencias socioeconómicas que tienen los extractivismos. Todo esto en el marco del debate sobre cómo los Estados del sur global pueden mejorar sus tasas de pobreza y desigualdad.

Palabras clave: Bolivia, Chile, estrategias de desarrollo, extrac- tivismo clásico, materias primas, neoextractivismo.

Abstract: National development strategies undoubtedly affect the socioe- conomic reality of the state. In this study we have analyzed extrac- tivism (extraction and export of raw materials) in its modalities, classical extractivism and neo-extractivism, as strategies followed by Chile and Bolivia respectively. To carry out the analysis, macroeconomic data from both states have been compared in order to understand how extractivism works and its socio-economic consequences. All framed in the context of the debate on how the states of the global south can overcome underdevelopment.

Keywords: Bolivia, Chile, classic extractivism, development stra- tegies, neoextractivism, raw materials.

1. Introducción

Las estrategias de desarrollo de los Estados, lógicamente, tienen impacto en la vida de su población, así como en otros muchos ámbitos. En este análisis nos proponemos estudiar la extracción de materias primas para la exportación —actividad académicamente denominada extractivismo— como estrategia de desarrollo seguida por numerosos países de América Latina. Para ello, centraremos nuestro estudio en los casos de Chile y Bolivia durante el periodo concreto de 2006 a 2019.

Las preguntas de investigación que se pretenden responder son:

¿Cuáles son las diferencias y similitudes entre las estrategias de desarrollo extractivistas y neoextractivas? Y en los casos de estudio, Chile y Bolivia, ¿cómo funcionan los modelos extractivistas? ¿Qué consecuencias sociales y económicas tienen dichos modelos de desarrollo? En relación con dichas preguntas de investigación se han establecido los objetivos: el objetivo general de este estudio es Gemma Isern Castells - Extractivismo y neoextractivismo en estrategias de desarrollo. Los casos de Chile y Bolivia entre 2006 y 2019 Análisis Jurídico-Político 5(10) 2023 • pp. 235-276237entender el funcionamiento, las características y las consecuencias del extractivismo y sus diferentes modalidades en la actualidad. Al mismo tiempo, específicamente se busca analizar y posteriormente comparar los estudios de caso de Chile y Bolivia para entender el funcionamiento del extractivismo en dichos Estados, y observar sus semejanzas, diferencias y consecuencias socioeconómicas.

Chile y Bolivia son los casos escogidos para ser analizados y comparados, ya que ambos países tienen el extractivismo como estrategia de desarrollo, y sus exportaciones son principalmente de minerales o derivados de la minería y la explotación del suelo, pero a la vez tienen modalidades diferentes1. Por un lado, Chile sigue un modelo extractivista clásico, mientras que Bolivia sigue una estrategia neoextractivista. Por lo tanto, es posible comparar sus estrategias de extracción y exportación, así como las consecuencias generadas por estas actividades en los ámbitos social y macroeconómico.

En lo que respecta al periodo de análisis seleccionado, 2006 a 2019, este responde a la lógica de que en ambos países esos años marcan un punto de inflexión, y que en ambos se ha mantenido la misma estrategia de desarrollo durante dicho periodo.

En Chile en 2006 empieza una alternancia en el poder entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, que dura hasta 2022. Sin embargo, es importante destacar que el año 2019 (que marca el final del periodo de análisis) debido al estallido social, donde algunas de las reivindicaciones sociales estaban relacionadas con el modelo social y económico. Por otro lado, en Bolivia, en enero de 2006, el Movimiento al Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) liderado por Evo Morales, ganó las elecciones. Este partido se mantuvo en el gobierno hasta noviembre de 2019. Durante este periodo se produjeron importantes cambios en Bolivia en todos los ámbitos, incluida la estrategia de desarrollo que pasó a ser neoextractivista.

El estudio se dividirá en dos partes. Por un lado, se realizará la caracterización del extractivismo y sus diferentes modelos, con el fin de identificar las similitudes y diferencias entre ellos, así como el contexto histórico en el que se ubica esta práctica a lo largo del tiempo. Esta primera parte corresponde al marco teórico, que servirá como base para la comparación de los casos de estudio, y se trabajará con indicadores cualitativos. Por otro lado, la segunda parte se centrará en el análisis y la comparación de las estrategias de desarrollo de Chile y Bolivia durante el periodo de 2006 al 2019. En concreto, se examinarán datos macroeconómicos y sociales, es decir, sobre todo datos cuantitativos. En definitiva, el propósito global del análisis es entender el funcionamiento de estos modelos y observar sus consecuencias económicas y sociales.

Finalmente, es importante remarcar que este análisis se sitúa dentro de un gran debate sobre si el extractivismo es la mejor estrategia para los países del sur global en términos de mejorar las tasas de pobreza y desigualdad social, o si, justamente, esta estrategia de exportación primaria los mantiene subordinados en el sistema internacional. Además, dicho debate se amplía al considerar si el neoextractivismo es capaz de solventar los problemas de desigualdades sociales que se presentan en el extractivismo clásico. En este sentido, el estudio buscará comparar ambos modelos, examinar sus similitudes y diferencias, así como analizar sus consecuencias socioeconómicas, con el fin de situarse, en la medida de lo posible, dentro de este amplio debate.

2. Pauta de análisis

Se usará una pauta de análisis basada en los métodos de política y economía comparada, y se buscará comprender el funcionamiento y las consecuencias de las estrategias de desarrollo a través de la comparación de los dos casos de estudio. Metodológicamente, se considerarán los modelos extractivistas variables independientes y las consecuencias socioeconómicas como variables dependientes. Como se mencionó, se usarán indicadores cuantitativos para el marco teórico y cualitativos para el análisis macroeconómico. Entre los indicadores macroeconómicos se tendrán en cuenta los siguientes: el PIB, el PIB per cápita, el crecimiento porcentual del PIB, el porcentaje de pobreza absoluta, el índice de Gini, la balanza comercial, el valor agregado de las exportaciones e importaciones, las exportaciones por sector y el porcentaje de exportaciones de materias primas en el total del PIB. Estos datos serán analizados en tres años (2006, 2012 y 2019) con el objetivo de observar la evolución o regresión cronológica en términos socioeconómicos, y así poder comparar ambas estrategias de desarrollo y sus consecuencias.

En el análisis se considerarán dos hipótesis. La primera sobre la naturaleza de los modelos: la principal similitud entre el extrac- tivismo clásico y el neoextractivismo es que ambos modelos extraen materias primas para la exportación como modelo de desarrollo. La principal diferencia entre ambos es que el segundo es una modalidad con perspectiva “social” que busca reparar las desigualdades producidas por el extractivismo clásico, naciona- lizando las industrias extractivas y destinando sus beneficios para la inversión en políticas sociales. Y la segunda hipótesis relativa a los casos seleccionados: en el caso de Bolivia, el modelo neoxetrac- tivista permitió, en el periodo estudiado, mejorar los indicadores sociales, en un porcentaje superior al de Chile con el extractivismo clásico en el mismo periodo.

3. Revisión teórica y estado de la cuestión

Antes de entrar en el análisis de las estrategias de desarrollo, es necesario contextualizarlas históricamente (véase el apartado 3.1) para comprender cómo surgieron. Por otro lado, una vez contex- tualizadas, deben ser definidas conceptualmente en el sentido que son aceptadas académicamente en la actualidad (véase apartado 3.2). Finalmente, el apartado 3.3 brinda una descripción general de los precios de las materias primas en el mercado internacional, para más adelante en el análisis macroeconómico, se puedan leer mejor las fluctuaciones en los datos e interpretar los resultados de las estrategias de desarrollo.

3.1. Evolución del modelo de desarrollo en américa latina y el caribe

América Latina y el Caribe (ALC) forman parte del, académi- camente, llamado sur global o periferia, en las dicotomías concep- tuales entre centro y periferia, y norte y sur global, que son propias de los paradigmas estructuralistas de la disciplina de Relaciones Internacionales. La posición periférica tuvo su origen, según las perspectivas estructuralistas y en particular las teorías de la dependencia, en la conquista de América, iniciada en 1492, por parte de las potencias europeas, y responde a una estructura global basada en la división internacional del trabajo. Los años de la colonización ubicaron a ALC en una posición de subordinación o dependencia, en la que la región “exportaba” —en la terminología actual macroeconómica— materias primas a las potencias europeas para que estas crearan manufacturas (Dos Santos, 1970).

Las independencias acabaron con la dominación directa entre Europa y la región, pero se mantuvo el modelo primario exportador como modelo de desarrollo. Es decir, no supuso una plena autonomía política ni económica, ya que los Estados de ALC continuaron explotando sus materias primas para venderlas a Occidente, que luego importaba manufacturas. Se entendía el progreso y se buscaba el desarrollo a través de la integración de las economías de la región en la economía internacional (Ocampo, 2008). El papel del Estado era secundario y se limitaba al mantenimiento del orden y a intentar crear las mejores condiciones para las exportaciones (Franco, 1996). Este modelo se prolongó desde el siglo XIX hasta principios del siglo XX.

En 1929 estalló la Gran Depresión, la cual tuvo consecuencias interna- cionales que, lógicamente, también afectaron a ALC y condujeron a un cambio de paradigma en la búsqueda del desarrollo. Las ideas keynesianas ganaron fuerza, con su visión macroeconómica de intentar moderar los ciclos económicos, así como el surgimiento de un nuevo rol estatal intervencionista y creador de políticas públicas. En este contexto, a nivel regional, empezaron a ganar fuerzas las ideas relacionadas con la necesidad de industrializarse para depender menos de la economía internacional. Destacando como pensador clave, el director de la CEPAL, Raul Prebisch, quien, junto con otros economistas, lideró la implementación del modelo conocido como Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI). Este modelo buscaba industrializar la región para que pudiera producir sus propias manufacturas y reducir la importación exterior, es decir, disminuir la dependencia económica regional en relación con la economía mundial (Ocampo, 2008).

Ciertamente, entre 1929 (gran depresión) y 1980 (crisis de la deuda), se desarrolló una industria nacional de bienes de consumo, pero nunca se abandonó la extracción de materias primas, lo que dio lugar a un modelo mixto, en el que las industrias nacionales se financiaban con el dinero proveniente de la exportación primaria. De hecho, se generó un contexto de doble dependencia: por un lado, la dependencia clásica de las materias primas y la fluctuación de su precio en el mercado internacional; y, por otro lado, la nueva dependencia de las materias primas para mantener la industria (Dos Santos, 1970). En lo que respecta a la industrialización regional, es importante destacar que se llevó a cabo utilizando tecnología mucho más obsoleta y contaminante en comparación con la industria de los países del centro, lo que aumentó aún más la brecha entre el norte y el sur global (Dos Santos, 2002).

ALC es una región extensa y, lógicamente, la industrialización no se desarrolló de la misma manera en todos los Estados, ni tuvo las mismas consecuencias para cada uno de ellos. Es importante remarcar el caso de Argentina, México y Brasil, que se destacaron en términos industriales y, desde una perspectiva teórica, se consolidaron como Estados semiperiféricos o potencias regionales que lideraban la exportación de manufacturas a nivel regional (Marini, 1997).

En 1970 se desató a escala mundial la crisis del petróleo, seguida de la Crisis de la Deuda en ALC, también llamada la Década Perdida, durante la década de los 80. En ese momento, la región acumulaba un alto endeudamiento externo en un contexto de altos intereses, lo que llevó al descarte del modelo ISI como una solución viable para superar la dependencia externa y alcanzar el desarrollo.

Las instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, accedieron a comprar la deuda y a conceder préstamos a cambio de implementar grandes reformas estructurales. Estas reformas fueron dirigidas por el Consenso de Washington, que en 1990 estableció las directrices económicas a seguir: liberalización comercial, apertura total a la inversión extranjera y reformas tributarias. Es decir, se desarrolló un modelo neoliberal que puso fin a las políticas industriales y agrícolas, así como al intervencionismo estatal, apostando por un modelo de desarrollo primario exportador abierto a la economía internacional (Ocampo, 2008). A su vez, se promovieron numerosos tratados de libre comercio con el objetivo de facilitar los intercambios, como el propuesto Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en 1995 (Dingemans y Ross, 2012).

La década de los 90 presenció una recuperación, fruto del aumento de los precios de los minerales, los hidrocarburos o la soja en el mercado internacional (Altomonte et al., 2013). Sin embargo, los periodos de recuperación o estancamiento económico regional, a grandes rasgos, han sido dependientes de la gran fluctuación de precios de las materias primas en el mercado internacional. Un ejemplo de ello son los periodos de recesiones y bonanzas experi- mentados entre los 90 y la actualidad (Ocampo, 2008).

En la década de los 2000, en un contexto de auge del precio de las materias primas y la marea rosa (legislaciones de fuerzas progresistas), surge una nueva estrategia de desarrollo seguida por los dirigentes progresistas, basada en una nacionalización de la industria primario-exportadora. Así, se sigue el modelo primario-exportador, pero dirigido desde el Estado y con la voluntad de redistribuir los beneficios de la industria extractiva, a través de políticas públicas. De esta manera, el papel del Estado como regulador y como proveedor de políticas públicas vuelve a ser determinante (Riascos, 2014).

Es importante remarcar que esta nueva estrategia primario-expor- tadora no es seguida por todos los Estados, y que en la actualidad en ALC conviven diferentes paradigmas en la región: desde Estados que tienen nacionalizada la extracción y exportación, hasta Estados que siguen con el paradigma de las reformas neoliberales impuestas por el Consenso de Washington. Sin embargo, al tratarse de una breve introducción a los modelos seguidos regionalmente se argumenta que ALC ha vuelto a un modelo primario-exportador, pero hay que resaltar que hay países como México, Brasil o Argentina que mantienen un importante polo industrial regional y su condición de potencias regionales y de Estados semiperiféricos en el sistema internacional. También es necesario destacar los casos de Cuba y Venezuela que aun siendo parte de la región no han pasado por todas las etapas fruto de las revoluciones socialistas. Asimismo, algunas de las pequeñas islas del Caribe que tampoco han seguido rígidamente dicha evolución fruto de su carácter insular, su pequeña extensión geográfica, y las conexiones fuertes con occidente (tabla 1).

Tabla 1. Paradigmas de desarrollo ALC

Tabla 1
Paradigmas de desarrollo ALC

elaboración propia con base en el contenido de las obras de Ocampo (2008), Franco (1996), Dos Santos (1970 y 2002), Kay (1998), Riascos, (2014) e Iglesias (2006).

3.2 Extractivismo y neoextractivismo

Como se ha visto anteriormente, la explotación del suelo para la extracción de materias primas destinadas a la exportación ha sido una constante en la historia contemporánea de ALC. Aun habiendo etapas, y/o Estados, en los que no era la única actividad económica, siempre se ha mantenido como motor (parcial o total) de las economías regionales. Este hecho resalta la importancia de los recursos naturales y de los mercados internacionales donde son comercializados, dentro de las estrategias de desarrollo regionales. Además, destaca la importancia de los recursos naturales en los procesos de acumulación de capital internacional basados en la división internacional del trabajo (Riascos, 2014 y Acosta, 2011).

En esta línea, es importante también tener en cuenta la gran abundancia de recursos naturales presentes regionalmente:

Los países de Sudamérica poseen una de las mayores reservas minerales del planeta: un 65% de las reservas mundiales de litio, un 42% de plata, un 38% de cobre, un 33% de estaño, un 21% de hierro, un 18% de bauxita y un 14% de níquel. Se estima que el potencial minero es aún mayor, ya que la información geológica disponible es parcial. También son importantes sus reservas petroleras. (Altomonte et al., 2013, p. 7)2

El conjunto de actividades económicas destinado a la primario-ex- portación se han denominado académicamente como extractivismo. En este sentido, el extractivismo se entiende como el conjunto de actividades dedicadas a la extracción de grandes volúmenes de materias primas para la exportación con bajo o nulo grado de procesamiento (Echart y Villareal, 2019; Acosta, 2011; Riascos, 2014; Gudynas 2009; 2012; 2013).

En este sentido hay múltiples actividades consideradas extracti- vistas:

Las actividades y recursos que se incluyen dentro del extrac- tivismo han variado a lo largo del tiempo y hoy se consideran no solo actividades de minería o de explotación de petróleo, sino también el agronegocio, la plantación industrial de árboles, la pesca predatoria, la construcción de grandes proyectos de infraestructura e incluso el turismo de lujo a grande escala. Tales actividades se definen como extractivistas en la medida en que superan los niveles de conservación de los recursos, se orientan a la producción de bienes exportables y provocan impactos profundos y definitivos sobre las áreas y ecosistemas afectados. (Echart y Villareal, 2019, p. 149)

Se consideran Estados extractivistas a aquellos que basan su estrategia de desarrollo en las actividades primario-extractivas, es decir, aquello que sustentan su economía y buscan su crecimiento económico y social a través de la exportación primaria. Es importante remarcar que dentro de las estrategias de desarrollo extractivistas existen diferentes modelos, que se clasifican entre: el extractivismo clásico y el neoextractivismo3.

Por un lado, el extractivismo clásico persigue el desarrollo, entendido como crecimiento económico, a través de un alto número de exportaciones de materias primas. En este modelo las entidades que se dedican a realizar las actividades extractivas (extracción y exportación) son empresas privadas, mientras que el Estado se dedica a promover condiciones favorables para estas actividades. Es decir, el Estado desempeña un papel pasivo en el extractivismo y se dedica a atraer grandes capitales para mejorar sus niveles de producción, y desempeña un papel secundario en la economía, donde se establece una relación asimétrica entre transnacionales y el propio Estado (Gudynas, 2009; Acosta, 2011; Riascos, 2014).

Ejemplos de condiciones favorables serían “las medidas adoptadas para alcanzar estos objetivos son: disminución de la carga impositiva, otorgamiento de facilidades para la repatriación de utilidades, reducción de las exigencias medioambientales y laborales etc.” (Riascos, 2014, p. 15).

En esta línea, y en referencia a la relación asimétrica entre Estado y transnacionales, “las políticas se adecuan a las necesidades del capital privado (transnacionales)” (Riascos, 2014, p. 16).

En estas prácticas, el Estado muestra una gran confianza en el mercado y en sus fuerzas reguladoras, con la convicción de que los beneficios de las actividades extractivas realizadas por empresas, nacionales y transnacionales, serán expuestos al conjunto de la economía y a la población nacional. A su vez, también hay confianza en el mercado internacional y en la demanda de materias primas por parte de las grandes potencias manufactureras internacionales (Gudynas, 2012; Riascos, 2014). En el presente análisis, Chile es el Estado que practica extractivismo clásico.

Por otro lado, el neoextractivismo surge como respuesta a la incredulidad de que el extractivismo clásico sea capaz de hacer llegar sus beneficios al conjunto de la economía y la población nacional, pero con el objetivo de no abandonar la exportación de materias primas como pilar fundamental. Por lo tanto, no se hace una crítica al modelo en sí, sino a su capacidad de llegar a un desarrollo social por parte de los mecanismos reguladores del mercado. Siguiendo estos planteamientos, se reformula el papel del Estado, pasando de ser pasivo a un rol activo, lo cual acaba con la relación asimétrica con las empresas extractivas. Se nacionalizan los sectores estratégicos de las economías, es decir, las industrias extractivas, y el Estado empieza a dirigir sus actividades a través de empresas públicas. Esto con la finalidad de redistribuir los beneficios económicos para el conjunto de la población a través de políticas públicas y con el objetivo final de llegar al desarrollo (Gudynas, 2009; Riascos, 2014).

En este sentido, es relevante el uso que se le da a los beneficios del extractivismo, ya que el Estado obtiene un aumento muy significativo de las rentas provenientes de estas actividades y, a la vez, regula cómo se hacen las explotaciones en términos sociales y ambientales. Por lo tanto, además de la redistribución de la renta, también dirige si se invierte en la creación de un modelo y una estrategia posextractivista (Gudynas, 2009; 2010; Riascos, 2014; Acosta, 2011). En el presente análisis, Bolivia es el Estado que practica neoextractivismo.

En la tabla 2 se presentan, a modo de síntesis, las diferencias principales entre ambos modelos.

Tabla 2. Comparación de modelos de extractivismo

Tabla 2
Comparación de modelos de extractivismo

elaboración propia con base en el contenido de las obras de Echart y Villareal, (2019), Acosta (2011), Riascos (2014) y Gudynas (2009; 2012; 2013).

Finalmente, es importante remarcar nuevamente las voces de autores como Gudynas o Acosta, entre muchos otros, que advierten que el modelo neoextractivista se trata de una reforma al modelo inicial, cuestionando la propiedad y los beneficios de las actividades extractivas, pero no el modelo extractivo en sí mismo (modelo de acumulación de capital). Además, no pretende abordar las debilidades estructurales de gran dependencia del mercado internacional y de las potencias productoras. En este sentido, dichos autores ponen en duda la capacidad del modelo como estrategia para el desarrollo (Gudynas, 2012; 2013; Acosta, 2011).

En esta línea, si bien el progresismo sudamericano “genera un extractivismo de nuevo tipo, tanto por algunos de sus componentes como por la combinación de viejos y nuevos atributos”, no hay cambios sustantivos en la actual estructura de acumulación. Con esto el neoextractivismo sostiene “una inserción internacional subordinada y funcional a la globalización” del capitalismo transna- cional (Acosta 2011, p. 11; Gudynas 2009; 2010).

En este sentido, “la lógica subordinada de su producción, motivada por la demanda externa, caracteriza la evolución de estas economías primario-exportadoras. El neoextractivismo, a la postre, mantiene y reproduce elementos clave del extractivismo de raigambre colonial” (Acosta 2011, p. 12).

En conclusión, ambos modelos de extractivismo presentan numerosos parecidos. Al final ambos tienen como motor del desarrollo nacional las actividades primario-exportadoras. Sin embargo, nos centraremos en las diferencias que, básicamente, se sustentan en la gobernanza de dichas actividades primario-exportadoras.

4. Estudios de caso en torno al extractivismo:

4.1 Extractivismo clásico en chile

Como se ha comentado en el presente estudio, Chile es el Estado que sigue una estrategia de desarrollo extractivista clásica. En primer lugar, justificaremos el hecho de haber escogido Chile como país extractivista.

Como se puede observar en la tabla 3, durante el periodo analizado, las principales exportaciones de Chile han sido primario-extractivas, y se destacan las exportaciones de cobre y minerales metalíferos. En relación con las destinaciones, hay tres claros destinos que persisten en el tiempo, y se destaca el auge de China como socio comercial4. Por otro lado, en las importaciones se destacan los combustibles minerales, los cuales se usan para la maquinaria extractiva, y las propias máquinas y reactores, aparte de los vehículos. En lo que respecta al origen de las importaciones, se puede observar de nuevo el auge de China, así como la presencia continua de Estados Unidos y la de Argentina y Brasil como potencias regionales.

4.1.1. La presencia de transnacionales en las actividades extractivistas chilenas

En el presente análisis, Chile corresponde al caso de estudio del extractivismo clásico. En esta modalidad de extractivismo hay dos puntos fundamentales: la presencia de transnacionales que realiza las actividades extractivas, y el rol del Estado como favorecedor de la entrada de dichas empresas internacionales.

Tabla 3
Condición extractivista de Chile en el periodo analizado

elaboración propia con base en los datos del The Observatory of Economic Complexity (2022).

Antes de profundizar en estos dos puntos, es importante contex- tualizar brevemente sobre cómo se llegó a esta estrategia extractivista. El 11 de septiembre de 1973 empezó la dictadura militar dirigida por Pinochet, que duró hasta el 11 de marzo de 1990. En esta etapa se acabó con las políticas sociales, la dirección del Estado y la política industrial nacional de la etapa de Salvador Allende y se hicieron reformas de carácter remarcadamente liberales. Es en este contexto donde Chile se abre nuevamente al capital extranjero para la explotación y exportación de materias primas, es decir, a la entrada de transnacionales, y, por tanto, a una estrategia extrac-tivita clásica. En la vuelta a la democracia, en 1990, la estrategia de desarrollo no cambió (Valdivia, 2001) y es la que perdura hasta la etapa analizada en este estudio.

Una vez puesta en contexto histórico la etapa analizada, por lo que respecta al primer punto, la presencia de empresas transnacionales, en la minería chilena destacaban:

La anglo-australiana BHP Billinton, que durante la última década ha sido la más importante transnacional de la minería a nivel mundial […] el conglomerado suizo Xtrata - Glencore, […] la empresa de origen anglo sudafricano Angloamerican, […].También en este grupo de empresas se encuentra la minera inglesa Rio Tinto, […]. En un peldaño menos robusto a nivel corporativo […] se encuentran la Barrick Gold de Canadá. (Velásquez y Fernando, 2012, p. 49-50)

Sin embargo, hay que remarcar la importante presencia de Codelco, la empresa minera estatal chilena que realiza grandes exportaciones de cobre5 (Velásquez y Fernando, 2012), y de Grupo Luksic, un consorcio empresarial chileno privado, quienes ambas empresas juntas tienen una participación en el sector del 38,6 % (Observatorio de multinacionales en América Latina y Periódico Estrategia, 2011).

De manera que, el restante 61,4 % de la actividad minera del país se encuentra en manos de empresas no nacionales, las cuales, aparte de extraer los minerales, los exportan a terceros países para refinarlos y transformarlos en productos y subproductos minerales (creación de valor añadido). Por lo tanto, las transnacionales acaban teniendo mucha importancia en el precio que acaba teniendo, tanto el mineral sin refinar, como el producto final, hecho paradójico, ya que Chile es el mayor productor de cobre del mundo, a la vez del Estado con mayores reservas (Vega, 2022). Este hecho también hace que dichas empresas que refinan y comercializan fuera de Chile, no tributen en el país, y por tanto, que la base recaudatoria de Chile sea más baja.

Un estudio de la Universidad de Chile, publicado en 2016, ha analizado la renta económica6 que han sacado las empresas mineras privadas en Chile por la explotación del cobre. En este estudio consideran dicha renta como regalada a las grandes mineras privadas, ya que, al extraer, pero no transformar los recursos primarios no hay creación de valor añadido ni un alto volumen de tributación estatal (Zerene, Accorsi, López y Figueroa, 2016). En esta línea afirman:

Nuestras estimaciones indican que la renta económica regalada sin justificación económica alguna a estas empresas - Renta Graciosa Apropiada GMP- 10 - asciende a USD 120 mil millones (dólares de 2016) para el periodo 2005-2014, lo que equivale al 45 % del PIB de Chile en el año 2014. (Zerene, Accorsi, López y Figueroa, 2016, p. 2)

Por lo que respecta al segundo punto de relevancia de la estrategia extractivista clásica, hay que fijarse en el rol del Estado en la entrada de dichas transnacionales. A partir de 2006 en Chile existe el Impuesto Específico a la Minería (IEM), que varía de un 5 % a un 14 % según sus ventas anuales, este impuesto es la mayor ventaja para las empresas mineras, ya que no pagan por explotar los recursos chilenos, sino en función de las ventas y la renta minera extraída, que a la vez dependen de los precios en el mercado internacional, por lo tanto, el impuesto se ajusta a las necesidades de las empresas. Es decir, no se paga por un derecho a la explotación del suelo, sino en base a las ganancias, y por tanto, no hay un ingreso fijo para el Estado. Seguidamente, las empresas extranjeras pagan también el llamado Impuesto Adicional aplicado sobre las rentas chilenas por empresas o personas sin residencia fiscal en chile y conjuntamente a todas las otras empresas también pagan el impuesto a la renta de primera categoría (Corvera, 2021).

A la vez, hay que remarcar una invariabilidad tributaria, en la que el Estado una vez ha firmado el contrato con las empresas mineras se compromete a no cambiarles la regulación para garantizarles estabilidad. Otro importante aspecto es que hay la misma legislación en todo el país, es decir, sin cambios por las situaciones cambiantes según las características socioambientales de la región. Finalmente, apuntar que, a diferencia de otros países vecinos, Chile cuenta con infraestructuras buenas que facilitan la extracción y comercialización (Ramos, 2011).

Finalmente, remarcar que la alternancia de legislaturas de Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) y las de Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022), teniendo proyectos políticos ideológicamente diferen- ciados, no han supuesto grandes cambios en términos de la estrategia de desarrollo de Chile, que siguió siendo extractivita clásica.

4.1.2. AnáLisis de La economía de chiLe desde 2006 a 2019

Como se ha comentado anteriormente, en el presente estudio Chile es el Estado que sigue una estrategia de desarrollo extractivista clásica. En este apartado se realizará un análisis de la economía chilena en la etapa que comprende este estudio, de 2006 a 2019, aportando datos también de 2012, como año intermedio, que nos permitirá mejor la evolución o regresión cronológica. Para hacerlo se analizarán datos macroeconómicos que más adelante se compararan con los de Bolivia, es decir, con los del neoxtractivismo.

En la siguiente tabla veremos los datos macroeconómicos básicos de Chile:

Como podemos ver en la tabla 4, podemos ver que el PIB del país no ha dejado de crecer, aun así, contrariamente, el PIB percápita no ha aumentado de la misma manera y podemos ver como en el último de los años estudiados hay una bajada. Por lo que respecta al crecimiento del PIB, como ya se ha dicho, siempre ha seguido una tendencia en aumento, pero en 2019 el crecimiento es del 0,8 %, que comparado con los años anteriores es remarcadamente bajo. En cuanto a los datos de pobreza, podemos ver una bajada de 0,9 %

Tabla 4
Datos macroeconómicos de Chile 20062019

elaboración propia con datos del Banco Mundial.

de la pobreza absoluta (población con menos de 1,90$ al día) en comparación de los primeros años comparados y una ligera subida de un 0,1 % en 2019. Por lo que respecta a la desigualdad, el indicador usado es el índice de Gini7, en el que podemos ver como sí que hay una progresión positiva de los datos. Finalmente, si nos fijamos en las importaciones y exportaciones podemos ver un mismo patrón en ambas, un aumento muy remarcable en 2012, siendo superior en importaciones que, en exportaciones, y seguidamente una bajada también muy remarcable de unos 11 mil millones en ambos caos. Esto nos conduce unas balanzas comerciales de negativas en los últimos periodos analizados, ya que a habito más importaciones que exportaciones. La bajada de tanto importaciones como exportaciones en 2019, lógicamente, coincide con una bajada importante en el ritmo de crecimiento, que pasó de 6,2 % a 0,8 %.

En general podemos ver como los datos macroeconómicos son positivos, pero que, en la última etapa estudiada, comparación de 2012 a 2019, se han ralentizado un poco, es decir, que han mejorado menos porcentualmente o incluso empeorado ligeramente.

Finalmente, en la última tabla se puede ver datos sobre el sector de las exportaciones chilenas:

Tabla 5
Datos sobre las exportaciones chilenas 2006-2019

elaboración propia con datos del Banco Mundial.

Como podemos ver en toda la serie de años, lo más exportado son los metales y los minerales, representando en todo momento más del 50 % del total de las exportaciones. El conjunto de exportaciones de materias primas se mantiene estable, suponiendo casi en todo momento un 80 % del total de las exportaciones, la misma estabilidad está en la exportación de productos manufacturados que ronda entre un 14 % y un 12 %. La suma entre ambos; aproximadamente 80 % y 12 % nos da un total de 92 % del total de las exportaciones, y nos afirma y remarca de nuevo la condición extrac- tivista de Chile.

A modo de conclusión de los datos macroeconómicos de Chile, podemos ver que la tendencia seguida por los datos va de la mano de las tendencias del mercado internacional de materias primas, en especial del cobre. En este sentido se ve progresión entre la primera etapa (2006-2012) que corresponde al “boom del cobre” y que conllevó un crecimiento acelerado de la economía y posteriormente, de 2012 a 2019, una bajada de los indicadores y un ralentizamiento económico fruto de la caída de los precios en el mercado internacional.

4.2 Neoextractivismo en bolivia

Como se ha comentado anteriormente, en el presente estudio Bolivia es el Estado que sigue una estrategia de desarrollo neoextractivista. En primer lugar, justificaremos el hecho de haber escogido Bolivia como país extractivista, a través de los siguientes datos.

Como se puede observar en la tabla 5, a lo largo del periodo analizado, las principales exportaciones de Bolivia siempre han sido primario extractivas, destacando sobre todo las exportaciones de combustibles y aceites, y minerales metalíferos. Por lo que respecta a las destinaciones; hay tres claros destinos que persisten en el tiempo, destacando la presencia de Brasil y Argentina como potencias industriales regionales. Por otro lado, en las importaciones destacan los reactores nucleares, las calderas y la maquinaria, a la vez que los vehículos como los automóviles o tractores. Por lo que respecta al origen de las importaciones, podemos ver la presencia de Chile y Brasil, como potencias regionales, y la entrada con mucha fuerza de China.

Tabla 6.
Condición extractivista de Bolivia en el periodo analizado

elaboración propia con datos del The Observatory of Economic Complexity.

4.2.1 El proyecto de Evo Morales y el movimiento al socialismo (2006-2019)

El 18 de diciembre de 2005 se celebraron elecciones en Bolivia, el resultado8 de las cuales llevaron a Evo Molares y su partido Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos9 a la presidencia del Estado, donde permaneció hasta 2019 con la ejecución de tres legislaturas. Durante estos 13 años de liderazgo se ha desarrollado un proyecto a medio camino entre el nacionalismo boliviano y el indigenismo, en el cual se han realizado numerosos cambios estatales, entre las cuales destacaba la transfor- mación de las relaciones entre el Estado y la inversión extranjera.

Siguiendo el programa político basado en el cambio de estrategia de desarrollo, el uno de mayo de 2006 el gobierno de Evo Morales nacionalizó los hidrocarburos1012 de todo el Estado y seguidamente, en 2008 nacionalizó el litio. Hay que remarcar, pero, que a la práctica lo que realizó fue una reformulación de los contratos a las empresas transnacionales con condiciones muy beneficiosas para el Estado boliviano, cambiando así, como se ha dicho, las relaciones entre Bolivia y las transnacionales (Stefanoni, 2007 y Mayorga, 2009). Es decir, la nacionalización no fue una expropiación, sino que resumi- damente se basó en; mayores impuestos a las industrias extractivas, renegociar contratos y reconstrucción de las compañías estatales de hidrocarburos (Vargas, 2009).

En este sentido se realizaba el primer de los pasos a realizar para llegar a ser una estrategia neoextractivista, con estas nacionaliza- ciones el Estado aumento de forma muy sustancia sus ganancias procedentes de las actividades extractivas, en esta línea: “Los ingresos por impuestos se incrementaron de 6.904,7 en 2005 a 11.935,8 millones de dólares en 2006, según datos del Banco Central de Bolivia” (Mayorga, 2009, p. 24).

En la misma lógica, el decreto 28.701 restituyó al Estado “la propiedad, la posesión y el control total y absoluto” del gas y el petróleo, tanto dentro como fuera de la tierra, y estableció un nuevo régimen tributario que permite al Estado captar una mayor tajada de la renta gasífera. Para hacer efectivo el nuevo régimen, las diez transnacionales afincadas en Bolivia firmaron nuevos contratos el 28 de octubre de 2006 (Stefanoni, 2007, p. 58).

El segundo paso hacia el neoextractivismo se basó en el uso de sus ganancias para la realización de políticas públicas, es decir, en la redistribución de la riqueza nacional. A la práctica, estas políticas públicas sociales se materializaron en múltiples ámbitos, por ejemplo; en bonos a los niños de las escuelas públicas o a las personas mayores de sesenta años, o en campañas de salud, con un seguro para madres y niños recién nacidos, y educación con campañas para la alfabetización y la escolarización. A la vez, también destacaron beneficios para comunidades indígenas y campesinas a las que se les benefició con préstamos y concesión de tierras (Mayorga, 2009).

Finalmente, dentro de los cambios realizados por el MAS, también hay que remarcar la nueva constitución aprobada en 2009, en la que hay importantes cambios en términos de indigenismo; como el reconocimiento a las organizaciones, las entidades territoriales y las 36 lenguas indígenas. A la vez que también destacan los artículos dedicados a los recursos naturales en los que afirma que: “Los recursos naturales son de propiedad y dominio directo, indivisible e imprescriptible del pueblo boliviano, y corresponderá al Estado su administración en función del interés colectivo” (Artículo 349, Cuarta Parte, Título II, Capítulo Segundo: Tierra y Territorio, Constitución de Bolivia de 2009).

En la misma línea, los hidrocarburos, cualquiera sea el Estado en que se encuentren o la forma en la que se presenten, son de propiedad inalienable e imprescriptible del pueblo boliviano. El Estado, en nombre y representación del pueblo boliviano, ejerce la propiedad de toda la producción de hidrocarburos del país y es el único facultado para su comercialización. La totalidad de los ingresos percibidos por la comercialización de los hidrocarburos será propiedad del Estado. (Artículo 359, Cuarta Parte, Título II, Capítulo Tercero: Hidrocarburos, Constitución de Bolivia de 2009)

Finalmente, es importante hacer mención de la estrategia nacional de Bolivia con el litio, como se ha apuntado en apartados anteriores, se encuentra en control nacional, desde 2007, bajó una Estrategia Nacional de Recursos Evaporíticos11. En el caso del litio, por su condición estratégica, el Estado controla toda la actividad extractiva, siendo el mineral en que más financiación ha invertido el Estado boliviano, a diferencia de otros minerales e hidrocarburos, donde deja entrar transnacionales a cambio de grandes impuestos.

La estrategia nacional se dividió en tres fases; la investigación, la producción nacional de carbonato de litio y de cloruro de potasio, y la producción de baterías. Fue en la fase creación de un subproducto, es decir en el procesamiento del litio, en la única en la que se permitió la entrada de empresas privadas nacionales y transnacionales para la transferencia de información y tecnología (Obaya, 2019).

En este marco:

[…]durante el curso de 2017, se entablaron negociaciones con empresas internacionales que pudieran convertirse en socios estratégicos en la producción y comercialización de baterías de ion litio. De las empresas que mostraron interés en el proyecto, ocho presentaron propuestas (cinco chinas, una canadiense, una alemana y una rusa). (Obaya, 2019, p. 40)

En estas acciones se ve la voluntad del gobierno de Evo Morales de crear una industria del litio nacional, que vaya más allá de las actividades extractivas (extracción y exportación) y que también procese el litio para la creación de baterías de ion litio. En este sentido se trata de una política industrial nacional, es decir, una estrategia con cierta mirada postextractivista. Sin embargo, en dicha fase es en la que precisó de transnacionales para poder llevarla a cabo, de manera que se rompe con la lógica que la industria y la estrategia sean 100 % nacionales y dirigidas por el Estado y las empresas públicas. Por otro lado, aunque la estrategia fue puesta en marcha durante el periodo analizado, las exportaciones de baterías de litio no formaban parte de las tres principales exportaciones de Bolivia, tal como se puede ver en la tabla 6, y a su vez las exportaciones de productos manufacturados en 2019 eran de tan solo un 4,66 %, tal como se puede ver en la tabla 812.

4.2.2 Análisis de la economía de Bolivia desde 2006 a 2019

Como se ha comentado anteriormente, en el presente estudio Bolivia es el Estado que sigue una estrategia de desarrollo neoextractivista. En este apartado se realizará un análisis de la economía boliviana entre de 2006 y 2019, aportando datos también de 2012, como año intermedio. Para hacerlo se analizarán datos macroeconómicos que se compararán con los de Chile.

En la siguiente tabla veremos los datos macroeconómicos básicos de Bolivia.

Tabla 7
Datos macroeconómicos de Bolivia 20062019

elaboración propia con datos del Banco Mundial.

Como podemos ver en la tabla anterior, el PIB de Bolivia no ha dejado de crecer, de hecho, entre el 2006 y 2012 el valor aumentó hasta llegar a más del doble entre un año y el otro, esta espectacular subida se nota también en el porcentaje de crecimiento de PIB anual, que aunque esté en aumento en todos los años estudiados, en 2006 y 2012 se trata de valores que doblan el crecimiento de 2019.

En cuanto a los datos de pobreza, podemos ver una gran bajada de la pobreza absoluta (población con menos de 1,90$ al día) pasando de 16,1 % de la población en 2006 a un 8,2 % en 2012, es decir, la población en pobreza absoluta bajó a la mitad, y posteriormente en 2019 volvió a bajar hasta un 3,2 %, por lo tanto, volvió a quedar en menos de la mitad nuevamente. Por lo que respecta a la desigualdad, el Índice de Gini, también registra una importante bajada de 10 puntos entre 2006 y 2012, y posteriormente sigue bajando hasta situarse en 41,6 % en 2019. Ambos datos de pobreza nos indican una gran mejoría en este aspecto; por lo tanto, os puede dar pistas del correcto funcionamiento de las políticas públicas implantadas por la estrategia neoextractivista.

Finalmente, si nos fijamos en las importaciones y exportaciones podemos ver un gran aumento en ambas de 2006 a 2012, para posteriormente en 2019 observar que hay una caída en las exporta- ciones, pero en cambio, las importaciones siguen en aumento, aunque no de forma tan pronunciada como en la etapa anterior, hecho que hace que la balanza comercial de dicho año sea negativa. Sin embargo, tanto en importaciones como en exportaciones, si comparamos entre 2006 y 2019 podemos ver como ambos datos macroeconómicos han subido de forma remarcada, y en las importa- ciones han más que cuadriplicado la cifra y en exportaciones se ha casi multiplicado por tres.

En general podemos ver una gran evolución macroeconómica en la economía boliviana entre 2006 y 2019, aunque con una mejor progresión de crecimiento entre 2006 y 2012, remarcando sobre todo los buenos datos en la bajada de la pobreza y la desigualdad.

Finalmente, en la última tabla, se puede ver datos sobre el sector de las exportaciones bolivianas:

Tabla 8
Datos sobre las exportaciones bolivianas 20062019

: elaboración propia con datos del Banco Mundial.

Esta tabla nos confirma la condición extractvista de Bolivia nuevamente, ya que el sumatorio de los porcentajes de materias primas exportadas entre 2006 y 2019 está entre un 85 % y un 75 % del total, siendo las exportaciones de combustibles el sector puntero en las exportaciones, seguido de los metales y minerales. Por lo que respecta a la exportación de manufacturas, hay una bajada de casi 6 puntos entre el primer año estudiado, 2006, y los dos últimos, 2012 y 2019, hecho que nos habla de que con la estrategia neoextractivista, seguida por el MAS, no hubo una reconversión hacia una economía postextractivista que produzca manufacturas con valor añadido, es decir no ha habido una política industrial que haya hecho aumentar el porcentaje de exportaciones de productos no primarios.

A modo de conclusión, de los datos macroeconómicos de Bolivia podemos ver que la tendencia seguida va de la mano de las tendencias del mercado internacional de materias primas, pero también de es importante remarcar la importancia de las políticas públicas de carácter social desarrolladas que han llevado a buenos datos en la bajada de la pobreza y la desigualdad. Es decir, han cumplido los propósitos del neoextractivismo.

5. Comparación entre estrategias de desarrollo

A continuación, analizaremos los datos macroeconómicos, presen- tados en el apartado anterior, para comparar las estrategias de Chile y Bolivia desde un punto económico y social. Para hacerlo se han escogido diferentes datos y se han cruzado entre los ambos países, creando gráficas de elaboración propia con los datos del Banco Mundial.

La primera gráfica corresponde a una comparación del porcentaje de crecimiento del PIB anual. Como podemos ver en los dos primeros años estudiados, el crecimiento chileno era superior al boliviano en 1 punto. Sin embargo, ambos crecimientos experimentan una gran bajada entre 2012 y 2019, que corresponde la caída del precio de las materias primas en el mercado internacional, que contextualmente se encontraba en la crisis financiera de 2010. Dicha caída es más pronunciada en el caso chileno, donde el crecimiento en 2019 se sitúa en un 0,8 %, mientras que en 2012 estaba en 6,2 %. Es decir, ha bajado en un 5,4 %. Bolivia por su parte también experimenta una bajada importante, de un 5,1 % a un 2,2 % de crecimiento, pero de forma comparada no es tan pronunciada, ya que baja un 2,9 %.


Figura 1.
Comparación del % del crecimiento del PIB anual (2006-2019)

En esta figura se puede observar cómo en ambas estrategias, extractivismo clásico y neoextractivismo, les afecta notoriamente las dinámicas del mercado internacional y de los países compradores de materias primas. Se traduce en el aumento del crecimiento entre 2006 y 2012, que corresponde a un periodo de aumento del precio de las materias primas, y seguidamente en la gran bajada de 2012 a 2019.

En la figura 2 podemos ver una comparación del peso de las exportaciones en el total del PIB. En 2006 Chile y Bolivia tenían un peso de las exportaciones similar, del 41,8 % y del 43,9 %. En el caso de Bolivia, el porcentaje siguió aumentado hasta posicionarse en 2012 en un 47,2 %, para luego descender hasta el 25 % del peso del PIB. En Chile la participación de las exportaciones bajó continua- damente, situándose en 33,8 % en 2012, 10 puntos menos que 6 años antes, y en 27,8 % en 2019.


Figura 2.
Comparación de la participación de las exportaciones en el PIB (% del PIB)

La conclusión de los datos es que en ambos casos las exportaciones son una parte fundamental del PIB de ambos países, siendo en el momento más bajo, un cuarto del total del producto interior bruto, y llegando, en el punto más alto a suponer, hasta más de un 40 % en Chile y 45 % en el caso de Bolivia. Es decir, que una gran parte importante de las riquezas nacionales se sustenta con el comercio internacional.

En la siguiente comparación podemos ver el % de las exporta- ciones que corresponde a los sectores extractivistas del total de las exportaciones realizadas. Lo más remarcable del gráfico es que en ambos Estados las exportaciones primarias son extremadamente importantes, suponiendo en el caso de Bolivia de un 85 % a un 75 % del total de las exportaciones, y en el caso de Chile siendo estable alrededor del 80 % de las exportaciones. Este hecho remarca la condición extractivista de dichos Estados y como sus estrategias de desarrollo están enfocadas la venta de productos no manufacturados.


Figura 3.
Comparación del sumatorio del % de exportaciones de sectores extracti- vos en el total de las exportaciones (2006-2019)

La figura 4 explica el porcentaje de las exportaciones de Chile y Bolivia que son productos manufacturados. Se trata, por tanto, de datos complementarios a los de la tercera gráfica, ya que nos dibujan el total, aproximado, de las exportaciones estatales. Como hemos visto en la figura anterior, las actividades primario-ex- tractivas tienen mucho peso en las exportaciones; por tanto, como podemos ver, las exportaciones de manufacturas quedan en un segundo plano.

Dentro de la relativa poca importancia, comparado con las extrac- ciones primarias, en Chile las exportaciones de productos manufac- turados, en 2006 se encontraban en un 12,19 %, tendencia que siguió ligeramente en alta en 2012, posicionándose en un 13,63 %, y bajando nuevamente a un 12,89 % en 2019. Como se puede ver la crisis económica internacional de 2010, que llevo a la baja el crecimiento anual de PIB del Estado, afecto poco en las exportaciones manufacturas que siguieron una tendencia estable, a diferencia de las exportaciones de materias primas que bajaron. Los datos de Bolivia también explican que en la estrategia neoextractivista, seguida por el MAS, no hubo una política industrial hacia una economía postex- tractivista que aumentara la producción de manufacturas.


Figura 4.
Comparación del % de exportaciones de manufacturas en el total de las exportaciones (2006-2019)

En lo que respecta a las balanzas comerciales (exportaciones-impor- taciones), en 2006, aún teniendo ambos Estados una situación de superávit, podemos ver una gran diferencia entre los datos, 21,57 mil millones en Chile y 1,03 mil millones en Bolivia.

Esta gran diferencia expresa la gran distancia entre ambos países en la cantidad de exportaciones realizadas13. En el siguiente año analizado, 2012, Chile experimenta un gran aumento del valor agregado de las exportaciones, pero a su vez experimenta todavía una mayor subida en las importaciones, de manera que se refleja en una gran caída de la balanza comercial, hasta llegar a tener un déficit de -1,24 mil millones. Posteriormente, el valor agregado de importaciones y exportaciones baja, pero las exportaciones siguen siendo menores a las exportaciones, de manera que la balanza comercial sigue en tendencia deficitaria.


Figura 5.
Comparación balanza comercial (2006-2019) (mil millones USD)

En Bolivia la tendencia es mucho menos pronunciada, pasando de una situación de superávit comercial en 2006 y 2012 a déficit de -2,64 mil millones en 2019. Aun con tendencias y datos diferentes, se puede ver como en ambos Estados se ha seguido una misma dinámica con las importaciones y las exportaciones. Inicialmente, en 2006, ambas están en superávit, seguidamente, en 2012, ambas experimentan un gran aumento en los valores agregados de importaciones y exportaciones, en un contexto de aumento de precios de las materias primas, y finalmente en 2019, en un contexto de caída de precio de los recursos primarios, ambas economías registran una bajada en el valor agregado de importaciones y exportaciones, que las deja en déficit en la balanza comercial.


Figura 6
Comparación del % de pobreza absoluta (2006-2019)

En términos de pobreza absoluta, Chile empezaba desde un punto mucho más bajo que Bolivia, hecho que hace que la capacidad de mejoría sea menor. De 2006 a 2012 ambos Estados han bajado a aproximadamente la mitad de sus datos. En cambio, en 2019, Bolivia siguió bajando su porcentaje de población en pobreza absoluta, mejorando sus datos de un 8,2 % a un 3,2 %, mientras que Chile aumento ligeramente, pasando de un 0,6 % a un 0,7 %. Como se ha comentado, la capacidad de mejora de Bolivia era superior, ya que contaba con un mayor porcentaje superior de población bajo pobreza absoluta, y así se puede ver en la progresión de los datos, pasando de un 16,1 % a un 3,2 % de población en pobreza absoluta. Este descenso se ha producido en un contexto en que el precio de las materias primas estaba a la baja, al igual que el crecimiento anual de PIB, de manera que la mejora social va relacionada con las políticas sociales, con beneficios a medio plazo, implementadas por el MAS en su estrategia neoextractivista.

Para fijarnos en la desigualdad se ha utilizado los índices de Gini, en el que como inferior sea el índice menor desigualdad hay en el Estado. Por lo que respecta a Chile, de 2006 a 2019, la tendencia es muy estable, bajando ligeramente 2,4 puntos. En cambio, Bolivia en los años estudiados, el índice bajó unos 15,1 puntos, pasando de 56,7 puntos en 2006 a 41,6 en 2019. Por lo tanto, se trata de una mejora considerable en términos de desigualdad de la renta en el Estado andino.

Nuevamente, estas mejoras en igualdad se pueden relacionar fuertemente con las políticas públicas


Figura 7.
Comparación de los índices de Gini (2006-2019)

Realizadas por el gobierno del MAS, que tuvieron incidencia en grupos concretos de la sociedad como campesinos, indígenas y población con renta baja. Comparadamente, según los datos del Banco Mundial, en 2019 Bolivia, aun teniendo menor PIB, y menor PIB per cápita, era un Estado con mayor igualdad en la distribución de renta que Chile.

Para acabar, en modo de resumen compararemos los datos macroeconómicos de 2019, el último año de nuestro análisis y el que nos sirve para ver la evolución social y económica de las estrategias de desarrollo.

Tabla 9
Resumen comparación de datos macroeconómicos en 2019

elaboración propia con datos del Banco Mundial.

En conclusión, como se ha visto y comentado, en términos econó- micos Chile vivió un crecimiento acelerado fruto del boom del cobre en un contexto de aumento de precios de las materias primas. Bolivia vivió una dinámica similar, posteriormente en la caída de precios de las materias primeras el crecimiento de ambas cae, pero Bolivia mantiene un crecimiento superior. En ambas economías las exportaciones son muy importantes en el total del PIB, quedando en ambos casos en 2019 en alrededor del 25 % del total del PIB. En el total de las exportaciones, en ambos Estados las exportaciones primarias suponen un peso muy importante en contraposición (alrededor del 75 % y el 80 %) a las exportaciones de manufacturas (un 13 % en Chile y un 4,6 % en Bolivia).

Las balanzas comerciales también siguen dinámicas similares, aunque la de Chile inicialmente tiene un superávit muy mayor, acaba en déficit superior al de Bolivia, cuando las materias primas caen en precio en el mercado internacional. En términos sociales podemos ver como la pobreza absoluta está en progresión positiva en Bolivia (a la baja) y estable en Chile, hay que remarcar, pero, que en Bolivia había tasas de pobreza absoluta muy superiores a las de Chile, de manera que tenía más capacidad de mejora. Por lo que respecta a desigualdad sigue la misma dinámica, Bolivia sigue una dinámica positiva, ya que baja, mientras que Chile está estancado.

Finalmente, hay que remarcar que se trata de un estudio inicial a las variables en su contexto y en relación con las estrategias de desarrollo, de manera que lo que se puede evidenciar son las similitudes y diferencias en cuanto a las tendencias de los indicadores estudiados, pero teniendo en cuenta que hay otros factores no presentes en el estudio que también influenciaron las dinámicas estatales.

6. Conclusiones

En el presente análisis se ha elaborado un estudio sobre las estrategias de desarrollo en Chile y en Bolivia con la voluntad de entender cómo funcionan, las características de funcionamiento propias de los modelos dos extractivistas, el clásico y el neoextrac- tivismo, y las consecuencias socioeconómicas de ambos. Para llegar a estos objetivos se había planteado dos hipótesis; la primera hacía referencia a la naturaleza de los modelos, afirmando que la similitud principal entre ambos era que los dos extraen materias primas para la exportación como modelo de desarrollo y que la diferencia principal entre ambos es que el neoextractivismo es una modalidad con perspectiva “social”, ya que a través la nacionali- zación de las industrias extractivas obtenía más beneficios directos para el Estado que eran usados para políticas sociales. Una vez realizado el análisis de bibliografía y de los casos de estudio podemos validar la hipótesis. Ambos modelos están basados en actividades primario-exportadoras como motor económico y la principal, aunque no la única, diferencia entre ambos es que el neoextractivismo no cofia en la redistribución de la riqueza por parte de los mecanismos del mercado, de manera que busca nacionalizar las actividades extractivas para repartir con políticas públicas los beneficios. Es decir, se trata de un modelo que busca redistribuir en el conjunto de la población.

La segunda hipótesis hacía referencia a los casos de análisis; Chile y Bolivia, y como Bolivia con una estrategia neoextractivista, en el periodo estudiado, había mejorado los indicadores sociales, de forma porcentualmente mayor a los de Chile con extractivismo clásico en el mismo periodo. Una vez realizado el análisis podemos corroborar esta hipótesis. En las gráficas 6 y 7, correspondientes a la pobreza absoluta y al índice de Gini, podemos ver como Bolivia tiene evoluciones positivas en ambos datos y comparadamente mejores que las de Chile14, en términos de pobreza absoluta tiene una bajada porcentual superior, y en desigualdad su indicador del índice de Gini queda ligeramente por debajo, después de realizar una bajada progresiva. Añadir que en términos macroeconómicos Bolivia ha seguido unas dinámicas similares a las chilenas15.

Por otro lado, mencionar que en el estudio de los casos se ha visto dos puntos fundamentales; la existencia de modelos mixtos y la importancia del mercado internacional. Por lo que respecta a la existencia de modelos mixtos, sí que hay características propias de cada modelo en la explotación de materias primas en Chile y Bolivia, pero en ambos son modelos mixtos. Dicho de otra manera, ciertamente se puede afirmar que Chile es un Estado con una estrategia de extractivismo clásico, pero a la práctica también tiene empresas públicas de con gran importancia en la explotación del cobre, de manera que es un modelo mixto. Bolivia por su parte, sigue una estrategia de neoextractivismo, pero mirando en su recorrido las nacionalizaciones producidas con la entrada del MAS fueron cambios en los contratos con las transnacionales que operaban en el país, de manera que no se trata de una nacionalización real de los recursos nacionales sino una reformulación de las condiciones, de manera que tampoco se trata de un modelo neoextractivista puro.

El segundo punto para remarcar es que ambos tienen una gran dependencia del mercado internacional y de las fluctuaciones de precios. En ambos casos se ha visto como las tendencias económicas internacionales afectan a las exportaciones de materias primas fruto de su posición estructural dentro del sistema internacional, es decir, fruto de su función como productores de materias primas. De manera que los ingresos de los que disponen las estrategias de desarrollo nacional, ya sean extractivistas clásicas o neoextractivistas, dependen de la demanda y los precios del mercado internacional, y por tanto, su capacidad de acción y de ser más o menos satisfactorias. En este sentido, hay autores que ponen en cuestionamiento la capacidad real de estas estrategias para mejorar socioeconómicamente si en toda su ejecución están subordinadas al sistema internacional.

Por último, nos gustaría apuntar la gran importancia del litio dentro de las industrias extractivas de ambos Estados, tanto por las grandes reservas que tiene, como por la gran demanda en el mercado interna- cional proveniente de las baterías del sector tecnológico. Hay que destacar que estos dos factores juntos pueden llevar a legitimar la estrategia extractivista en un futuro, pero a la vez también puede llevar, en cierta medida, a estrategias postextractivistas si se crean plantas de tratamiento del litio y de producción de baterías, ya que sé ropería una de las premisas del extractivismo; la no creación de valor añadido.

Finalmente, se ha de apuntar que se trata de una aproximación inicial a temas muy amplios como son la explotación de las materias primas y de los territorios, la división internacional del trabajo, los procesos de acumulación de capital y las estrategias de desarrollo. La intención no era otra que analizar y comparar estas estrategias con herramientas macroeconómicas e historiográficas para poder aportar un granito de arena al gran debate del desarrollo socioeco- nómico en América Latina.

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Notas

* Trabajo de investigación realizado en el marco del Máster Oficial en Relaciones Internacionales, seguridad y desarrollo de la Universitat Autónoma de Barcelona(UAB.)
1 Ambas estrategias están explicadas y comparadas en el apartado 3.
2 La abundancia de recursos y las estrategias de desarrollo económica y socialmente no satisfacto- rias pueden recordar a la famosa, e interesante, maldición de los recursos o paradoja de la abun- dancia, que afirma que no es rico quien tiene los recursos, sino quien los explota, los transforma y los comercializa. Por lo tanto, se necesita infraestructura y capacidad de comercialización.
3 Se clasifican en dos grandes modelos, pero cada Estado, incluso diferentes entre regiones estata- les, tienen particularidades en los modelos extractivistas.
4 China y Chile tienen un Tratado de Libre Comercio desde 2006, el cual tuvo una modernización en 2019 (Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, 2019).
5 En 1971, durante la etapa de Salvador Allende como presidente chileno, se produjo una nacio- nalización del cobre que posteriormente, después del golpe de Estado de 1973 se volvió a “desa- nacionalizar”. Debate que se está volviendo a poner sobre la mesa en el contexto de la redacción de la nueva constitución: El pasado 15/12/21 se presentó una iniciativa popular de norma para la nacionalización de las empresas de la gran minería del cobre, el litio y del oro (Vega, 2022).
6 “La definición clásica de renta económica se refiere a la retribución económica en exceso realizada a un factor de producción específico. […] la renta económica asociada a una empresa productiva se puede entender como el pago por sobre el monto mínimo necesario para permanecer en una determinada actividad económica” (Zerene, Accorsi, López y Figueroa, 2016, p. 4).
7 Cuanto menor sea el valor del índice, entre 0 y 100, menos desigual es una sociedad.
8 Principales datos electorales: participación: 84,50 %. Primera fuerza en votos: MAS 53,72 % de los votos. Segunda fuerza en votos: Poder democrático social 28,62 % de los votos.
9 Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) es un partido político de izquierdas creado en 1997 conformado por numerosas organizaciones sociales (Do Alto, 2007).
10 Como se puede ver en la tabla 6 es la principal exportación de Bolivia en la etapa analizada.
11 Los recursos evaporíticos son rocas sedimentarias formadas por la cristalización de sales disuel- tas en lagos y mares.
12 En la actualidad la estrategia nacional sigue en ejecución con la abertura de nuevas plantas de fabricación de baterías de litio, como por ejemplo una nueva fábrica en Cochabamba inaugurada en julio de 2022.
13 Hecho que se puede constatar en las tablas 4 y 7, donde se encuentran los valores agregados de las exportaciones e importaciones.
14 Análisis de los datos hecho en el apartado 4 y 5.
15 Análisis de los datos hecho en el apartado 4 y 5.

Notas de autor

** Politóloga y magíster en Relaciones Internacionales, Seguridad y Desarrollo por la UAB. Diplomada en Estudios Latinoamericanos por CLACSO. Actualmente técnica de proyectos de la Fundación ACSAR, Barcelona. Temas de interés: desarrollo latinoamericano, extractivismo y neoextractivismo, teorías de dependencia, estructuralismo y desarrollo campesino. Correo electrónico: gemma.98.isern@gmail. com, ORCID: https://orcid.org/0009-0003-2997-0887


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